Desde hace ya varios años (y especialmente con el inicio del actual curso político) en La Marea seguimos el rastro del dinero que se destina a militarismo. El gasto militar tiene dos partes. Una oficial o clara, que es la incluida en el presupuesto del Ministerio de Defensa. Y otra muy borrosa, que procede de las partidas con evidente cariz militarista que están desperdigadas por otros ministerios y también de las modificaciones presupuestarias que cada semana se aprueban en el Consejo de Ministros.
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