Capital de la región del Languedoc-Roussillon, la cuna del rey Jaime I el Conquistador, Montpellier es una ciudad de aproximadamente 300.000 habitantes, fundada en el siglo VIII lejos de la costa para evitar los ataques piratas que asolaban la ciudad costera de Magalona (Mauguio). No es hasta el siglo X que la ciudad empieza a tener una cierta importancia por pasar a ser un gran centro para el comercio y convertirse en la elegante, majestuosa y clásica ciudad que conocemos hoy en día.
¿Qué ver en Montpellier?
Si como yo tienes apenas 12 horas para visitar la ciudad y si tenemos en cuenta que un 19% de sus edificios son considerados como monumentos históricos, uno de los imprescindibles es pasear por el centro de la ciudad, conocido como l’Ecusson(escudo) con sus calles medievales y sus pequeñas plazas, algo que no debes perderte y más si te gusta practicar la fotografía Street.