Cuando se trata de actores de cuatro patas, los caninos generalmente han alcanzado un mayor nivel de fama que sus rivales felinos. Recordamos a Lassie, Benji y Toto, y más recientemente a Marley y Skip. Pero los gatos parecen enfrentar un camino más empinado hacia el estrellato de Hollywood. La culpa es de la falta de buenos papeles.