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La estrategia de salida de las guerras

Cuando se comienza a participar en una guerra, todo el mundo cree que la estrategía de salida es ganarla y con eso basta, pero lo cierto es que el tema tiene muchas aristas que casi nunca se abordan.

En la Primera Guerra Mundial, por ejemplo, se eligió una salida negociada en la que una de las partes aceptaba unas condiciones draconianas, pero mantenía una maltrecha integridad territorial y mantenía una menguada soberanía, sin que tropas extranjeras ocupasen su territorio, con algunas salvedades menores.

La idea, como sabemos, no se demostró muy brillante porque, veinte años después, los vencidos fueron capaces de organizar una guerra al menos tan grande como la anterior, poniendo contra las cuerdas a medio mundo. La salida a esa guerra fue el desmembramiento del país y su ocupación por los vencedores, aunque luego se considerase más interesante devolverle su soberanía. A menudo se dice, y yo opino que con razón, que fue la Unión Soviética quien derrotó a la Alemania nazi, pero también fue la existencia de la Unión Soviética lo que permitió a Alemania recuperarse en menos de diez años para volver a ser la primera potebncia industrial de Europa. Sin la Unión Soviética, y el temor que provocaba en Occidente, la salida a esa guerra hubiese sido el aplastamiento y desindustrialización definitivos de Alemania, convertida en un estado desmilitarizado y agrícola.

A partir de ese punto, Occidente ha demostrado que no tiene una estrategia clara de salida para las guerras en las que combate, y eso está resultando absolutamente catastrófico. La última vez que algo grande salió medio bien fue en la guerra de Corea. Se consiguieron unas tablas en lo militar, se invirtieron cantidades descomunales en Corea del Sur y ese país experimentó un tremendo desarrollo y sigue perteneciendo a la esfera económica y política occidental.

Luego vino Vietnam, donde se intentó más o menos lo mismo, con resultados desastrosos, especialmente en lo militar.

A menor escala, tenemos las diversas guerras israelíes contra su vecino. Su estrategia de salida era vencer, ocupar territorios y ganar un colchón de seguridad. Les salió aceptablemente bien.

¿Y después? ¿Cual ha sido la estrategia de salida de Occidente?

Libia, un desastre absoluto. Se derroca a Gadafi pero no se consolida el dominio sobre el territorio, ni sobre los recursos, ni sobre nada. El país se convierte en un avispero gobernado por un puñado de señores de la guerra y en un hervidero social. Catástrofe. ¿Qué estrategia de salida había ahí? Ninguna. Ni siquiera convertir al país en un satélite o en una colonia. Nada.

¿Irak? ¿Afganistan? Las estrategias de salida fueron tres: por tierra, por mar y por aire. O sea, huir. Te gastas una fortuna, matas a decenas de miles de personas, conquistas el país y no eres capaz, ni de lejos, de estabilizarlo y mantener su control, así sea para explotarlo. Te han costado mucho más de lo que sacaste, no pertenecen a tu bloque y desde luego no simpatizan una mierda contigo. En el caso de Afganistán la burla llegó a ser sangrante: la operación para conquistar el país costó mucho más que su PIB, con lo que hubiese sido mucho más rentable alquilarlo que conquistarlo. Un verdadero despropósito.

¿Y cuál es la estrategia de salida que se plantea a las dos guerras que ahora padecemos? Porque algún día habrá que acabar con esas guerras.

Ucrania. ¿Cómo planea Occidente poner fin a esa guerra ahora? ¿Convenciendo a los rusos de que dejen de invadir el país? Cojonudo. Las sanciones no han funcionado. Vencer a Rusia en el campo de batalla no parece muy factible sin mandar tropas sobre el terreno. ¿Qué han pensado entonces nuestros geniales dirigentes para poner fin a esa guerra? ¿Meternos has el cuello en la guerra? ¿Organizar una barbacoa nuclear que nos incinere a todos? ¿Rendirse un poco más tarde en vez de un poco más pronto? ¿Ganar tiempo a ver si sucede algún milagro que nos permita salvar la cara y de paso también el culo? ¿Qué estrategia de salida hay? Me temo que ninguna.

Gaza. ¿Y qué están pensando aquí los israelíes? Cuando mataron a los 10.000 primeros palestinos, hubo mucha gente que miró para otro lado. Cuando van ya por los 35.000, empiezan a llegar las facturas en forma de países y personajes díscolos que no aceptan semejante atrocidad. Pero el caso es que allí viven dos millones y medio de palestinos y las fuerzas israelíes están causando destrozos de tal magnitud que muy posiblemente la franja sea inhabitable. ¿Qué considera Israel una victoria que permita poner fin a la guerra? ¿Matar a dos millones y medio de personas? ¿Hacerlas morir de hambre, sed y enfermedades? ¿Convertirlas en refugiados y enviarlas con un lazo a otros países como regalo? ¿Qué estrategia de salida tiene el gobierno de Netanyahu? Pues también me temo que ninguna. Que van allí a destruirlo todo, pero no han pensado nada aún para el día después.

Y así es como se pierden una veces las guerras y se pierde otras veces la paz.

Así es como nos vamos a tomar por saco.

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Envío erróneo o controvertido, por favor lee los comentarios.

Menéame, tenemos que hablar...

Ante todo, quiero dejar claro que esto que aquí lees es una simple opinión personal y sobre todo, una opinión desde un punto de vista técnico.

Creo que desde hace mucho tiempo, algunos de los usuarios más activos del sitio, venimos viendo una serie de anomalías (por llamarlas de alguna forma) en las cuales, se vienen observando algunos problemas relacionados con la moderación de contenidos y usuarios.

Por empezar, el asunto ya manido de los negativos a artículos de portada y sobre lo cuál algún otro usuario ya ha escrito al respecto. Por lo general, la portada suele estar bien atendida en términos de variedad, ideología y calidad de contenidos. Sin embargo es cierto que, muy de vez en cuando, aparecen en portada algunos tipos de contenido que, repito, desde un punto de vista meramente técnico, no deberían siquiera haber conseguido un lugar allí.

Todos esos contenidos suelen ser calificados como "bromas", "gracias", "estupideces", en las que con solo agrupar un pequeño número de usuarios dispuestos a promocionarla, consiguen que llegue a portada. El problema viene cuando, una vez conseguida la hazaña, otros usuarios decidimos que quizá ha tenido gracia, pero es momento de despublicarla, haciendo uso de los votos negativos.

El caso es que como por ejemplo pude ver ayer, una noticia con 40 meneos y 30 negativos permanecía en portada por al menos 10 minutos (cuando, según me explicaron en nótame, el tiempo de recálculo de votos se hace cada 5 minutos).

La conclusión que llego a sacar de todo esto, es que los usuarios special deberían quizá tener más medios y quizá más poderes para poder ayudar a los usuarios admin a gestionar este tipo de anomalías. Ya que por el momento, la promoción de de nuevos administradores se hace de forma digital (a dedo) y solo si te dejas ver en la minicomunidad sita en el nótame (lo cuál hasta cierto punto comparto).

Menéame está empezando a adquirir unos niveles de actividad que quizá deberían sacar a debate la creación de un nuevo rol que se encuentre entre special y admin, y que de más poderes y más oportunidades a muchos de los usuarios más activos, y así ayudar a mantener la buena calidad y funcionamiento de la web.

Un buen ejemplo de todo esto sería el caso del conflicto Catalunya-España, en el que estamos viendo un juego de promos de noticias en portada que para la gran mayoría dista bastante de ser justo, equitativo y sobre todo objetivo para con los lectores del sitio, haciendo que haya una clara conducción de opinión por parte de un pequeño grupo de usuarios con intenciones de manipular lo que se lee y comenta, o que simplemente no comulgan con las ideas que se muestran en dichas noticias.

Es por ello que desde mi humilde posición de usuario con más de 10 años de antigüedad, hago un llamamiento a los editores y desarrolladores del sitio, para que los parámetros de afinidad en este caso y sobre todo los parámetros de participación grupal de ciertos usuarios sea revisada y sobre todo medida, a fin de evitar que convirtamos este portal en una especie de ForoCoches, en la que es estrictamente necesario comulgar con las ideas del lugar para poder ayudar a mantener el buen funcionamiento de la web.

