Sucedió en febrero de 1969, en la planta de tratamiento de aguas residuales de Jones Island, en la localidad de Milwaukee (Wisconsin, USA). Como si fueran aquellos caminantes de 1974 saliendo de sus tumbas con hambre y sed de venganza, en la película dirigida por Jorge Grau “No profanar el sueño de los muertos”, una masa flotante y grasienta de sólidos y microorganismos levitaban sin control de los reactores biológicos de la instalación, bajo la mirada atónita de los que allí se encontraban, entre ellos, una persona anónima que pudo documentar lo que aquel día ocurrió, y del que nada se volvió a saber jamás (Anonymus, 1969). Este asombroso suceso fue llamado “El misterio de Milwaukee”...seguir leyendo.