Fue la primera mujer en trabajar para Google y la empleada número 16 del gigante tecnológico. Una de sus primeras tareas como empleada de Google, fue buscar una oficina adecuada para la compañía, cuando sus fundadores decidieron abandonar el garaje. “No teníamos presupuesto de marketing, pero se suponía que debía comercializar la empresa, conmigo como único medio”. Se le ocurrió llegar a acuerdos con las universidades para incrustar un cuadro de búsqueda de Google de forma gratuita en sus webs con el fin de conseguir tráfico y funcionó.
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No teníamos presupuesto de marketing, pero se suponía que debía comercializar la empresa, conmigo como único medio
Y así amiguitos, sin ninguna otra financiación Google se convirtió en el monstruo que todo lo puede. Mañana, como el negocio de la manzanita se hizo por dos duendecillos en un garaje