Sin más, después de este pequeño tocho, dejo la veda abierta a que me pongáis a parir y empecéis todos los flames que estiméis oportunos.

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Lectura escéptica, un caso práctico

No quiero entrar a opinar tu orientación política, tan solo sé que tienes tus motivos para creerte lo que tiendes a entender como verdad objetiva. A mí me pasa exactamente lo mismo.

Posiblemente creas que lo que está pasando con X tema tiene un claro culpable, cuyo culpable Y está contraviniendo Z , llevándonos a todos a la insostenible situación en la que nos encontramos.

Inmediatamente te habrá venido a la cabeza tu demonio personal, sea Rajoy, Puigdemont, Putin, Trump o Merkel. Como puedes comprobar, todos tenemos la solución a estas tres incógnitas (X, Y, Z) que validan esta ecuación, es lo que se llama una ecuación lineal, posiblemente compatible e indeterminada.

Al fin y al cabo, todos estamos expuestos a caer en nuestro propio engaño, el sesgo de confirmación, en el que solo damos valor a las noticias u opiniones que confirman nuestra ya predeterminada opinión sobre ese tema.

Es el motivo principal por el que tenemos que actuar con vulpécula actitud, levantando las orejas ante cualquier perturbación en la fuerza de la corriente de opinión, y ser absolutamente escépticos con todos los inputs que nos llegan en las batallas diarias que tienen lugar en los medios de comunicación.

Existen unos elementos en la prensa, y no solo la contemporánea, llamados “Creadores de Opinión”. Son noticias que deberían estar en la sección de opinión, pero se cuelan con mayor o menor fortuna dentro de una noticia de la que se esperaría un mínimo estándar de objetividad. Todos sabemos que no se escapa ningún medio de esta lacra, sea cual sea la línea editorial.

Esta tarde, leyendo la portada, me encontré con una noticia que rezaba, con alzada autoridad, que más de cien catedráticos y expertos en derecho se habían adherido a un manifiesto reprobando la acusación de rebelión en el culebrón del Cataluña.

Tan solo hizo falta leer dos párrafos en los que el autor del artículo se limitaba a enumerar a modo de bonito decálogo los puntos en los que este supuesto centenar de autoridades letradas ponían de vuelta y media el argumentario del oponente, en la figura del Ministerio Fiscal. Al final del artículo, en el que se hablaba de este colectivo de forma indeterminada, se hacía mención de forma escueta y disimulada a la lista de intelectuales firmantes.

No fue tanta mi sorpresa al ver que se trataba de una web de “peticiones de firmas on-line”, de esas en las que se pide desde el retorno de cierta salsa de una cadena de comida rápida, hasta la abolición de leyes completas, pasando por la declaración de cuatro piedras como Patrimonio de la Humanidad. Es decir, el “a petición popular” de toda la vida.

Menos sorprendente fue comprobar que yo mismo, podía imbuirme de un aura de autoridad jurídica, firmando con la identidad de “Macías Pajas” Catedrático de Derecho de la insigne Universidad de Toronto de España. Ya saben, por eso de que, desde lo alto de Toronto, se ve Torontotero. Sin embargo, ni siquiera hacía falta que yo manchara el nombre de tan honorable cuadro, cuando hay técnicos electricistas con grado de FP (sic) firmando en el grueso del insigne grupo de intelectuales, cuando no directamente firmas anónimas.

Se le había caído la careta a la engañifa, así que solo quedaba por realizar una ingeniería inversa para saber quién estaba detrás de este intento de colar un artículo de opinión como una noticia, y al mismo tiempo darle un baño de argumentum ad verecundiam, es decir, darle un empaque de autoridad en base a nada menos que 100 doctos en derecho.

Lo obvio es comprobar que se trata del diario en línea Publico, cuyo propietario es el para nada desconocido Jaume Roures, propietario de Mediapro y autoproclamado mecenas de Podemos.

Pero si hurgamos un poco mas en el supuesto manifiesto, lleva poco tiempo darse cuenta que el primer firmante es obviamente el autor del mismo, encontrándonos con el nombre de Francisco Javier Álvarez García, catedrático de derecho penal de la UCIII.

No es sorprendente tampoco que este catedrático tenga su lobby de Catedráticos de Derecho Penal firmantes de manifiestos, condenando por ejemplo la situación de Gaza e Israel , algo totalmente legítimo por otra parte. También se pueden encontrar entrevistar realizadas por Wyoming , artículos de su propio cuño en eldiario.es, e incluso libros a la venta dentro de la propia web de Publico.

Por tanto no deja de tener un tufo a noticia convenientemente fabricada, en la que el autor de la noticia (firmado con un genérico “Madrid”) parece encontrar un artículo a medida, del que sólo este medio se hace eco, y en la que Francisco Javier Álvarez se esconde detrás de un supuesto centenar de firmantes para dar empaque a su línea política.

En resumidas cuentas, no caigáis en la necesidad de creer vuestra propia opinión, ni en la tentación de rodearos de insignes letrados afines para reafirmaros en vuestras convicciones. Os animo a que con cada medio de información, seáis capaces de ver la intenciones, el target y la idea principal de su interpretación de la noticia. Incluso intentéis comprender la otra cara de la moneda en otro medio de linea editorial opuesta, sea cual sea vuestro color político.

Sencillamente, antes de leer, intentad preguntaros, ¿Qué quiere este medio que yo opine?

  

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Proyectos open Source escritos con Ruby on Rails

Un bonito catálogo de proyectos. Todos con su demo y código fuente
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Punto arriba, punto abajo

Desde la "mítica" Malaprensa del periodista/profesor Josu Mezo, nos llega una sobresaliente anotación/colaboración de Wonka (Pistas) sobre las reiteradas equivocaciones de la prensa "profesional" española, esta vez sobre los salarios "femeninos". ¿Quién decía que los números no mienten? Nuevamente, la prensa manipula en función de sus intereses, los suyos, no los de los lectores ¿Y la credibilidad?
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150 Gbps, nuevo récord de transferencia

Via ALT1040 leo que durante el SC|05 Bandwidth Challenge se ha llegado al récord de transferencia de 150Gbps, con tasas sostenidas en enlaces internacionales de 100Gbps. Se transmitieron 475TB de datos sobre experimentos de física de partículas entre laboratorios en 24h.
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Top 10 custom JavaScript functions

Si alguna vez existió un common.js universal y compartido entre desarrollos, seguro que contenía esas 10 funciones. Las típicas funciones que siempre alguien acaba programando porque no están y hacen falta :-)
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Breve HowTo para programar Python con Qt

No es un extenso tutorial, pero sí permite saber cuáles son los pasos iniciales que hay que dar para programar interfaces de usuario usando Python.
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TDT, TDI y HDTV

En el programa de radio Mallorca en Xarxa surgió el Siemens M740 AV, un dispositivo para ver TDT que contiene un GNU/Linux. Tanto el apunte como el programa de radio están en catalán. El web puede traducirse con las entradas bajo «Tradittore», en el menú del blog.
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Cindy Sheehan en Madrid

Los días 16 y 20 de diciembre, el Colectivo de Hermanos, Amigos y Compañeros de José Couso en Madrid han organizado dos actos que contarán con la participación de Maribel Permuy, Pilar Manjón y los familiares de soldados estadounidenses muertos en Iraq y Afganistán: Cindy Sheehan, Juan Torres y Beatriz Zaldivar.
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Concurso de vídeos para promoción del Firefox

La Fundación Mozilla ha lanzado una nueva fase de su campaña de promoción del Firefox. Se trata de un concurso de vídeos de 30 segundos de duración.
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Test de Web 2.0

Este test es la forma definitiva de saber si esta uno a la última en estas cosas de la Web 2.0 o no. Un test que consta de 10 preguntas, algunas nada obvias. La mejor forma de que vaya bien con el test es pasarse un buen rato antes en la página del web 2.0 workgroup (durante el test es difícil, sólo hay 10 segundos por pregunta :) ).
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Del plagio de Troya al montaje lunar

