Red Eléctrica, a la que el Gobierno cambió el nombre por Redeia, no ha sabido cumplir con su función y ha generado el primer gran apagón de la historia democrática de España, con unas pérdidas económicas aún por cuantificar y con una sensación por parte de la ciudadanía de desamparo y falta de información. Hará falta dirimir más responsabilidades, pero -por pura decencia política- Corredor debería poner su cargo ya a disposición del presidente del Gobierno. Si no, deberían cesarla de forma inmediata.
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