Durante siglos, en Japón los patos fueron aliados naturales a la hora de controlar la proliferación de algas y malas hierbas en los arrozales. El movimiento de sus patas palmeadas desmenuzaba las plantas y removía el fondo, lo que impedía que estas recibieran luz solar para crecer.
Comentarios
Llámadme loco, pero..... ¿Y si usan patos normales?
Que decepción... esperaba que al menos tuviera la forma de pato