Juan José Benítez ha aprovechado la promoción de su última novela, Caballo de Troya 7. Nahum, para salir en la revista Enigmas en defensa de lo que hizo hace casi dos años en Televisión Española (TVE): presentar un montaje de animación como si fuera una película rodada en la Luna en 1969. Las imágenes, en las que se veía a dos astronautas explorando unas ruinas extraterrestres en el satélite, se incluían en la penúltima entrega de Planeta encantado, la serie del periodista navarro que emitió TVE tanto en tiempos del PP como del PSOE.
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Sitios interesantes Google Maps

En desdeArriba.net podrás encontrar una gran recopilación de lugares interesantes de todo el mundo vistos desde arriba, con imágenes por satélite y ortofotos, gracias a Google Maps y Google Earth.
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Los periodistas digitales competirán por los Pulitzer

A partir de este año también podrán recibir este prestigioso premio los periodistas de medios digitales.
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Google Earth para Mac OS X

Es una versión no oficial, pero los usuarios de Mac OS X ya pueden viajar por el mundo sin moverse del sillón.
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Kriptópolis: Los alemanes no se fían de la seguridad de Blackberry, PGP vs GnuPG

Desde la web/bitácora pionera en la red global, Kriptópolis, y de la mano del médico santanderino José Manuel Gómez (JMG), nos llega esta anotación sobre la desconfianza que genera el uso de software privativo, en especial en las implementaciones de ciertos algoritmos de cifrado fuerte.
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Las CCAA también suspenden en accesibilidad

El plazo legal para adecuar los contenidos de los servicios públicos ofrecidos a través de la Web a los criterios de accesibilidad “generalmente reconocidos” expira el 31 de diciembre. Las Administraciones Autonómicas han dispuesto de más de tres años para llevar a cabo esta tarea, desde la promulgación en junio de 2002 de la LSSICE. El suplemento de tecnología de "El Mundo" publica un informe de discapnet en el que se analizan con detalle los portales autonómicos.
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Fin de año desde Times Square

14 cámaras desde las cuales podrás ver Times Square al completo hasta que celebren las campanadas. Muchísima gente y movimiento, dan ganas de poder estar ahí.
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Sin actualizar a WordPress 2.0, ¿por qué?

Me gustaría escuchar de vuestros comentarios quien ha intentado actualizar y al final no lo ha hecho por alguna razón u otra.

Por favor, objeciones razonables. No quiero entrar en una lucha, simplemente quiero entender por qué. Quizá la comunidad podamos ayudarnos unos a otros a entender esto.
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Doble óptica de Kodak

La EasyShare V570 presenta por fin una novedad interesante en el sector de las compactas digitales: doble óptica y dos sensores de imagen
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Abascal señala, la extrema derecha ejecuta

Abascal señala, la extrema derecha ejecuta

Hace tan solo un par de semanas, Santiago Abascal amenazó al programa "Malas Lenguas" de RTVE tras una pregunta de la reportera Esther Yáñez. twitter.com/MalasLenguasLa2/status/1938606451703919002

Hoy, esa misma periodista está siendo acosada por la extrema derecha mientras intenta informar desde Torre Pacheco:

twitter.com/riojaberon/status/1945184929232359913

twitter.com/remerikos/status/1945184409612652632

twitter.com/_Juan__A/status/1945193620455190821

twitter.com/SER_Murcia/status/1945185056785371278

Le lanzan agua, la rodean, la hostigan y la obligan a alejarse mientras la persiguen al grito de "zorra", "cerda", "asquerosa", "fuera de aquí"... a coro con "Pedro Sánchez, hijo de puta".

Policía Nacional y Guardia Civil escoltaban a Vito Quiles:

twitter.com/La_SER/status/1945189048437350730

Así, con todo.

Unos señalan.

Otros hacen su parte.

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Continuará... 16

Esta parte del "relato corto" (muchas comillas) viene de aquí y en este orden, primero aquí:

www.meneame.net/m/relatocorto/continuara-7

Después aquí:

www.meneame.net/m/relatocorto/continuara-11

Luego:

www.meneame.net/m/relatocorto/continuara-14

***

El lunes la sucursal del banco estaba alborotada, se habían formado dos bandos definidos e irreconciliables sobre la desgracia del hombre en la pasarela. Unos tachaban al Ayuntamiento de no haber construido un puente mucho más fiable y menos estético. Otros destacaban la imprudencia de esa persona en un momento así para hacer una maldita foto.

Juan estaba ensimismado pensando en las labores de limpieza en el cauce. No podía quitarse de la cabeza el poder ver el momento exacto del descubrimiento de su paquete. Le encantaría estar ahí y ver sus caras, pero no podía ser, ya había ido demasiadas veces a la zona, aunque era un área de paso y mucha gente transitaba por ese puente, tanto andando como en coche.

-Juan, ¿tú qué opinas? –le preguntó el otro cajero de ventanilla.

-¿Sobre qué? –respondió Juan intentando ser sociable.

-Coño, que el tío fue un imbécil, como tantos otros que palman haciéndose “selfies” y gilipolleces varias sólo por unos “likes”.

-¿Quién, el de la pasarela?

-Claro, quién va a ser, joder, siempre estás en las nubes... –dijo la subdirectora de la oficina, pasando con unos papeles delante de las ventanillas de atención al público-. Si hubieran hecho una pasarela como Dios manda, esto no habría pasado.

-A veces, las cosas pasan porque sí, sin razón aparente ni motivo –respondió lacónico Juan.

El timbre de petición de apertura de puerta exterior sonó, Juan le dio al botón correspondiente y una clienta entró. Todos guardaron silencio, dejando sus discusiones para otro momento.

Mientras atendía a la señora volvió a mirar las cajas de los clips, ahora ordenados, metálicos por un lado y de colores por otro. Respiró aliviado como si el mundo volviera a tener sentido, con una sonrisa le indicó a la mujer que esa operación la hiciera mejor desde el cajero. Órdenes de Dirección. La señora, que podría tener más de setenta años, lo miró con cara de no entender nada. Juan añadió que debería usar la aplicación del banco en el móvil, que todo era más fácil así. Sin mediar palabra, la señora enseñó su teléfono, un “tontomóvil” de marca irreconocible.

La mañana pasó entre clientes cabreados por algún error bancario, usuarios con peticiones imposibles, y repeticiones de una de las frases mágicas: “Normativa del Banco Central”, esa consigna que era una mezcla de comodín de todo y de nada y motivo de muchos enfados.

Cuando terminó su horario laboral, varios compañeros dijeron de ir a tomar algo en la “otra oficina”, un bar dos portales más allá de la sucursal bancaria. Juan nunca iba con ellos. Demasiado esfuerzo le costaba fingir ser relativamente sociable.

En coche, de vuelta, resistió el acuciante deseo de pasar por el puente y ver cómo iban los trabajos. Si habían comenzado a las ocho de la mañana ya tendrían bastante avanzados los trabajos de limpieza. ¿Incluiría la tala de arbolitos, cañas y maleza?

Cuando llegó a casa, miró la lista culinaria y se dio cuenta de que el fin de semana no había preparado nada. Se estremeció al pensar que hoy tenía planificado albóndigas en salsa, brócoli en ensalada y flan. Nada de eso estaba preparado. Nervioso, se comió un trozo de pan con embutido y un helado que languidecía en el congelador desde meses atrás.

Tras recoger la mesa, fue al canasto de la ropa sucia y rescató la ropa de aquella noche. No recordaba si llevaba camisa azul o la de cuadros verdes y negros. Se esforzaba en hacer memoria pero temía inventarse el recuerdo. Cogió el pantalón tejano que sí llevaba y lo metió en una bolsa de basura, luego las dos camisas. Se quedó mirando la ropa restante del canasto, sopesando si toda estaría “contaminada” con algún posible resto. Sin pensarlo más sacó toda la ropa sucia y la metió en la bolsa. De nuevo sus ojos se quedaron petrificados mirando el propio canasto ahora vacío. Fue a su taller, cogió la maza y machacó la cesta de la ropa hasta dejarla destrozada y casi plana para que cupiera en otra bolsa de basura. Más relajado, sacó las bolsas al jardín para tirarlas en otro momento.

