Los dogones son un grupo étnico que vive en la región central de Malí, al sudoeste de la curva del río Níger, cerca de la ciudad de Bandiagara, en la región de Mopti. Su población está estimada entre 400 000 y 800 000 personas.
Los dogones son especialmente conocidos por sus tradiciones religiosas, sus bailes con máscaras, su escultura de madera y su arquitectura. El último siglo ha visto sucederse importantes cambios en su organización social, en su cultura material así como en sus creencias, en buena medida como consecuencia del atractivo turístico del país dogón.
Los avanzados conocimientos de los dogones sobre la estrella de Sirio se han considerado un misterio durante décadas. Sin telescopios ni otros medios tecnológicos, ¿cómo alcanzaron los dogones esos conocimientos?
Sirio, la estrella más brillante del cielo nocturno, es visible desde el polo sur terrestre hasta las latitudes de Islandia. Desde las civilizaciones más antiguas su intenso brillo siempre ha fomentado la curiosidad y fantasía del hombre; en Egipto, por citar un ejemplo, el día de su aparición sobre el horizonte después de un periodo de invisibilidad (lo que los astrónomos llamamos el ‘orto helíaco’) marcaba el inicio de las inundaciones del Nilo.
Sirio debe su intenso brillo aparente a su proximidad a la Tierra, pues se encuentra a una distancia de tan sólo 8,6 años-luz. La estrella que nos fascina a simple vista es dos veces más masiva y 25 veces más luminosa que el Sol y tiene un rápido movimiento propio en el cielo.
Fue el estudio de este movimiento, que presenta unas marcadas oscilaciones, lo que hizo predecir al astrónomo alemán Friedrich Bessel en 1844 la existencia de una pequeña compañera, Sirio B, que acabó siendo observada por el astrónomo estadounidense Alvan Graham Clark en 1862. Sabemos hoy que Sirio B no es mas que una estrella enana blanca, un pequeñísimo residuo estelar compacto e inerte. Aunque tiene la mitad de la masa del Sol, Sirio B es del tamaño de nuestro planeta Tierra. Por su débil brillo y su proximidad a la deslumbrante Sirio A, es imposible observar Sirio B sin un buen telescopio.
Sirio A y Sirio B se encuentran ligadas gravitacionalmente. Según se estimó en 1851, una década antes de la primera observación de Sirio B, el tiempo que tarda ésta en dar una vuelta alrededor de Sirio A es de 50 años. Más recientemente se han detectado ciertas anomalías en el movimiento orbital de Sirio B que podrían explicarse con la presencia de una hipotética tercera estrella, Sirio C, que a pesar de los esfuerzos de los astrónomos nunca ha sido observada, por lo que su existencia resulta aún incierta.
Cultura ancestral, astronomía avanzada
Los dogones son un grupo étnico establecido en el centro de Malí, cerca del rio Níger y en torno a la gran falla de Bandiagara. Sus tradiciones religiosas y su cultura son ancestrales: conservan vistosos bailes con espectaculares máscaras, cultivan una original técnica en escultura y practican una arquitectura muy peculiar: las viviendas dogonas construidas en la misma falla Bandiagara son patrimonio de la humanidad. Según una tradición dogona unos dioses anfibios (llamados ‘Nommo’) llegaron en tiempos remotos desde el cielo en un barco volador.
El antropólogo francés Marcel Griaule (1898-1956) estudió a los dogones durante los últimos 25 años de su vida. Analizó sus tradiciones y creencias gracias a unas extensas conversaciones con el chamán ciego Ogotemeli. El contenido de éstas fue recogido documentalmente por Germaine Dieterlen (1903-1999), estrecha colaboradora de Griaule, en su libro ‘Le renard pâle’. Y es aquí donde entran Sirio y otros astros.
Relatan Griaule y Dieterlen que, cada 50 años aproximadamente, los dogones celebraban una fiesta llamada ‘sigui’ que estaba íntimamente relacionada con la estrella Sirio. Según Dieterlen, Ogotomeli habría revelado a Griaule unos conocimientos avanzadísimos de astronomía. Los dogones atávicos ya conocían los anillos de Saturno, los cuatro satélites galileanos de Júpiter y, lo que es aún más sorprendente, sabían perfectamente que Sirio era una estrella doble. Es más, la periodicidad de 50 años de la fiesta sigui tendría su raíz en el periodo orbital de Sirio B.
Dudosa arqueología
En 1976, el escritor anglo-americano Robert K.G: Temple publicó ‘El misterio de Sirio’, un libro en el que sostenía la tesis de que unos extraterrestres, que habrían entrado en contacto con la civilización egipcia hace unos 5.000 años, habrían comunicado sus extraordinarios conocimientos de astronomía, y estos conocimientos habrían sido transferidos por los egipcios a los dogones. Como Sirio era tan importante para los egipcios, pusieron mucho énfasis en comunicar sus conocimientos. Naturalmente los extraterrestres fueron incorporados a la arcaica tradición dogona como los dioses Nommo. Temple incluso llega a encontrar indicios en la cultura dogona de la posibilidad de que Sirio fuese una estrella triple, argumentando que conocían la existencia tanto de Sirio B como de Sirio C.
Sin duda los dogones son un pueblo tanto misterioso como fascinante y sus costumbres ancestrales delatan su cercanía directa con los "Dioses de las estrellas".
Fuentes: Misterio Alienígena https://iluminando1a1.blogspot.com/