Como todos los que nos consideramos frikis, yo también tengo un autor de referencia, un interés en una materia o autor de minorías pero que ayuda a que se me llene la boca de orgullo cuando se lo cuento a alguien.
¿Hasta dónde llega el concepto del frikismo hoy en día? Acaba de ser el día del orgullo friki, pero ¿hasta que punto uno se puede considerar un friki por ejemplo de Star Wars, cuando una gran parte de la población mundial conoce e idolatra los mismos gustos que tienes tú?.
¿No será que los que nos sentimos frikis no vamos por ahí pregonándolo? A lo mejor, y esto es una opinión personal, el concepto de friki se ha devaluado tanto que los auténticos frikis se han quedado encerrados en el armario mientras que los considerados nuevos frikis se están comiendo el terreno y acaparando los medios, la fama y la popularidad (entre comillas claro).
Pero pensaréis, ¿a qué viene todo esto? ¿Es que este chico no se cansa de divagar sin parar y no nos va a contar nada concreto?
Pues a eso voy.
Me encanta Lovecraft. Nadie de mi entorno conoce este nombre. Ni en mi trabajo, ni mi familia, ni mis amigos han oído hablar de este señor, ni saben si es un escritor, un pintor o un cantante de moda.
Pero a mi me fascina. Desde que por primera vez descubrí en la biblioteca municipal a los 15 años un libro viejo y desgastado de Alianza Editorial con los cuentos de los Mitos de Cthulhu.
Y lo más gracioso de todo esto es que llevo puesta una camiseta de Cthulhu. Y me la pongo mucho, pero nadie sabe que significa.
Eso sí que creo que es ser friki. Las camisetas de Star Wars las lleva demasiada gente.
Pero bueno, de todas formas esto es una opinión personal. Cada uno que piense lo que quiera y todas las opiniones son bienvenidas.
Yo por mi parte me sigo poniendo mi camiseta y de vez en cuando releo la obra de Lovecraft. Los tentáculos llenan mi vida. Pero el pulpo no me gusta (debe ser una influencia subconsciente).