Conectó el portátil y navegó por las noticias en el mismo orden de siempre. Para disimular si ese alguien invisible estuviera controlando sus movimientos en la red, hizo clic en la publicidad de un nuevo restaurante mexicano, en una nueva serie de animación de un canal de pago y en un nuevo modelo de coche híbrido asiático.

En un periódico local, en portada: “Margarita Martínez de 73 años, desaparecida de la Residencia Luz de Luna”. Juan notaba cómo el azar estaba jugando con la realidad de un modo que no sabía interpretar. ¿Esto era bueno para él? ¿Podría complicarle las cosas? ¿Más medios regionales para estas búsquedas? ¿O difuminaría los esfuerzos policiales? Miró con detalle la foto de la mujer con el rótulo de: “DESAPARECIDA” y sus datos para identificarla. Parecía feliz, sonriente y sin mucho maquillaje. “La mujer, que necesita medicación, salió voluntariamente de la residencia. En el momento de su desaparición llevaba chaqueta azul y pantalón negro. Mide 1’68, es de complexión gruesa y tiene el pelo canoso. Se pide la colaboración ciudadana”. 

Colaboración ciudadana. Sólo en su localidad de unos 70.000 habitantes había varias residencias de ancianos y en las localidades cercanas otros tantos, no parecía que fuera nada extraño el caso de esta mujer, sólo que ahora prestaba mucha más atención a estas cosas. Se decía fríamente. 

Buscó más noticias sobre la limpieza del cauce y no encontró nada, tan sólo una minúscula nota de prensa del comienzo de los trabajos acompañada de una foto donde se veía una pequeña excavadora y varios trabajadores con casco y chalecos reflectantes. Típica foto tomada por un desganado reportero gráfico. Posiblemente mal pagado y mal considerado. Seguro que le habrían insistido en que se vieran claramente los chalecos con el rótulo del Ayuntamiento. 

Esa tarde tiró las bolsas con los restos de ropa y canasto en contenedores diferentes y alejados, ya le parecía una costumbre ritualizada desde años atrás, la asumía como algo normal. Fue al vivero a comprar tierra y semillas de césped. No había de la clase que ya tenía en el resto del jardín. Así que compró otra variedad ante la insistencia del vendedor de que su tipo de hierba ya no tenía distribuidor.

Dejó los sacos en el jardín y se dispuso a cocinar todo lo que el fin de semana no había hecho. Puso la radio de la cocina en un canal de noticias. Mientras, preparaba unas albóndigas y hacía un sofrito de tomate y cebolla, caramelizaba más cebolla en otra sartén para otro plato. 

La locutora de ese informativo anunciaba que el Ayuntamiento había habilitado una página web para que la población pudiera registrar posibles incidencias relacionadas con la limpieza viaria del municipio. De esta manera se establecía una nueva vía de comunicación directa entre el Consistorio y los vecinos y vecinas. Juan se giró hacia la radio y se le escapó un sonoro: “¡Venga ya!” O el azar estaba haciendo muchas horas extras o el mundo se había confabulado contra él. A cuento de qué venían ahora con esa web, las calles estaban limpias, aparte de algunos muebles viejos abandonados cerca de los contenedores, la ciudad no necesitaba de esos “policías de la basura”. Casi se dió un corte en el dedo mientras picaba cebolla. La cortinilla musical dio paso a un anuncio de “Detergente Mariángeles, limpieza total de las manchas más difíciles.” Ahora Juan sí que se dió un corte en el dedo. La paranoia estaba llegando a límites absurdos. Fue al baño y se lavó con jabón el corte y se puso una tirita. Se fijó en la marca del jabón de manos: “Viuda de la Maza”. Incrédulo, volvió a mirar de nuevo el rótulo horadado en la pastilla: “Viuda de Itaza”.

Al volver a la cocina se le habían pasado las albóndigas de fritura y humeaban al fuego. En la radio entrevistaban al amigo de la desaparecida Ana Ferrer. Apagó el fuego y se sentó en el taburete a escuchar con atención.

-Estamos con Juan José González, amigo de la mujer desaparecida Ana Ferrer. Hola, Juan José.

-Hola.

-¿Cómo estás viviendo estos días lo sucedido con Ana?

-Pues muy preocupado, la verdad, ya he hablado con la Policía y les he contado todo lo que sé.

-¿Qué puedes contarnos, ya que suponemos que hay informaciones que no puedes divulgar?

-Habíamos quedado en casa para organizar unas vacaciones en Suecia... planificar hoteles, vuelos, comidas, esas cosas... Íbamos a ir a Malmö también porque ella es muy fan de la serie “Bron/Broen” y quería... –se le quiebra la voz.

-Tranquilo, Juan José.

-Pues eso, que nunca llegó a casa, vivo al final de la calle Águila Martínez...

Juan se quedó helado al oír el nombre de la calle. Su calle. Imposible. De todo punto imposible. Por eso la mujer iba caminando calle abajo cuando pasó delante de su puerta.

-...Nunca llegó, me llamó sobre las diez de la noche más o menos diciendo que venía ya para acá. Y luego, nada.

-¿Qué le ha dicho la Policía?

-Poca cosa, son muy reservados. Les dije que estaba solo en ese momento, que si buscaban que yo tuviera una coartada o algo así, que no tenía, estaba solo en casa esperándola. Pero que jamás, nunca, jamás le haría daño a Ana. Jamás.

Juan seguía en estado de conmoción. Un sudor frío le recorría la nuca. Hasta que la mente fría se impuso. Debía dar un paseo.

Dos horas de paseo hasta la cena, ni siquiera había mirado qué tenía planeado en la lista. Tenía claro que no pasaría por el cauce, reunió todas sus energía mentales para evitar pasar por allí. Fue calle abajo, buscando de algún modo difuso dónde podría vivir el amigo de la mujer. Había casas con jardines más elegantes, con rosales y buganvillas, otros más modestos con macetas de crasas, otros con el suelo enlosado para usarlos de garaje de coche pequeño. No podía deducir de ninguna manera quién podría vivir en cada casa. Estaba llegando al último número de la calle cuando se fijó que uno de los cordones de las zapatillas se había desanudado. Se agachó para atarlos cuando una idea le golpeó de repente, algo que iba rebotando en su cabeza de un lado para otro, resonando entre recuerdos difusos. Las zapatillas. Eran las mismas que había usado aquella noche. No podía correr el riesgo de que pudieran tener algún resto microscópico. Se dio la vuelta y volvió a casa.

Abrió el zapatero y buscó otras zapatillas de deporte, unas viejas que apenas usaba. Se quitó las que llevaba puestas y las metió en una bolsa. ¿Debía lavarlas antes? Las sacó y las puso en el bidé, después echó un buen chorreón de lejía y las cubrió con agua caliente. La semana que viene tendría que comprar zapatillas nuevas. Odiaba la zapatería que había a un paseo de su casa, estaba regentada por el típico vendedor que a cualquier pregunta te respondía con otra pregunta o con alguna corrección técnica que no venía a cuento.

Reflexionó sobre el hecho de que si a estas alturas aun seguía viendo huecos en su plan, algo no estaba haciendo bien, las docenas de pequeños detalles que estaba pasando por alto le ponían nervioso y aumentaban la paranoia, una obsesión que siempre había sido un arma para él y que ahora parecía estar fuera de control. Debía volver a recomponer su sistema, sus mecanismos, su perfecta relojería mental.

Miró la hora y se dispuso a cenar. Azar. No tenía nada preparado de la lista de comidas. Con lenta parsimonia cogió el cuadrante semanal, pegado con imanes a la nevera, y lo rompió en pedazos muy pequeños, tirándolos a la basura. Azar. Miró la nevera. Huevo cocido y un poco de atún en lata, con mayonesa de curry. Fruta. La que había en el frutero, manzanas. 

