El Sistema de Posicionamiento Global es, sin duda, uno de los inventos más útiles de finales del siglo XX. Ha facilitado considerablemente que barcos, aviones, coches y excursionistas sepan dónde están con un alto grado de precisión. Uno de los aspectos más emocionantes de este sistema son los satélites que rodean la Tierra. Sin embargo, los satélites son solo una parte de lo que hace posible el GPS. Mientras discuto su movimiento en profundidad, en el transcurso de esta publicación de blog también explicaré como los satélites...
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El artículo está bien, pero siendo tan extenso y teniendo cuidado en explicar todas las cosas punto por punto, echo en falta un tema bastante fundamental: ¿cómo saben los satélites exactamente dónde están? La respuesta es la sistema celestial de coordenadas internacioal (ICRF). En órbita es mucho peor, porque no existen marcas que nos indiquen exactamente dónde nos encontramos. Lo que hay que hacer es usar objetos brillantes en el espacio que nos sirvan como referencia para los satélites. Las estrellas son un buen lugar para empezar, pero resulta que se mueven. Su movimiento es muy poco, pero suficiente como para destrozar la exactitud que necesitamos. Por tanto hay que buscar objetos muy muy lejanos en el universo que, aunque se muevan, al estar tan lejos, parezcan estar lo suficientemente estáticos para nuestros intereses. Pero claro, al estar tan lejos, deben brillar mucho. ¿Y qué está muy lejos y brilla mucho? Un cuásar o núcleo activo de galaxia (AGN). Estos AGN son perfectos para hacer de referencia para los satélites, y son los objectos que se utilizan para el ICRF. ¿Lo curioso? Que el motor de un AGN, lo que lo hace brillar, es un agujero negro supermasivo en su centro. Así que, en resumen, los GPS funcionan gracias a los agujeros negros.
https://www.nasa.gov/centers/goddard/news/topstory/2009/icrf2.html
Muchos artículos sobre el GPS son bastante imprecisos con afirmaciones que suelen ser verdades a medias e incluso incorrecciones. Este, sin embargo, me sorprendió para bien. Muy riguroso, completo y con el añadido de las animaciones, es bastante extenso pero merece la pena.