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Microsoft da las gracias a Google

Por arreglarle otro fallo de seguridad en Explorer
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Hardware in Review: Dual-core processing

Vía Sergio Hernando www.sahw.com/wp/archivos/2005/12/12/procesadores-duales-y-multiproceso, un artículo para iniciar a comprender "en qué consisten y cómo funcionan los procesadores de núcleo dual y el multiproceso simétrico".
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Vulnerabilidad en Perl

Esta vulnerabilidad puede ser aprovechada en aquellos programas inseguros escritos en Perl que utilizan variables con valores definidos por el usuario en cadenas de caracteres y en donde no se realiza una verificación de dichos valores.
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Reto Forense, Episodio III

Leo en barrapunto que el Reto Forense, en su tercera edición, ya ha sido abierto. Organizado por al UAM y Red.es, este reto pretende fomentar el análisis forense en la comunidad iberoamericana.
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Más privilegios para los funcionarios ¿Son lícitos?

Desde Voto en blanco, Franky incide sobre el reiterado trato de favor recibido por la clase funcionarial española, en el caso que nos ocupa: los 10 días de la Conciliación de la Vida Familiar y Laboral. ¿Para cuándo el resto de ciudadanos/contribuyentes? ¿Somos todos iguales? Va a ser que no. Cosa de los gobiernos de turno y de los poderosos sindicatos de funcionarios.
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Libertad para Nesanet Demissie

detención ilegal de Nesanet Demissie, miembro de una ONG Etiope "Organization for Social Justice in Ethiopia", el día 29 de Octubre de 2005.
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Cuestiones de credo: sobre la discusión entre presión y esfuerzo fiscal

Cuestiones de credo: sobre la discusión entre presión y esfuerzo fiscal

Reconozco ser bastante perezoso si se trata de escribir sobre temas de rabiosa actualidad, sé que no soy el único al que le pasa. Ocurre que hoy, cuando aquello que inunda titulares, columnas de opinión, redes sociales y pseudo-debates de todólogos pretende golpearnos con un “directo al vientre”, psicopolítica en su forma más burda, las charlas y discusiones en que podemos vernos envueltos suelen encontrarse salpicadas de esa misma visceralidad, mal entendida por algunos, bien dirigida por otros. Distanciarnos de esa opaca ciénaga en la que se libra la batalla por el relato de la actualidad y a la que nos quieren arrojar, darnos tiempo para la reflexión e información, suele presentarse como una medida prudente, y hasta tal vez sea un primer silencio hoy en día algo contestario.

Pues bien: uno de los asuntos que estos días copan este presente desinformativo es la marcha de un famoso youtuber a AndorraEl asunto en cuestión no pasaría de ser como cualquier otro por el que este perezoso no gastaría aquí un artículo - parece que fuera algo nuevo que ricos de todo el mundo marchen a legislaciones con fiscalidades laxas para amasar más fortuna - si no fuera por haber reavivado aún más lo que es ya un nuevo clásico en la polémica de ámbito económico a la hora de determinar los niveles de fiscalidad y políticas que cierto estado aplica o debería aplicar. Si tuviésemos que reproducir, de forma sintética, un momento tipo de esta discusión, bien podríamos presentar el siguiente esquema:

  • Juanito: Los impuestos en España son muy altos.
  • Pepito: No. La “presión fiscal” en España está entre las más bajas de la UE. Y aquí se suele adjuntar un enlace o un archivo que haga referencia a un gráfico con una comparativa de presiones fiscales para diferentes países.
  • Juanito: No. Lo que debemos tener en cuenta es el “esfuerzo fiscal”. Y aquí Juanito también suele adjuntar otro enlace o archivo con una comparativa del “esfuerzo fiscal” por estados.

Y a partir de aquí la conversación podrá derivar hacia diferentes derroteros, aunque como norma general diríamos que rara vez se llega ni siquiera a un atisbo de acuerdo. 

Seguro que muchos de los lectores reconocen esta conversación en una u otra forma, y hasta posiblemente han sido actores en alguna ocasión. Aquí mismo, en los comentarios de noticias y artículos de Menéame, se repite este mismo esquema o parecido constantemente, y no hace muchos días ya se adelantó el compañero @johnnyquest con este artículo a lanzar el asunto en esta misma sección[1]. ¿Tiene algún sentido este debate en el que pareciera que la validez de un índice se intenta desacreditar con otro?, ¿son ambos índices fiables como conductores para tomas de decisión en política y niveles fiscales? 

Presión fiscal.

