El 27 de mayo de 1997, Rusia y la OTAN creyeron haber pasado la página de la Guerra Fría con el Acta Fundacional, un acuerdo de cooperación destinado a establecer "una paz duradera e integradora", una época en la que la Alianza Atlántica y Moscú ya no se consideraban enemigos. El documento, de 24 páginas, preveía una mayor colaboración con Moscú en la lucha contra el terrorismo, el mantenimiento de la paz, el desarme y las relaciones económicas. También se acompaña de la creación de un Consejo permanente conjunto OTAN-Rusia.