Como helicópteros de semillas que caen lentamente hacia el suelo, estos “microfliers” recién creados atrapan el viento para lograr un vuelo controlado sin motor. Una nueva investigación en Nature afirma el viejo adagio de no perder el tiempo tratando de reinventar la rueda. Los ingenieros de la Universidad Northwestern en Evanston, Illinois, tomaron prestado mucho de la naturaleza para desarrollar microchips capaces de vuelo pasivo. Llamados “microfliers”, los diminutos dispositivos se mueven con la brisa mientras caen y aprovechan los poderes
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¿Y por no humanos?