Con las palabras presión fiscal, llevadas al ámbito de estadoshacemos referencia a la relación existente entre los ingresos fiscales y el PIB. El cálculo no podría ser más sencillo: 

En su presentación, solemos utilizar la ratio en forma de porcentaje, para hacerlo así más inteligible. 

Vemos así (Fig. 1) como para el año 2018 la ratio de presión fiscal se situaba para España en un 34,7%, colocándose el dato dentro del grupo de menores presiones fiscales de la UE, más de 5 puntos por debajo del agregado UE-27 (40,2%). El dato contrasta, en primer lugar, con el de los ingresos públicos (revenue) españoles, que se situaban más de 7 puntos por debajo de agregado UE-27 (ver Fig. 2), y con el del déficit público (ver Fig. 3), unos 15 puntos superior a la media. Podrán observar que esta situación de déficit público viene siendo habitual año tras año para España, exceptuando el periodo entre 2005 y 2007, coincidiendo con la llamada “época de la gran burbuja inmobiliaria”, incluso aunque el gasto público (expenditure) demuestra en la serie histórica ser siempre menor a la media UE (ver de nuevo Fig. 2), también después del escalón al alza de este gasto a partir de la crisis del 2008.

De todo esto que se ponga en ocasiones el acento en la menor presión fiscal en España como hecho que contribuye a generar los déficits públicos, al ser los ingresos tributarios y por cotizaciones insuficientes para financiar el gasto existente. Al compararnos con las diferentes presiones fiscales de la UE, observamos que la mayoría de los estados con economías más productivas y saneadas se sitúan por encima de la española en cuanto a presión fiscal.

Es cierto: en relación a nuestro PIB, los ingresos provenientes por impuestos son objetivamente menores que la media y que las principales economías de nuestra zona UE, e insuficientes para hacer frente al gasto público sin crear déficit, incluso aunque este gasto sea históricamente menor al de economías más potentes y a la media. 

Esfuerzo fiscal. 

Dicho esto, debemos ser conscientes de las profundas limitaciones que el dato de presión fiscal presenta en cuanto a la información aportada. De su objetivo escapan aspectos tan importantes, entre otros, como la distribución y dispersión del pago de impuestos, lo que cada uno de los diferentes grupos de agentes económicos aportan al fisco, o la competencia de estos para satisfacerlos dada su renta. Además, al ser una medida que simplemente relaciona el total de ingresos fiscales con el PIB, podría ocurrir que el dato tendiera a la baja por incapacidades en la recaudación relacionadas con altas tasas de paro o economía sumergida, problemas bien conocidos y asociados a la economía española. Sin duda todos estos puntos de máximo interés y a tener en cuenta a la hora de determinar la política fiscal, niveles impositivos, sobre qué tributos o cotizaciones sería conveniente realizar cualquier cambio, así sobre qué grupo de agentes económicos incidir. Si bien decíamos que el dato de presión fiscal sí nos da respuesta a la simple pregunta sobre si los ingresos fiscales que cierto estado obtiene de forma agregada son altos o bajos en relación a su PIB y a su entorno económico, debemos ser claros al afirmar que en ningún caso puede tomarse solo este dato como único conductor a tener en cuenta a la hora de tomar cualquier decisión de ámbito fiscal.

Y de esto parece que, siguiendo el guion de nuestra discusión tipo, Juanito le replique a Pepito que el dato que se debe tener en cuenta sea el llamado esfuerzo fiscal: un indicador que nos dicen nos informaría sobre la relación entre carga impositiva y capacidad para satisfacerla, asociando implícitamente un menor esfuerzo fiscal a una mayor renta disponible. De nuevo, el cálculo no requiere ninguna competencia especial, y aunque existen muchas y variadas propuestas para calcular el esfuerzo fiscal, los índices que se suelen presentar al público generalista serían los conocidos como “índice de Frank” e “índice de Bird”. Si bien entre ambos existen diferencias en la formula a aplicar [2], de forma general podríamos decir que se basan en el cociente entre presión fiscal y PIB per cápita, dando ambos índices parecidos resultados:

Para no hacer demasiado largo este artículo me referiré solo al índice de Frank.