Tras cenar, se acercó al jardín, encendió la luz del patio y comenzó a arrojar tierra en el hueco que había dejado, haciendo una cama que permitiera echar las semillas del césped nuevo. Eran las once de la noche cuando terminó de dejar listo el jardín. Oyó ladrar al mini perro de la señora colorida. Abrió el portón y allí estaba, en la otra acera, dejándole hacer sus cosas en la valla del solar de enfrente. Pantalón ajustado a sus anchas caderas de color naranja y amarillo, camisa suelta de color verde y dorado y pulseras varias de color arcoíris. Ella se giró, lo miró y siguió su camino tironeando del chucho.

Eran las doce cuando entró en la ducha. Durante años estuvo tentado de quitar los espejos del cuarto de baño, de toda la casa. Evitando mirar las cicatrices de los pechos, en el pecho izquierdo en la parte inferior del pezón y en el derecho en la zona superior. Tuvieron que operarle de adolescente para volver a colocar esa parte del cuerpo, tenía una deformidad al nacer que hacía que uno estuviera arrugado y fuera de simetría y el otro pezón mucho más alto de lo normal. No era estética, podría afectar a la columna vertebral, decían, y de ahí la operación. Con los años, aceptó verse en el espejo.

Se puso el pijama y sonó el teléfono fijo. Desde el dormitorio, descolgó el auricular. Sabiendo que sería su padre.

-Hola –dijo en tono neutro, casi gélido.

-Tu madre ha entrado en coma... 

-Vale.

-Los médicos no saben qué puede pasar, ni si saldrá del coma o no y los daños... y... –con la voz temblorosa.

-Vale.

-Juan, es tu madre.

-Lo sé.

-Bueno, voy a ver si ceno algo, me quedo aquí de guardia...

-Vale.

Juan colgó y se dispuso a dormir. Esa noche durmió de un tirón y sin recordar pesadillas, las tuviera o no. Lo que no se recuerda, no existe.

La mañana clara y soleada se colaba por la ventana de su dormitorio. El lento cambio de estaciones le generaba desconcierto, aunque últimamente el orden que se había impuesto se estaba resquebrajando hacia un mundo desconocido para él. Sabía improvisar pero dentro de un orden, el suyo. Aceptaba el azar como una coordenada más, aunque improvisar sin organización previa le parecía demasiado primitivo.

Para el desayuno miró lo que tenía en los armarios de cocina y en el frigorífico. Pan tostado con mantequilla y un café. Era temprano, así que fue directamente a leer las noticias. Ansia y curiosidad mezcladas daban una combinación extraña en Juan, una sensación nueva para él.

Nada en portada que a él le sirviera para algo. “Marta Bejarano, concejal, encara el miércoles nueva cita con la jueza Rosa Peinadora tras su decisión de que el caso acabe en un tribunal con jurado.” Para Juan esto era como ver el fútbol, ni le interesaba, ni entendía cómo le podía interesar a nadie. Para su socialización debía conocer las rivalidades futbolísticas locales, nacionales e internacionales, y así poder contestar a las preguntas sobre el último partido o a las decisiones de los entrenadores. Aburrido. Siguió mirando la prensa, leyendo en diagonal. Nuevas noticias sobre el calentamiento global, un robo en una gasolinera a punta de pistola, un artículo sobre los microplásticos y el horóscopo, que últimamente parecía volver a estar de moda. “¿Desde cuándo?” Se preguntaba sin saber la respuesta. Hizo clic en su signo: “Hoy tendrás el corazón a flor de piel. Dedicarás esfuerzos a resolver problemas en diferentes áreas. El peligro es que te quedes atrapado en el aspecto mental de las cosas. El aspecto en juego de hoy te recuerda la importancia de tus emociones.” Basura aleatoria que tampoco entendía cómo podía motivar a nadie, lo mismo que el deporte televisado o visto en el campo. Absurdo. Emociones ajenas.

El día de trabajo pasó a toda velocidad, y cuando se quiso dar cuenta ya estaba en el coche de vuelta a casa, uno de esos días donde el tiempo no significa nada y sólo había un instante de conciencia a la entrada del banco y otro a la salida. Ese día no puso la radio y se pasó el camino tarareando una canción infantil: “¿Quién le tiene miedo al lobo, miedo al lobo, miedo al lobo. ¿Quién le tiene miedo al lobo? Que lobo será... Que looobooo seeeraaaá... Nana-na-na, na, na, na, naaa, na...” Tarareaba pensando en lobos temerosos y humanos mata lobos. Al llegar a casa, vio que no tenía aparcamiento cerca, así que dió una vuelta y terminó aparcando al final de su calle. Una reportera con un micrófono entrevistaba a un hombre en la treintena en la puerta de una casa, suponía que su casa. ¿Podría ser el amigo de la mujer? Podría. ¿Podrían estar los periodistas buscando carne fresca en otros vecinos? Carne fresca, qué gracioso, pensó. Suspiró y se bajó del coche, sin mirar la escena.

Ya en casa, fue directamente al portátil. Se había dejado el cable conectado al router. Imposible. ¿Habría muerto ya su madre? ¿Seguiría en coma? Sólo le quedaban dos manzanas en el frutero y ya no tenía lista semanal de comidas. Debía comprar zapatillas nuevas. Por puro enfado consigo mismo, desconectó el cable y no miró las noticias.

En la cocina preparó huevos fritos, arroz hervido y una ensalada con remolacha y cebolla. De postre, manzana. Debía ir a la verdulería, pero al mercado sólo se iba los sábados. Quizás podría ir al supermercado que había a diez minutos andando desde casa. Un lugar pestilente de una cadena provincial a precios imbatibles y calidades insoportables. El “nuevo” Juan podría intentar ir a comprar allí.

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Hume tiene para todos

“ [...] En todo sistema moral de que haya tenido noticia, hasta ahora, he podido siempre observar que el autor sigue durante cierto tiempo el modo de hablar ordinario, estableciendo la existencia de Dios o realizando observaciones sobre los quehaceres humanos, y, de pronto, me encuentro con la sorpresa de que, en vez de las cópulas habituales de las proposiciones es y no es, no veo ninguna proposición que no esté conectada con un debe o no debe. Este cambio es imperceptible, pero resulta, sin embargo, de la mayor importancia. En efecto, en cuanto que este debe o no debe expresa alguna nueva relación o afirmación, es necesario que ésta sea observada y explicada y que al mismo tiempo se dé razón de algo que parece absolutamente inconcebible, a saber: cómo es posible que esta nueva relación se deduzca de otras totalmente diferentes. Pero como los autores no usan por lo común de esta precaución, me atreveré a recomendarla a los lectores: estoy seguro de que una pequeña reflexión sobre esto subvertiría todos los sistema corrientes de moralidad, haciéndonos ver que la distinción entre vicio y virtud, ni está basada meramente en relaciones de objetos, ni es percibida por la razón.” (Hume, “Tratado de la naturaleza humana, tomo III: De la Moral”, 1739).

David Hume (1711 – 1776), en su estilo directo, nos presenta en el famoso anterior párrafo de su “Tratado la Naturaleza Humana” el famoso problema del “Ser y Deber Ser”, que significaría toda una revolución para el pensamiento moral dominante hasta mediados del S. XVIII. Y es que el ilustrado escocés no sólo es uno de los filósofos más destacados dada la repercusión de su pensamiento y propuesta empirista, sino que en especial fue uno de los críticos más puntiagudos con las pretensiones de tradición filosófica que se establecían como ciertas y dominantes en su época. Pretensiones que, como veremos, aún son en muchos casos vigentes. Su reductivismo en los planteamientos, su extremismo y contundencia en sus postulados, esa cierta “alma provocativa” y tendencia hacia lo cómico que desprende su obra han servido como arma perfecta para lo que sería uno de los objetivos del autor: presentar una visión renovada de cuestiones permanentes. El distanciamiento de preceptos religiosas (sepan que Hume fue condenado como ateo por lo que se le prohibió cursar cátedra en la universidad de Edimburgo), el entusiasmo en el desarrollo de la ciencia (su insistencia en recalcar que los hechos deben ser observables) a la vez que una dura crítica a esta misma ciencia desde el extremismo empírico (su negación de la “causa - efecto”), y la advertencia sobre la imposibilidad de liberarnos de nuestros errores lógicos marcarían gran parte de su obra.

