En el colegio todos aprendimos que el agua es un fluido incoloro, insípido e inodoro, pero la experiencia nos demuestra que no siempre es así. Este líquido tan esencial para la vida en nuestro planeta puede contener pequeñas partículas de otras sustancias que podrían dotar al agua de un cierto sabor, colorearla ligeramente, e, incluso, darle olor.
Para quien piense que esto no pasa de mera curiosidad, que vea el vídeo hasta el final.
A parte de las aplicaciones médicas, hay otra muy interesante en el desarrollo de saporificantes artificiales que restituyen sabores a productos alimenticios industriales, haciéndolos más atractivos.
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Para quien piense que esto no pasa de mera curiosidad, que vea el vídeo hasta el final.
A parte de las aplicaciones médicas, hay otra muy interesante en el desarrollo de saporificantes artificiales que restituyen sabores a productos alimenticios industriales, haciéndolos más atractivos.
Ya sabemos a que huelen las nubes ¡Jódete ausonia!