Así podemos observar en la Fig. 4 que, mientras la presión fiscal para España se situaba en 2018 en el grupo de las más bajas entre la UE, el esfuerzo fiscal, medido bajo el índice de Frank, sitúa al país ligeramente por encima del agregado UE-27 (0,138 para España Vs. 0,136 para UE-27), pasando España a ocupar la zona media de la clasificación. Según este índice, mientras para la economía española la presión fiscal es baja en relación a las principales economías y al conjunto de la zona UE, el esfuerzo que los ciudadanos realizarían para poder hacer frente al fisco no sería tan reducido. Obsérvese que el mismo gráfico ya muestra la inexistencia de una correlación fuerte entre presión y esfuerzo fiscal: como casos opuestos al español, vemos como ejemplo a Francia, Dinamarca o Bélgica, miembros UE con las mayores presiones fiscales pero menores esfuerzos per cápita.

Índice de Frank y el concepto de esfuerzo fiscal: nuevos clásicos conocidos. 

Durante las décadas de los 60 y 70 del pasado siglo existió una abundante bibliografía y propuestas alrededor de la posibilidad de estimar la competencia para hacer frente a las obligaciones fiscales de la población. Así, ya en 1959, el economista Henry J. Frank, en un trabajo titulado "Measuring State Tax Burdens", trataría la cuestión de la medición del esfuerzo fiscal para el contexto concreto de los Estados Unidos. Propone Frank que un método más inteligible para tratar las diferencias de esfuerzo fiscal entre diferentes administraciones es el resultado de combinar los impuestos agregados totales con los impuestos per cápita. Nótese así que la propuesta de Frank se apoya en tres datos básicos: impuestos totales, producto nacional y dimensión poblacional. Introduce el factor del nivel de ingreso del contribuyente, asociándolo al reparto del producto nacional entre la población. 

Ya desde principios de los años 60 el índice de Frank fue criticado como método válido para la correcta medición del esfuerzo fiscal de los estados, tanto desde un punto de vista conceptual como metódico. Y podemos decir, aunque a algunos esto les sorprenda, que ya desde los años 70 este índice ha sido repetidamente desacreditado por muchos autores en bibliografía especializada, entendiéndose desde hace décadas como un intento fallido de lograr ser un indicador del esfuerzo fiscal de cierta administración. Resulta así curioso que en los últimos años haya vuelto tal índice a la escena mediática (por eso más arriba les hablaba de “nuevo clásicos conocidos” y no de viejo).

En descargo de Henry J. Frank, diremos que el problema no es tanto la aplicación y objetivo de su trabajo en "Measuring State Tax Burdens", sino la extrapolación que se realiza de este índice fuera del contexto original de su propuesta. Frank buscaba sintetizar en una sola fórmula los dos principales índices que se utilizaban para calcular la presión fiscal que soportaba cada estado norteamericano: por un lado los impuestos per cápita y por otro los impuestos como porcentaje del ingreso. El mismo Frank ya advertía en su trabajo sobre las evidentes limitaciones de la propuesta como dato empírico, desplazando el mismo autor la validez del índice no al valor resultado, sino al valor ordinal, esto es, la posición que cada diferente estado tomaba en el ranking. De esto que se diga que la comparativa entre resultados de presión fiscal e índice de Frank pierda el sentido, ya que el índice de Frank solo lo cobra en su propio ranking. Y en cualquier caso, el objetivo de tal índice es la comparativa con otras administraciones en cuanto a la carga fiscal de la población dada su renta, pero no en cuanto a la proporción del ingreso público proveniente de los impuestos. Esto es importante remarcarlo: mientras la presión fiscal nos habla de los ingresos que un estado obtiene vía impuestos en relación con su PIB, el índice de Frank se dirige a la carga impositiva de la población de cierto estado en relación con el PIB per cápita. Dos cosas diferentes. Parece por tanto que no tiene mucho sentido oponer el dato del esfuerzo fiscal al de presión fiscal (o al contrario), por mucho que algunos se empeñen en hacerlo.

Siguiendo con las descontextualizaciones, en muchas ocasiones, incluso en bibliografía y ambientes especializados, el esfuerzo fiscal calculado bajo el índice de Frank es presentado como “el sacrificio” que cierta población realiza por el pago de sus impuestos. Obviando, ya de entrada, las evidentes connotaciones negativas que la palabra sacrificio introduce en la definición (pareciera que con esto se quisiera en ocasiones decir más bien “sufrimiento”), resulta arriesgado asociar menor renta per cápita a mayor sacrificio por hacer frente a las obligaciones fiscales, ¿o es que acaso el índice de Frank nos dice algo sobre la valoración, tanto objetiva como subjetiva, del retorno que recibe cierta población por el pago de los impuestos?, ¿por qué cuando pagamos por cualquier bien o servicio no solemos encontrar la palabra sacrificio asociada al pago? Todos tenemos que comer para subsistir, y por tanto nos vemos obligados a dedicar parte de nuestra renta a la compra de alimentos, y sin embargo no solemos leer en prensa o estudios que se asocie al pago por la comida a la palabra sacrificio…. Cuestiones todas estas que escapan totalmente de la información que un índice de estas características puede aportar. En las palabras vive el pecado, y del discurso come el diablo, que dijo alguno ya hace tiempo [3].

