Hace 2 años | Por --546793--
Publicado hace 2 años por --546793--

Comentarios

box3d

Como hago para eliminar Libertame de mi feed?
No estoy suscrito y paso de leer monotema.

Yermense

#2 Venía a preguntar lo mismo.

D

#3 Qué pasa que os habéis perdido? Pobres.

D

Sobre la violencia contra la propiedad

Sostenemos que la destrucción de bienes no es una acción violenta a menos que destruya vidas o cause sufrimiento. Según esta definición, la propiedad privada -especialmente la de las empresas multinacionales privadas- es en sí misma infinitamente más violenta que cualquier acción que se emprenda contra ella. Hay que distinguir entre propiedad privada y propiedad personal. Esta última se basa en la utilidad, mientras que la primera se basa en el comercio. La premisa de la propiedad personal implica que cada uno de nosotros es dueño de lo que necesita. La premisa de la propiedad privada implica que cada uno de nosotros tiene algo que otra persona necesita o quiere. En una sociedad basada en los derechos de propiedad privada, quienes pueden poseer más y más de lo que otros necesitan o desean ejercen un mayor poder y, por tanto, un mayor control -normalmente para aumentar sus beneficios- sobre lo que otros creen que quieren o necesitan. Los defensores del "libre comercio" desean llevar esta doctrina a su conclusión lógica: una red de unas pocas industrias monopolísticas que ejercerían un control absoluto sobre la vida de todos. Los defensores del "comercio justo" desearían que este proceso se viera mitigado por una normativa gubernamental que impusiera algunas normas humanitarias básicas. Como anarquistas, condenamos ambas actitudes. La propiedad privada -y por extensión el capitalismo- es intrínsecamente violenta y represiva y no puede ser reformada ni mitigada. Mientras el poder se concentre en manos de unos pocos ejecutivos de empresas o se desvíe hacia un aparato regulador diseñado para mitigar los desastres que crean, nadie será tan libre ni tan poderoso como lo sería en una sociedad sin jerarquía. Cuando rompemos una ventana, nuestro objetivo es destruir el fino barniz de legitimidad con el que se adornan los derechos de propiedad privada. Al mismo tiempo, exorcizamos ese conjunto de relaciones sociales violentas y destructivas que se encarna casi en todas partes a nuestro alrededor. Al "destruir" la propiedad privada, convertimos su limitado valor de cambio en un mayor valor de utilidad. Un escaparate se convierte en un pasillo que deja entrar un poco de aire fresco en el ambiente opresivo de una tienda (al menos hasta que la policía decide lanzar gases lacrimógenos a una barricada cercana). Una caja de periódicos se convierte en una herramienta para despejar ese paso o para formar una pequeña barricada para reclamar un espacio público o para servir de puesto de observación cuando se está sobre él. Una gran papelera con ruedas puede servir como fuente de calor y luz o como obstáculo para un motín de policías falangistas. La fachada de un edificio se convierte en un tablón de anuncios de ideas para un mundo mejor. Después del 30 de noviembre, mucha gente no volverá a mirar un escaparate o un martillo de la misma manera. Los usos potenciales del espacio urbano se han multiplicado por mil. El número de ventanas rotas no es nada comparado con los tabúes que han sido derribados, tabúes creados por la hegemonía corporativa y diseñados para mantener nuestras anteojeras puestas para ocultar tanto el potencial de una sociedad libre de ellos como la violencia cometida en nombre de los derechos de propiedad privada. Las ventanas rotas se pueden tapar con tablas (desperdiciando más de nuestros bosques) y eventualmente reemplazarlas. Pero esperemos que este vuelco de los tabúes continúe durante mucho tiempo.

Contra el capital y el Estado,
El colectivo ACME.

"¡Revuelta campesina!"

Traducido por Jorge Joya

Original: https://fr.theanarchistlibrary.org/library/peter-gelderloos-l-echec-de-la-non-violence