Cada 11 de julio se inhuman en Potocari los restos precarios que durante el año han podido ser identificados. Hoy, treinta años después del horror, el negacionismo serbobosnio pervive en un país fallido. Asombra ver cómo supervivientes musulmanes han regresado a la mixta Srebrenica. Un último apunte fugaz: el alto alminar de una mezquita nueva se alza junto al motel y restaurante Alic.
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