Por otro lado, es evidente que el esfuerzo fiscal bajo el índice de Frank no resuelve algunas de las limitaciones que el dato de la presión fiscal presenta: tampoco nos indica nada en relación a la distribución y dispersión del pago de impuestos, lo que cada uno de los diferentes grupos de agentes económicos aportan al fisco, o el impacto en su indicador de la economía sumergida o de la tasa de paro, entre otros. En ocasiones es a partir de estas limitaciones por lo que el dato de presión fiscal se rechaza como válido, para luego sin embargo presentar como más correcto un índice que adolece de muchas de esas mismas limitaciones.

Aun así es sorprendente el poco trabajo existente en corregir el índice, incluso aunque ciertas correcciones sean sencillas. Por ejemplo, existen diferentes estimaciones que nos permitirían añadir de forma fácil al PIB la producción en economía sumergida; aunque esta no tribute no deja de ser producto disponible por una parte de la población. Si la idea bajo el índice de Frank es comparar el total del producto disponible con la carga fiscal, ¿por qué no incluir esa renta “en la sombra” existente?, ¿es que acaso los 50.000€ en negro que alguien tiene debajo del colchón, la mordida del político de turno, o los 200€ que cierto trabajador recibe en un sobre todos los meses, no son renta disponible? Sin duda añadir la estimación de producción en economía sumergida nos dará un dato más exacto, tanto de la presión como del esfuerzo fiscal:

Vemos así en la Fig. 5 como, una vez incluida la producción sumergida a cada estado UE [4], España bajaría 2 puestos en el ranking del índice de Frank, pasando a estar el esfuerzo medido de esta manera ligeramente por debajo ya del agregado UE-27, y quedando España por debajo del resto de países de la zona sur como Grecia, Portugal, Italia o Francia. No deja de ser llamativo que mientras en otras ocasiones algunos se afanan en realizar complicadas correcciones incluyendo la economía sumergida y otras variables a diferentes índices para deslegitimar otros, no lo hagan en este caso. Será tal vez por eso de presentar el esfuerzo fiscal por encima de la barrera psicológica de la media UE-27, no se nos vaya el personal a relajar.

Pero es en la parte matemática e interpretativa donde el índice de Frank muestra sus mayores deficiencias. Para comenzar, es llamativo que si convertimos la fracción del cálculo observamos que se estaría elevando al cuadrado el PIB per cápita, dimensionando demasiado el peso de este en la fórmula, y como el mismo Frank reconoce, pudiendo llevar en ocasiones a resultados absurdos; ¿qué sentido tiene dividir los ingresos fiscales del estado per cápita entre el PIB per cápita al cuadrado?

Además, como algunos autores han indicado, elevar al cuadrado el PIB per cápita es sólo una entre varias alternativas, sin encontrarse ninguna razón lógica para resolver que sea la más correcta. Uno podría, por ejemplo, elevar la renta per cápita a una potencia de 1,5 y replantear el índice de Frank de esta manera sin que exista un criterio determinante para escoger una opción en lugar de otra, de forma que hasta que mientras no encontremos una alternativa que sea defendible en terrenos teóricos o empíricos, resulta complicado defender la valoración del esfuerzo fiscal bajo este índice.

El índice de Frank suele plantearnos resultados difíciles de interpretar correctamente. Veamos un ejemplo:

Imaginemos un país con una renta per cápita de 45K€ y una presión fiscal del 45%, y otro con una renta per cápita de 20K€ y una presión fiscal del 18%. Siguiendo con el índice de Frank, el primer país tendría un esfuerzo fiscal del 0,1 y el segundo del 0,09. El primero tendría un mayor esfuerzo fiscal que el segundo. Y sin embargo la renta per cápita después de impuestos para el primer país sería de 24.750€ y el del segundo país de 16.400 €, más de un 51% de diferencia a favor del primero. ¿Dirían aquellos que defienden el índice de Frank que el “sacrificio” fiscal que a la población del primer país se le exige es mayor que al del segundo, siendo la renta después de impuestos de los primeros más del doble? Si la idea es relacionar menor renta disponible tras impuestos a mayor esfuerzo (bienvenidos a la progresividad fiscal), ¿el resultado que el índice de Frank nos arroja permite interpretaciones acertadas? Vemos aquí de nuevo lo arriesgado de asociar la idea de esfuerzo a este índice. Aunque siéndoles sinceros, uno no sabe que nos dirían algunos de los suelen llevar por bandera este índice, porque a la vez que lo defienden el índice de Frank por asociarse implícitamente a una mayor renta per cápita una mayor capacidad para hacer frente a la carga impositiva, por otro lado suelen prescribirnos que lo más legítimo sería eliminar la progresividad fiscal. Vaya.  