Dentro de este trabajo crítico destacará su ataque frontal a un modo de razonar típico de los filósofos morales hasta ese momento: el de deducir normas a partir de juicios de hecho, es decir, el de determinar la moral en razón a la descripción de la realidad. Esta advertencia es conocida como “La Guillotina de Hume” o “El Problema del Ser y el Deber Ser”. Como descripción estricta, Hume nos muestra la imposibilidad de crear enunciados normativos a partir de enunciados descriptivos sobre cuestiones de hecho sin caer en el error lógico presentado. Veamos un ejemplo:

Enunciado descriptivo: Siempre hubo violencia

Enunciado normativo: debe haber violencia

Desde el punto de vista lógico no existe ningún puente que una la "realidad del ser" con "la obligación del deber ser", ambas son independientes e irreductibles. De la realidad que nos muestra que "siempre hubo violencia" no podemos inferir que "deba haber violencia", no existe justificación alguna para esto. Para Hume los objetos morales no pueden ser aprehendidos por métodos deductivos (de relación o de simultaneidad): ni aparecen como relaciones de ideas, ni aparecen como impresiones de la realidad a través de nuestros sentidos. Veamos por ejemplo el objeto moral del vicio. Este no se encuentra en ningún lugar hasta que uno reflexiona internamente y encuentra ese sentimiento de desaprobación llamado vicio. Los juicios morales serían así enunciados sobre la mente del que habla:

"Los "juicios morales" que formulo se refieren a mí, y cuando alguien dice "X es vicioso" esta diciendo que tienen un cierto sentimiento hacia X" (Barry Stroud, "Hume", 1977).

Esta vuelta del revés de la concepción moral será de suma importancia en la historia de la filosofía moral: cuando indicamos que “ese acto fue vicioso, cometido por una persona perversa”parece que indicamos algo sobre una acción y sobre un agente, y no algo sobre nuestras emociones, que es según Hume lo que ocurre. Los atributos morales (vicio, virtud, bueno, malo, etc...) no serían más que enunciados de nuestros sentimientos, que no deben ser confundidos con deducciones del entendimiento al observar la realidad externa. Vemos así como para Hume de la ontología objetiva (estudio de la realidad del ser) no podemos derivar la deontología (determinación de como debe ser la conducta humana). La moral sólo podría nacer así de las emociones y sentimientos internos:

“Este razonamiento no sólo prueba que la moralidad no consiste en relaciones, que son objeto de la ciencia; sino que si se examina probará con igual certeza que no consiste en algún asunto de hechos que pueda ser descubierto por el entendimiento” (Hume, Tratado de la naturaleza humana, tomo III: De la Moral, 1739)

"Ser y Deber Ser": previsión a futuro y leyes naturales.

Para Hume tampoco debemos confundir la capacidad de previsión con "el deber ser". Dadas ciertas condiciones, "de lo qué es" y "de lo que fue", de la realidad inmediata y de nuestro conocimiento del pasado, podemos atrevernos a concluir "lo que será" (aunque como veremos más abajo, Hume rechazará la “causa - efecto”). Vemos así como las previsiones a futuro solo se mueven en el plano del ser. Una previsión a futuro no puede tener en cuenta "lo que debió ser" y "lo que debe ser" para indicar "lo que será", ya que esto último pertenece "al ser" y no al "deber". Por ejemplo: podemos verificar como durante toda la historia existieron asesinatos, por lo que esto nos lleva a pensar, coherentemente, que un futuro seguirán existiendo asesinatos, al menos mientras no cambien las condiciones sociales y factores humanos. Pero de esta previsión no debemos concluir que, al menos algunas personas, "deban ser" asesinos (siempre entendiendo este “deban ser” como posibilidad de justificar moralmente el asesinato).

Y de igual manera para Hume no debemos confundir las "normas de conducta" con las "leyes naturales". Al fin y al cabo, una "ley natural" es un conjunto seleccionado de proposiciones descriptivas, logrado gracias al lento desarrollo de las ciencias. Y como ya vimos más arriba, de las proposiciones descriptivas no existe capacidad lógica de concluir proposiciones normativas. Las leyes de la naturaleza no anuncian el ser profundo de los fenómenos, sino que describen sintéticamente las relación de secuencia o simultaneidad que se dan en estos. Muchas de las leyes naturales están asentadas a partir de la "causalidad", la cual afirma que a un determinado fenómeno (causa) suceda otro fenómeno (efecto): si se da "A" se dará "B", ejemplos: "si se aplica calor al hierro este se dilatará", o “para toda acción corresponde una reacción igual y opuesta”. La ciencia se soporta sobra la causalidad como un postulado de la razón que exige encontrar conexiones de "causa - efecto" para explicar la realidad. Hume, como empirista radical no aceptará la relación de "causa - efecto": para el escocés, que en todas las observaciones sobre un mismo fenómeno se haya podido observar un mismo efecto no significa que en el futuro deba de ser así (ya dijimos más arriba que Hume tenía la capacidad de llevarnos a un inspirador extremismo y a cómicas situaciones). Y aunque hoy nos resulte alejado aceptar tal empirismo radical, aunque aceptemos la existencia de relaciones eternas de "causa - efecto", no existiría ningún puente lógico para determinar normas morales a partir de estas relaciones eternas. El objeto de actuación de la moral, cuando estas se transforman en ley, son los seres que tengan libertad para obedecerlas o infringirlas, pues sólo donde pueda existir esta posibilidad tendrá sentido legislar. Es absurdo legislar allá donde los seres tengan una conducta imposible de ser alterada. Por eso las normas se deberían dirigir exclusivamente a la conducta consciente y libre de las personas: igual que no tiene sentido legislar el sistema circulatorio de la sangre en nuestro cuerpo, no tiene sentido legislar el comportamiento de los animales.

Principales críticas y contracríticas al problema del “Ser y Deber Ser” de Hume.

Como no podía ser de otra manera, un planteamiento de tal calado fue objeto de innumerables críticas, tanto en su publicación como posteriormente. Y es que en el fondo plantea algunas de los dilemas morales más profundos: ¿dónde se encuentra la moral?, ¿por qué y cómo se llega hasta ella?, ¿por qué aceptamos o rechazamos ciertas acciones morales que percibimos, y por qué tomamos ciertas actitudes hacia ellas?,  A continuación se presentan, de modo muy breve pues la bibliografía crítica a este respecto es enorme, las principales críticas al planteamiento del filósofo.

- Amoralidad, positivismo y relativismo: El pensamiento de Hume en muchas ocasiones ha sido tachado o bien de amoral, o bien de relativista. Primero advertiremos que cualquier lectura del pensamiento moral de Hume rápido nos muestra que la amoralidad no existe en su propuesta: Hume nunca dijo que no existiera la moral ni que no debiéramos hacer caso a nuestra moral. Como apuntábamos más arriba, para Hume la moral nace del emotivismo, de aquellos sentimientos que surgen de lo más profundo del individuo. Esto es acorde a la propuesta empirista de Hume, que defiende que el conocimiento solo puede venir o bien a través de la experiencia sensible o bien a través de las relaciones deductivas de ideas: si en la realidad que nos muestran nuestros sentidos no podemos encontrar la justificación moral, y si la moral tampoco puede encontrarse en las relaciones de causa o simultaneidad, esta sólo puede venir de los sentimientos. La moral nacería así de las emociones. Y esto último, el justificar la moral en las emociones es los que nos lleva a tratar el relativismo de Hume. Dado que las emociones pueden ser diferentes para cada individuo, incluso tras la observación de un mismo fenómeno, Hume estaría aceptando que la moral podrá ser diferente para cada persona, esto es, que será relativa dependiendo del sujeto. La crítica aquí sería la siguiente: aceptar un relativismo en la moral abriría la puerta a negar la posibilidad de cualquier ordenamiento moral, ya que la verdad o falsedad de las afirmaciones morales no serían objetivas ni universales, sino relativas al sujeto, por lo que de aquí se derivaría una imposibilidad en el diálogo y acuerdos sobre cuestiones morales. A este respecto, creo importante rescatar el siguiente párrafo de “La investigación Sobre el Entendimiento Humano”:

