Hace 9 años | Por lacabezaenlasnu... a eldiario.es
Publicado hace 9 años por lacabezaenlasnubes a eldiario.es

¿Y si el derecho al olvido dificultara el trabajo de los historiadores del futuro? Según Milagros del Corral, exdirectora de la Biblioteca Nacional, la desaparición de enlaces como resultados de búsquedas podría dar lugar a una visión sesgada de nuestra época a ojos de la historia.

Comentarios

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Mucha gente piensa que esta civilización tiene futuro y por lo tanto habrá historiadores para contarla, pero seguramente dentro de poco el ser humano regresará al lugar que le corresponde, o sea, a las cuevas con suerte, pero lo más probable será a los árboles. Para el comienzo de la Tercera Guerra Mundial y el fin del mundo queda muy poco, y si no te lo crees pregúntale a cualquier puto Testigo de Jehová que te llame a la puerta de tu casa un domingo a las 7 de la mañana.

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#1 no me importa vivir en una cueva si me llega internet por fibra optica

¿el fin del mundo significa el fin de internet?

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#2 No sé, habría que preguntárselo a los putos Testigos de Jehová.

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#3 a ver si llega el fin del mundo para los sectarios.

delawen

Yo estoy de acuerdo. Hace ya tiempo que llevo protestando contra el derecho al olvido, pero este artículo ha terminado de ponerme las ideas en orden.

Cuando hablamos del derecho al olvido, la mayoría de las veces hablamos de casos vergonzosos que queremos que desaparezcan de nuestra vida. Pero ¿qué pasa con los hechos que van más allá de una situación vergonzosa? Por ejemplo, un pederasta rehabilitado podría querer que le borraran de las listas de pederastas. ¿Le dejamos?

Aznar podría querer que se olvidara el hecho de que bombardeó Afganistán sin motivo. Botella podría querer que no se hablara de que estuvo en un spa mientras había una crisis terrible en Madrid. Zapatero podría querer que nadie recordara quién modificó la Consitutición para darle prioridad a la deuda antes que a las necesidades del país. Bárcenas podría pedir que se borraran de la memoria colectiva sus cuentas en Suiza. ¿Les dejamos?

Podríamos incluso tener genocidas que quieren que ya no se sepa que mataron a gente y la dejaron abandonada en cunetas. Es más, podrían pedir que ni se reabrieran las cunetas en función de su derecho al olvido. ¿Dónde ponemos el límite?

Eso por no obviar que es ponerle puertas al mar. Internet es ya lo suficientemente grande como para que ni el Gran Firewall Chino pueda contener críticas, ¿cómo van a conseguir el derecho al olvido?

Conclusión: el mundo se ha vuelto un pueblo enorme. Si no quieres ser la comidilla de las viejas en la plaza del pueblo, no dejes pruebas de nada que te avergüence.