(y como ven, no es necesario acudir a ejemplos forzados para mostrar los problemas en la interpretación del dato, pero si quieren ver hasta dónde pueden llegar los absurdos de este índice, encontraran dos buenos ejemplos en el artículo que @johnnyquest publicaba hace unos días sobre este índice de Frank).

Otro punto importante a destacar es el uso que la fórmula para el índice de Frank hace del numerador y el denominador. Mientras el numerador, la presión fiscal, es una ratio, cociente de dos cantidades expresadas en una misma unidad, euros (ingresos fiscales en euros / PIB en euros), el denominador hace uso de una magnitud, pues utiliza el PIB per cápita, que es ”euros por habitante”. Una medida adimensional dividida entre una magnitud... ¿cómo interpretamos esto? Denle una vuelta reposada… de nuevo, ¿qué sentido tiene esta fórmula?

Pero posiblemente sea en las limitaciones que un índice tan estático presenta lo que definitivamente nos lleva a rechazar este. Atentos: en cualquier comparación internacional de renta per cápita, esta debe siempre expresarse o ser acompañada de su extrapolación a poder de compra paritario (PPP). Si los precios son bajos, una renta per cápita más baja podría adquirir igual o mayor cantidad de bienes y servicios que una renta per cápita más alta en un país con precios más altos. Por esto mismo los informes y estudios donde se hacen referencias a comparativas entre magnitudes monetarias suelen siempre incluir la renta per cápita en PPP, para así permitir una interpretación acertada. ¿incluyen las comparativa que suelen presentarnos del esfuerzo fiscal bajo el índice de Frank referencia al índice en PPP, para que así la interpretación del público pueda ser más acertada? Respuesta: no. ¿Y cómo quedaría el índice de Frank para la UE, si incluyésemos la corrección anteriormente vista para la economía sumergida, junto con el PIB per cápita a paridad de poder adquisitivo?:

La gráfica habla por sí sola: una vez incorporamos al cálculo del índice de Frank el PIB per cápita en PPP observamos las grandes diferencias con el dato sin tener en cuenta la paridad de poder de compra, en especial para los estados con PIB per cápita más bajos. Si comparamos con la Fig. 4 de más arriba, veremos que el orden del ranking cambia sustancialmente: Grecia pasa de la posición sexta a ocupar ahora la primera (a ver si se pensaba usted que la Troika hace mal los deberes), nuestros vecinos portugueses suben 4 peldaños, pasando de la décima posición a la sexta, o nuestros otros vecinos, los franceses, pasan de la decimoséptima posición a la octava, entre otros cambios destacables. España pasaría a la zona media-baja, posición decimosexta, eso sí, alejándose de forma notoria del agregado UE-27. El dato de esfuerzo fiscal para España bajaría 2 puntos, del 0,14 al 0,12.

Una vez realizadas estas correcciones sobre el índice de Frank (correcciones que en ningún caso hacen que este índice parezca un indicador válido), pasamos ahora a presentar la gráfica relacionando a los países con mayores presiones fiscales que la española con su esfuerzo fiscal corregido:

Solo seis de los diecisiete estados UE-27 con mayores presiones fiscales que la española demuestran un índice de Frank corregido inferior al español: Dinamarca, Suecia, Austria, Alemania, Luxemburgo y Países Bajos. La media diferencial para el índice de Frank español con el de estos seis países sería de apenas un 0,019, menos de un 2% (un 1% si excluimos a la especial Luxemburgo).

 Una discusión estéril: cuestión de credo.

Como veíamos, contraponer presión a esfuerzo fiscal parece no tener mucho sentido, ya que cada uno mide algo diferente, lo cual convierte ya de entrada la discusión entre nuestros pepitos y juanitos en algo estéril. Hemos visto las limitaciones en cuanto a información del índice de presión fiscal, y como este no puede convertirse en una referencia única a partir de la cual determinar cambios fiscales. Y en cuanto al esfuerzo fiscal, nos hemos preguntado por el mismo significado de la idea, comprobado la dificultad para determinar tal concepto bajo un índice estático. Además, hemos propuesto sencillas correcciones a las evidentes deficiencias metódicas del índice de Frank (de nuevo insistirles que en ningún caso estas correcciones hacen que este índice parezca un indicador válido), viendo como la interpretación y conclusiones tras estas serían diferentes.

