El pasado uno de abril el jugador de béisbol David Ortiz se hacía un selfie con Obama. La cosa no hubiese tenido mucha trascendencia si no hubiese sido porque la foto estaba amañada. Ortiz, que tiene un acuerdo comercial con Samsung, utilizó un teléfono Galaxy Note 3 para captar la foto. Siete minutos después de que el jugador la colgara en Twitter, la cuenta oficial de Samsung la publicaba también. Cada vez es más complicado saber cuando una foto o un vídeo muestran lo que parecen mostrar o han sido creados por un equipo de publicistas.