Stefanello, natural de Rio Grande do Sul, en Brasil, tiene solo 22 años, pero entre él y su compañero, Fernando Ferreira, han ideado un sistema de sensores que, unido al uso de bombillas de bajo consumo, pretende aligerar el impacto energético que la iluminación de las grandes urbes tiene sobre el ecosistema.
A mi me parece innecesaria mucha de la iluminación noctura pero tampoco hay que descartar su utilidad "psicológica". Si una persona ve una calle oscura se siente más insegura.
Comentarios
Luces que serán útiles sólo si conoces el camino.
A mi me parece innecesaria mucha de la iluminación noctura pero tampoco hay que descartar su utilidad "psicológica". Si una persona ve una calle oscura se siente más insegura.
#2 pues habrá que buscar un equilibrio entre cómo me siento de inseguro al caminar y el gasto energético y la contaminación lumínica.