“El único objeto del razonamiento es descubrir las circunstancias de ambos lados [lo que es valioso y lo que es condenable], que son comunes a estas cualidades; observar las particularidades estimables en un lado, y las condenables en la otra; y por tanto alcanzar los fundamentos de la ética, y encontrar esos principios universales de los cuales toda la censura o aprobación es ultimadamente derivada. Como esta es una cuestión de hechos, no de ciencias abstractas, únicamente podemos esperar tener éxito siguiendo el método experimental, deduciendo máximas generales de la comparación de instancias particulares” (Hume, Investigación Sobre el Entendimiento Humano, 1748)

Para Hume no existe impedimento en que a partir de las emociones sea posible derivar aserciones éticas tipo “principios universales”. Lo que cuestiona es el método de los filósofos hasta ese momento, el de establecer primero un “principio general abstracto (una norma moral)” del cual se obtienen luego las derivaciones morales (bueno, malo, etc...), en vez de favorecer un método inductivo para llegar a esos principios. La conducta moral no puede derivar ni de hechos ni de ideas puras; sin embargo esto no significa que los sentimientos no puedan ser inductivamente abreviados para dar origen a algún tipo de principios éticos. Que los sentimientos no nazcan de las ideas no significa que estos no puedan ser expresados en ideas, ni que estas ideas, una vez conocidas, no puedan pensarse de forma lógica. El matiz es sutil, pero de importancia. El escocés, dentro de esta posibilidad de categorizar las emociones, propondrá a “la simpatía”, véase la capacidad de compartir las emociones con otros, como el principio moral que otorga universalidad al sentimiento moral. Hume propone así que más allá de un relativismo donde cada individuo operaría moralmente aislado a los demás, en realidad estaríamos abiertos compartir y comprender los sentimientos de los demás. Todos compartiríamos unas mismas emociones básicas que suelen producir unas mismas reacciones morales, a la vez que las emociones son y pueden ser “educadas” a lo largo de la vida del individuo para obtener unos mismas juicios morales a mismas acciones. En cualquier caso, y en opinión del autor de este artículo, Hume no desarrollaría suficientemente esta propuesta, por lo que la sombra de la posibilidad de un relativismo moral a partir de los postulados de Hume es amplia.

- Tesis de la incomunicabilidad absoluta: Pretende encontrar en la tesis de Hume la siguiente contradicción: si del “ser” no puede derivarse el “deber ser”, existiría una contradicción al afirmar que “del ser de los sentimientos” se podrá derivar la moral. Esta crítica englobaría dentro del “ser” o “realidad” indicadas por Hume a las emociones. La cuestión aquí a resolver sería la siguiente: si cuando Hume habla del “ser” o de la “realidad” incluye aquí a las emociones y sentimientos internos, o si más bien sólo estaría hablándonos de fenómenos ontológicos externos. En opinión del autor de este artículo, parece difícil conceder que para Hume las emociones internas formaran parte del “ser" del que habla Hume, en especial teniendo en cuenta el resto de su obra. El “ser” para Hume sólo trataría los fenómenos ontológicos propios a la realidad externa.

- Searle y la crítica desde la filosofía analítica: Varios han sido los intentos de criticar el problema lógico del “Ser y Deber Ser” desde la propia filosofía analítica (estudio conceptual del lenguaje por medio de lógica formal). Probablemente el más conocido sea el emitido por John R. Searle en 1964, publicado en su artículo “Como Derivar el Deber Ser del Ser”. El razonamiento es el siguiente: el hecho de hacer una promesa crea la obligación moral de cumplir lo prometido. Por lo tanto y por ejemplo para las siguientes proposiciones descriptivas y normativas no existiría contradicción lógica:

Enunciado descriptivo: Juan prometió a su amigo ser honesto.

Enunciado normativo: Juan debe ser honesto con su amigo.

Searle afirma así que la propuesta de Hume adolece de un error de base: que existen unos enunciados descriptivos que encierran en si mismos enunciados normativos, estos serían los “actos del habla” relacionados con las promesas, juramentos, contratos, etc. Una promesa implica lógicamente asumir una obligación, por lo que tautológicamente (formula lógica bien formada que resulta verdadera en cualquier situación) se está en esa obligación. La frase “Juan prometió a su amigo ser honesto” lleva a que Juan asuma la obligación de su promesa, la de ser honesto a su amigo, de manera que se evidencia que ese enunciado descriptivo contiene en sí misma el enunciado “Juan es honesto”. Esto nos lleva a la posibilidad de encontrar el juicio moral en el “ser”, en la realidad, ya que existirá la posibilidad de evaluar las acciones de Juan y comprobar si este cumple con su promesa, y por tanto comprobar en esas mismas acciones si “Juan es honesto”.

Esta crítica abriría una nueva vía al contractualismo, corriente moral que admite y propone que las normas pueden ser dictadas después de un contrato social (ver aquí breve descripción de la propuesta de contrato social propia de Rawl), un acuerdo entre individuos sociales. La cuestión aquí sería determinar hasta que punto las palabras y el lenguaje forman relaciones institucionales, esto es, hasta que punto el habla recoge la normativa moral de la sociedad. Aceptar que una promesa obliga moralmente al individuo a su realización es diferente a decir que el hecho de prometer haga que esa misma promesa se cumpla. De hecho decir esto último sería falso, ya que todos los días vemos en nuestra sociedad ejemplos de promesas que no se cumplen, por lo que se podría afirmar que un enunciado descriptivo que presente una promesa no tiene porqué resultar en un enunciado normativo, ya que la realidad nos muestra que el significado de esa palabra, “promesa”, no tiene una relación directa con la realidad.

Una vez presentado, muy sintéticamente, la propuesta de Hume y sus críticas (ánimo al lector interesado a profundizar en esta cuestión) pasaremos a presentar algunos aportes personales del autor de este artículo.

Notas del autor del artículo. Hume tiene para todos.

"- ¿Y usted no cree que la moral, si es tal, se impone también sin nosotros? – No, no y no. Se impone tanta moral en la medida en que nosotros la impongamos. La victoria de la razón sólo puede ser la victoria de los que razonan» (Bertolt Brocht, "Vida de Galileo", 1939).

- “Ser y Deber Ser”, historia y ciencia: La historia pretende decirnos cómo fue lo ocurrido, la ciencia pretende describirnos las relaciones de los fenómenos, pero ninguna de estas dos tiene capacidad para decirnos si "debió ser así o no" y "si debe ser así o no", ambas se mueven en planos distintos a la moral, ambas son descriptivas y no normativas. Las leyes jurídicas o científicas siempre corren el riesgo de ser epifenómenos de su época, es la historia la que se expresa a través del derecho o de la ciencia, y no al revés. La historia y la ciencia nos dice lo que en cada época conviene legislarse o tomarse por verdadero: las leyes de hoy pueden ser muy diferentes a las de ayer y a las de mañana (miren como hemos pasado, por ejemplo, de un mundo dónde existió el "derecho de pernocta" a otro que no lo permite), y de igual manera las teorías científicas de hoy pueden ser muy diferentes a las de ayer y a las de mañana (ejemplo típico de esto sería el paso del sistema geocéntrico ptolemaico al sistema heliocéntrico copernicano y de este último al que nos mostraron Newton y Kepler). La historia y la ciencia no son quiénes para juzgar sobre la moral, por mucho que creamos saber cómo fueron y son las cosas, la moral no nacerá del conocimiento de la realidad, sino que estará en otro lugar. Buscar en la historia o en la ciencia las bases para crear las normas morales resulta en algo tremendamente peligroso: esta incapacidad de determinar la moral en función de un pasado y de un presente resulta hoy en día en una necesaria advertencia para aquellos que pretenden fundamentarla a partir de un "burdo materialismo historicista" (y digo burdo por diferenciarlo del "no burdo") o a partir de un cientifismo ciego. Buena reflexión para los tiempos que corren, donde presenciamos como, de nuevo, se crean leyes a partir de supuestos históricos, culturales o científicos que pretenden legislar de forma diferente en función de alguna de nuestras características innatas.