Y es que diremos que, de forma general, el uso e interpretación solo en base a índices sintéticos y estáticos no suele llevarnos a una buena comprensión de la realidad económica. La economía, si tiene algo de ciencia (y esto ya sería otra discusión aparte), no será de las que presente soluciones sencillas ni indicadores mágicos. Por esto mismo, ya desde hace años sabemos que los índices sintéticos no suelen pasar de ser una primera y arriesgada aproximación, y en ningún caso pueden tomarse como indicadores determinantes a partir de los que inferir políticas y cambios. Eso sí, muy válidos para que los medios de comunicación y demás tropa echen al personal a esa ciénaga de las que antes les hablaba. Directos al vientre.

Llegados a este punto, me gustaría dirigirme en especial a aquellos lectores que hayan tomado el esfuerzo fiscal bajo el índice de Frank alguna vez como un dato válido (y también al que haya tomado la presión fiscal por bandera, por qué no) para que nos preguntásemos a nosotros mismos de forma sincera; ¿algún medio o economista que les presentó este índice de Frank como una medida correcta para evaluar el esfuerzo fiscal les alertó sobre todo esto?, ¿por qué creen que medios especializados (prueben a poner en su buscador “esfuerzo fiscal España”), supuestos institutos de divulgación económica y doctorados venidos a estrellas mediáticas no hacen referencia nunca a estas limitaciones y problemas cuando presentan el dato a un público generalista? Ya que nos gusta lo retro, y puestos a utilizar índices con más de 50 años y desde hace décadas descartados como fallidos, ¿por qué no seleccionar para su presentación otros índices anacrónicos conocidos (Lotz-Morss, Tanzi, Shin, Bahl…)?, ¿será tal vez que no arrojan los resultados deseados? Habrá que enviar una carta (ya que estamos con lo retro) a estos medios, institutos y economistas para hacerlos conscientes; debe ser que no lo saben...

Lo cierto es que no deberíamos sorprendernos. Ya nos lo advirtió el mismo Hayek: “Si pretendemos el triunfo en la gran contienda ideológica de esta época, es preciso, sobre todo, que nos percatemos exactamente de cuál es nuestro credo".

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[1] Tuve dudas en un principio sobre publicar o no el artículo que ahora leen, ya que aunque este se encontraba ya en borrador, después de que @johnyquest público el suyo, el asunto quedaba tratado en la sección. Tras consultarlo con el mismo @johnyquest (gracias por los ánimos) llegamos a la conclusión de que ambos artículos podrían cumplimentarse como información del tema a tratar.

 [2] El índice de Bird se trataría de una primera corrección ya en 1964 al índice de Frank. En palabras de Richard Bird: "el gran defecto de esta medida [del índice de Frank] es que realmente no indica nada acerca del esfuerzo requerido para producir la renta utilizada como denominador de la relación". Bird propone tener en cuenta el Producto Nacional Bruto "per cápita", como indicador de la capacidad impositiva, presentando así una versión modificada del índice de Frank bajo la siguiente fórmula:

Utiliza así la “Renta Disponible” como denominador de la primera parte del nuevo índice, permitiendo hacer comparaciones más exactas de esfuerzo fiscal entre países con pocas diferencias en cuanto a sus niveles de renta. En cualquier caso este índice de Bird adolece de algunos de los problemas que tratamos en este artículo para el índice de Frank, además que los resultados no suelen diferir mucho entre ellos.

[3] Tal vez otro día que vuelva a amanecer desperezado les hablaré sobre la “esfuerzo fiscal normativo”, otro dato que se viene utilizando en medios, la “cuña fiscal”, o de ese eslogan-idea fuerza del infierno fiscal europeo, asuntos que también dan para otros artículos. Como aperitivo una cita de V. Valle Sánchez::

“Conviene hacer la precisión de que, en contra de las apariencias, el término esfuerzo fiscal no entraña ningún sentido valorativo. En realidad, salvo el factor de eficacia administrativa, las diferencias de esfuerzos entre países derivan básicamente de la diversa ideología sobre la dimensión del sector público, sobre la que no existe un patrón comúnmente aceptado. Mostrar por ello las divergencias entre países no implica forzosamente señalar un camino de cambio en la relación impuestos/capacidad, sino simplemente constatar la situación relativa de un país respecto de un conjunto de ellos" (Valle Sánchez, “Los modelos de Esfuerzo fiscal en España”, 1971)

