Los legisladores del Estado de Washington (USA) han aprobado un proyecto de ley que abre la puerta al sector de la recarga de coches eléctricos a un grupo que hasta ahora han brillado por su ausencia: las empresas energéticas. El objetivo es ayudar al mercado de los coches eléctricos a superar el dilema de la gallina y el huevo: el coste de instalar estaciones de carga para coches eléctricos es demasiado elevado, y aún no hay un volumen suficiente de estos coches circulando por las calles para que el despliegue de estas estaciones sea rentable.
Comentarios
Es el mundo al revés.
Van a diseñar el sistema de vehículo eléctrico en función de una sola marca como Tesla, que tiene coches de altas prestaciones que necesitan cargadores rápidos de gran potencia, con lo cual convierten los cargadores en un problema.
Lo lógico es cargar el coche en cargadores normales que no necesitan instalaciones especiales, y centrarse en el verdadero problema de los coches eléctricos: Producir electricidad sostenible para ellos.
#1 Supongo que demanda y oferta irán colocando las cosas en su sitio.
#1 Tesla lidera el sector y sus patentes las han abierto a cualquiera sin coste alguno (open source) Me parece que tiene bastante sentido adoptarlo como estándar.
Y evidentemente se necesita mucha potencia para recargar cualquier vehículo eléctrico. Creo, por tu comentario que no conoces muy bien como funciona esto.
#3 La mayoría de los vehículos eléctricos que puedes encontrar en el mercado español, se pueden recargar en enchufes normales con recargas de 10 o de 16A, creo que no hay nada mas estándar que poder recargar el coche en un enchufe normal y corriente.
Muchas marcas ofrecen en opción cargadores rápidos de 32 A., que corresponde a una potencia de unos 6 KW y 32 A, que aunque ya no suele ser muy habitual, si que entra dentro de lo que podemos tener en algunas instalaciones domesticas.
El cargador básico de los Tesla es de 10 KW algo que es muy raro tenerlo en casa, y los supercargadores de Tesla y otros, de 30 a 50 kW, son instalaciones industriales, que vienen bien en algunos sitios, pero que no formarán parte de la popularización de los vehículos eléctricos.