Ella no puede controlar sus extremidades ni su vocalización, pero sí su movimiento ocular, así que solo cuenta con eso para poder aprender a "hablar" y a comunicarse desde cero. Sus padres descubrieron una posibilidad para conseguir que "hablase": los dispositivos de comunicación aumentada basados en el rastreo ocular, algo que con mucho entrenamiento podría acabar consiguiendo que Dulce por fin se expresase.
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Es una historia impresionante y conmovedora, de las que te hacen recuperar la fe en la humanidad, y también en la tecnología.