[4] Para la estimación del peso de la economía sumergida se ha utilizado el informe “Schneider-Medina. Este presenta un límite inferior y un límite superior para la estimación del peso de la economía sumergida, por ejemplo para el caso de España se presenta unos límites entre un 11,2% y un 17,2%. Se ha optado por agregar el límite inferior a cada país. De haber seleccionado una media entre límites, o el límite superior, los cambios en ranking y en el valor dato para el índice de Frank serían aún superiores. Otras estimaciones (OCDE, LSE...) colocarían el peso de la economía sumergida incluso por encima del límite superior del informe Schneider-Medina.

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Salvador Seguí, el más desconocido de los anarquistas conocidos

Salvador Seguí, el más desconocido de los anarquistas conocidos

Para la memoria oficial, Salvador Seguí constituye una excepción entre los nombres propios del anarquismo. En un país -y una historiografía, la catalana, aunque empapada de novecentismo - que se ha esforzado para borrar del mapa el movimiento popular más importante de su historia y el movimiento anarquista más importante del mundo, Seguí resulta un nombre familiar. Junto con otros escasas excepciones como Federica Montseny o Joan Peiró, tiene espacios dedicados a su memoria: calles en Santa Coloma de Gramenet, Sabadell, Sant Boi de Llobregat, Hospitalet de Llobregat, Vilafranca del Penedès, un instituto de secundaria en Barcelona y una fundación. Sin embargo, más allá de su genérica asociación con la CNT y su papel en la huelga de la Canadiense de 1919, pocas cosas más son conocidas por cualquier persona mínimamente informada sobre el llamado Noi del Sucre. Como mucho, algunos sectores literatos sabrán de su íntima amistad con Francesc Layret y Lluís Companys -la madre era prima de la de seguimiento, un trío que compartió pulsión social, alta cultura, y el hecho de haber caído bajo las balas de un estado asesino. Incluso, posee la excepcionalidad de haber sido biografiado -de manera bastante competente- por intelectuales brillantes de la década de 1970 como Josep Maria Huertas Clavería o Manuel Cruells.

Este 23 de septiembre se cumple el 134è aniversario de su nacimiento -parece que en Lleida, a pesar de que hay una controversia con Tornabous, de donde era su madre. Coincidiendo con ello, y teniendo en cuenta que dentro de un par de años conmemoraremos el centenario de su asesinato a manos de unos sicarios de la patronal -con la complicidad activa del Gobierno Civil de Barcelona-, la editorial El Diablo Gros publica el coloso del anarquismo, una recopilación de los textos del dirigente anarcosindicalista, seleccionados y editados por Jordi Martí Font. Es una excelente oportunidad para conocer qué hay detrás de los mitos. Es la ocasión para que aquel hijo de panadero, pintor de profesión, activista cultural, uno de los artífices del Ateneo Enciclopédico Popular y uno de los fundadores de la CNT, en 1910, pueda hablar con nosotros.

Detrás la figura colosal (en términos políticos y en términos físicos, con cerca de dos metros y más de cien kilos), encontraremos un pensador brillante y uno de los principales teóricos del anarcosindicalismo mundial

Un spoiler: detrás la figura colosal (en términos políticos y en términos físicos, con cerca de dos metros y más de cien kilos), encontraremos un pensador brillante y uno de los principales teóricos del anarcosindicalismo mundial, con un pensamiento elaborado y unas propuestas válidas a pesar de que haya pasado más de un siglo. Es cierto: su obra es dispersa en artículos, discursos, correspondencia, entrevistas ... En este sentido, en las formas, era completamente socrático: la palabra viva, sobre todo entre el politizado mundo del anarcosindicalismo de principios del siglo XX, se convertía la principal forma de información y agitación, y más bien refractario al tratado filosófico. En los contenidos, por el contrario, era aristotélico: consideraba que la virtud se encontraba en el punto medio. El anarcosindicalismo era la síntesis ideal entre el anarquismo como parte teórica y el sindicalismo como materialización práctica. Era contrario a la violencia revolucionaria como estrategia, aunque consideraba útil y ética la legítima defensa y, de hecho, no le hacía pesadumbre participar, con la ventaja de su físico, en enfrentamientos con sicarios de la patronal y lerrouxistas. Defendió el apoliticismo, no porque no considerara útil la política, sino para evitar lo que estaba pasando coetáneamente en Europa: que los sindicatos acababan convirtiéndose apéndices subordinados a partidos políticos teóricamente obreros (PSOE, socialdemócratas alemanes, socialistas franceses, laboristas británicos ... ). Por el contrario, más bien defendía utilizar los políticos en beneficio de los obreros, manteniendo siempre la estricta independencia sindical. Y el ejemplo lo podía tener con el republicanismo popular catalanista, a partir de su privilegiada relación política y amistad personal con Francesc Layret y Lluís Companys, aunque también con el intento de manipulación de dirigentes socialistas españoles como Francisco Largo Caballero.

