Un año más, la diversión de innumerables festejos estivales ha tenido lugar a costa de astados muertos, arrastrados hasta la extenuación o alcaldes que amedrentan a activistas en redes sociales. Contabilizar todos los casos de tortura animal es "prácticamente imposible", sentencia Yolanda Morales. "Es difícil porque solo nos enteramos de aquellos en los que, casualmente, hay alguien contrario al maltrato animal que lo denuncia o se atreve a hacerlo", explica Zaldívar a este medio.
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La tortura no es cultura
Gente que hace cosas así son criminales en potencia sin más paliativos. Y a veces también los que hacen leyes que lo permite y no hace lo que puede por impedirlo.
Madre mía con las tradiciones