- “Ser y Deber Ser”: la cuestión numérica: Muy conectado con lo anterior asistimos, también hoy de nuevo, a que se otorgue validez a la cuestión numérica para dictaminar normas morales: esta pretensión persigue encontrar en la repetición de “mismos” sucesos la columna a partir de la que apoyar ciertas normas. A mayor número de sucesos, mayor necesidad de legalizar. No deja de ser curioso, y prueba de la no relación entre la frecuencia de sucesos y su necesidad de legalización, que para diferentes fenómenos con alta tasa de repetición la respuesta legislativa, legalizar o ilegalizar, sea diferente: mientras que en ocasiones de que un acto se repita mucho se extrapola la conclusión de que debe ser legalizado, otras veces la conclusión es su contraria, que sea ilegalizado. Si esto es así, si no existe una relación entre tasa de repetición y determinación de legalización o ilegalización, estaríamos reconociendo que la moral (de la que partirán la posterior legislación) se deberá encontrar en otra parte diferente a la cuestión numérica. Observamos como algunos pretenden justificar la legalidad del aborto o de la prostitución en base a su gran tasa de repetición ("son realidades que se repiten en gran número y seguirán existiendo, y por eso deben ser legalizadas", dicen algunos; “más de x casos de aborto al año en España justifican su legalidad” escuchábamos en boca de una ministra), mientras por el contrario se defiende la ilegalización total de las donaciones de particulares a partidos políticos porque hemos observado que "muchas de estas" esconden infames corruptelas. Vemos como algunos justifican una diferente pena para cada sexo alegando "que la tasa de muerte es mucho mayor en la violencia de hombres hacia mujeres que al revés, y de ahí la necesidad de diferentes penas disuasorias” pero a la vez se esta totalmente en contra de aquellas propuestas que presentan diferentes condenas en función a la etnia, raza, cultura, lugar de nacimiento y la tasa de repetición de ciertos delitos en estas. Olvidamos como la cuestión numérica sirvió para justificar el toque de queda nocturno para la población negra de ciertas ciudades europeas del S. XIX (al fin y al cabo el mayor número de delitos lo cometían los negros) o como una de los anhelos históricos de la más rancia derecha ultraconservadora en USA justifica en la cuestión numérica su propuesta de aumentar las penas por los mismos delitos dependiendo de si eres blanco o “negro / latino” (ya que, al fin y al cabo y con los números en la mano, estos últimos son los que más delitos cometían, los que más delitos cometen y los que más delitos cometerán de no cambiar sus condiciones). Una cosa es valorar las repercusiones que cierta legislación tuvo en relación con los objetivos marcados (por ejemplo, la ilegalización de las drogas no parece haber tenido los efectos deseados) y otra es la simpleza de justificar cambiar la legislación por una alta tasa de repetición (siguiendo con el ejemplo de la droga, la razón para cambiar o no la legislación al respecto no será sólo que muchas personas sigan consumiendo estas sustancias ilegales).

Hume tiene para todos.

Tal vez el lector atento se haya percatado del hecho de que se hayan expuesto algunos ejemplos y comparaciones de la incapacidad de dictar la moral a partir de la realidad especialmente sangrantes para algunas de los postulados más en boga que hoy en día defiende el "progresismo" (o como lo queramos llamar) desde unas supuestas realidades. El autor de este artículo reconoce haberlas seleccionado a propósito: utilizar como ejemplos el aborto, la prostitución, la propuesta de legalización de ciertas drogas o la ley de violencia de género son temas de candente actualidad que seguro han provocado diferentes reacciones entre los lectores, a uno que escribe este artículo le ayuda a bajar de la presentación divulgativa al barro ideológico. Pero permítanme, antes de lanzar cualquier furibundo comentario, explicarles las razones que me llevaron a esto: no se critica estas propuestas, sino ciertas pretensiones de razonamiento lógico que algunos otorgan a estas: el objetivo es resaltar como el progresismo adopta hoy en día bases filosóficas propias del conservadurismo. Y es que el problema "del ser" y del "deber ser" ha resultado históricamente buena receta contra moral conservadora. Como ya apuntábamos al principio del artículo, Hume consigue a través de esta reflexión propinar una herida al corazón de la moral religiosa imperante en su época, a la moral conservadora de su entorno. Pero es que esta herida, por mérito propio, continua sin cicatrizar en el corazón del conservador: hace tambalearse los cimientos de la moral religiosa sea cual sea la época y lugar, pondrá en evidencia ese darwinismo y malthusianismo mal entendido que pretende imponer cierta moral, al utilitarismo y hedonismo más tosco, a la fisiocracia económica, etc... Es receta eficaz para esos cuentos que otorgan a supuestas razas o supuestas pueblos supuestas superioridades, eso que tanto mal causo en el pasado S. XX. Es una perfecta respuesta a esos que apuestan por que la mujer se quede en casa "porque siempre fue así". Recuerden a Hume cuando alguien les intente justificar la pobreza o la desigualdad y miseria en función a supuestas leyes económicas, cuando intenten justificar que los menos preparados para un mundo competitivo deben ser pobres incluso trabajando “porque siempre les fue así”. Recuerden a Hume cuando algunos pretendan legislar diferente en función del lugar de nacimiento, cuando algunos justifiquen guerras “porque siempre existió guerras por los recursos” o porque "siempre avanzamos gracias a las guerras"... Ustedes seguro pueden seguir con otros ejemplos. Y es que al fin y al cabo el conservadurismo busca “conservar lo que es”, y para ello, en el mejor de los casos, se vale de una muy correcta, detallada y rigurosa descripción de la realidad para a partir de esta realizar su “salto de malabarista lógico” y transformar el “ser” en el “debe ser”. Frases tipo “las cosas tienen que seguir funcionando así porque así son” o “el mundo es como es, y así debe seguir siendo” seguro que les suenan, resumen muy bien todo esto.

En unos tiempos en que el propio pensamiento progresista se auto debilita en lo que siempre fue su feudo, la posibilidad de pensar como motor de cambio en una moral diferente y confrontrada a la realidad ahora existente, es importante recordar la advertencia de Hume, más allá del extremismo y relativismo propio a sus propuestas. El miedo a reconocer que en ocasiones nos veremos en la situación de tener que optar a inclinarnos hacia ciertas decisiones que ninguna ciencia, ningún pasado, ninguna realidad y ninguna previsión va a decirnos cuales son correctas, averiguar que la ideología puede nacer de nuestras más profundas e intimas emociones es algo que a lo que algunos parecen temer... siempre fue más fácil soñar con la existencia de algunas divinidades o de algunas realidades eternas que nos absolvieran de ser nosotros los responsables de decidir y actuar.

Hume tiene para todos.

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Teoría del bar de viejas

Supongamos que tenemos un bar de viejas, donde van a tomar el té con pastas, malmeter contra el vecindario y escandalizarse de lo que es al juventud de hoy en día.

Supongamos que a ese bar, establecido durante décadas como bar de viejas, va un grupo de cuatro chavales, y les piden que se vayan.

Esos chavales tiene dos opciones: la opción de marcharse, para hacer daño económico al bar, que deja de contar con los cuatro clientes jóvenes, que se tomaban sus birras y sus copas, o empezar a armar bulla y cagarse en dios, para que las viejas, escandalizadas, busquen otro apeadero.

Mediante la opción primera, el bar es estable y se permitirá ponerse exquisito con cualquiera, porque tiene a sus clientas fijas. No gana más, pero tampoco se arriesga a ganar menos.

Mediante la opción segunda, primero echas las viejas, y luego, te vas. Y a lo mejor el bar cambia de aire. O a lo mejor cierra.

Simples diferencias estratégicas.

La opción buena, por supuesto, es buscar la convivencia. Si esta es posible, alabado sea Jesucristo. Si no, pues bien está conocer las dos opciones.

menéame