En los últimos años ochenta de los que se tiene constancia, entre microordenadores de ocho bits, bocadillos de Nocilla y casetes de la Súper Pop, se popularizaron, en el mundo moderno de aquel entonces, los reproductores y grabadores de vídeo analógico. El movimiento cultural magnetoscópico de aquella época, unido a la picaresca que caracterizaba a según qué colectividades, dio en el fenómeno de lo que se conoció como vídeo comunitario, una suerte de 'streaming' del momento que consistía en un aparato de vídeo compartido por varias viviendas.
Comentarios
Aún recuerdo la cara de mi padre cuando le pregunté, con unos 7 u 8 años, qué era eso de "Porno 20" (XX, que era yo muy listo y ya me sabía los números romanos) que venía en la programación del vídeo comunitario. "Cosas de mayores", me decía siempre. Y a los pocos días volvía a preguntar que qué era, pero nunca varió la respuesta
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