Fabricantes de electrónicos bloquean la reparación independiente y llenan el planeta de basura. Localmente surgen resistencias a este modelo insostenible, como una profesora de Querétaro que fundó un club de reparadores que defiende el derecho a reparar lo que empresas quieren que tires. Amplió esta iniciativa a otros residuos y espacios, como el Club de Reparación de la Universidad Autónoma de Querétaro. “Trabajamos con colectivos ciclistas, chicas que cosen, mayores que saben oficios... poco a poco hicimos una red de reparadores locales".