Ahora bien: lo que más distinguió su pensamiento, transmitido por sus escritos algunos de los cuales parecen haber sido redactados por la mano de algunos amigos y colaboradores suyos como Miquel Viadiu o Pere Foix-, era entender el sindicato como un espacio de formación continua y como herramienta revolucionaria. El sindicalismo tenía que ser, sobre todo, un espacio de encuentro entre los trabajadores, donde las diferencias de rango y categorías debían ser aparcadas -de ahí el concepto "sindicatos únicos", que debía servir para que sus afiliados recibieran una profunda e intensa formación política (es decir, entender cómo funciona el mundo) y, sobre todo, técnica. La parte revolucionaria del sindicalismo consistía en poder llegar a un momento en que el Estado, este Estado tan odiado por el anarquismo, fuera reemplazado por el sindicato. En otras palabras, que el anarcosindicalismo debía preparar las clases populares, según conocimientos políticos, personales, humanísticos, de psicología colectiva, y con valores como la disciplina y el rigor, porque forjaran una contrasocietat a dentro de la misma sociedad hasta privar de oxígeno el capitalismo burgués, hasta el punto de que éste llegara a caer por su propio peso (o con un empujoncito) y al día siguiente, un sindicato capaz de administrar la vida pública pudiera suplir con facilidad todas las funciones básicas y servicios que hacía funcionar la sociedad.

Parece fácil de decirlo, y difícil de aplicar. Es por ello que la CNT de la primera década de su existencia, más allá de la mística de las barricadas y los movimientos huelguísticos de 1909, 1917 y 1919, iba tomando funciones propias de un estado: la articulación de diversas iniciativas mutualistas ; la simbiosis con ateneos que ofrecían contactos, ocio, sociabilidad; la creación de escuelas para los hijos de los trabajadores -y escuelas nocturnas, con cultura general y perfeccionamiento técnico de oficio, para los afiliados-, medios de comunicación -el diario Solidaridad Obrera- así como una especie de industria editorial militante, bolsas de trabajo, es decir, cierto control obrero para seleccionar trabajadores en las empresas donde tenían representatividad-, y todo lo que confería poder a la clase trabajadora y suscitaba miedo entre las propiedades de las fábricas y los negocios.

Esto implicaba unas líneas estratégicas y un pensamiento económico que el mito de la revolución ha ocultado a medias. Seguí era un gran conocedor de Cristiaan Corneliseen, un economista y teórico anarcosindicalista holandés que consideraba importante generar una legalidad obrera, es decir, tomar en serio el mundo del derecho y la articulación institucional de la contrasocietat, o la aceptación de una economía de mercado mixta y controlada por las clases trabajadoras, que era la antítesis del socialismo centralizado que preconizaba el movimiento comunista coetáneo. Y no es de extrañar: tanto Seguí como buena parte de las élites anarcosindicalistas catalanas de principios del siglo XX se podrían considerar lo que hoy podríamos caracterizar como autónomos, cooperativistas o pequeños empresarios, con sus dosis de iniciativa económica, aunque con un sentido moral de la economía. De ahí, una importante consecuencia, que no siempre fue comprendida por buena parte de la militancia, sobre todo en un momento en que la toma de poder bolchevique, a finales de 1917 deslumbró el proletariado barcelonés y asustó las clases acomodadas. Seguí consideraba que había que atraerse para la causa las clases medias y el mundo campesino. Las primeras eran necesarias para hacer funcionar la economía y la sociedad al día siguiente de la revolución. Los segundos, para que cualquier revolución siempre puede tener el riesgo del desabastecimiento en la desconfianza entre el mundo rural y urbano. Se olvida a menudo que la huelga de la Canadiense estalló cuando la empresa eléctrica despidió ingenieros y administrativos, es decir, trabajadores de cuello blanco-, y vinieron a la CNT a pedir apoyo. Lo que había sido un conflicto limitado a una veintena de personas, continuó como huelga de solidaridad y terminó con una huelga general de seis semanas y con la claudicación -Provisional y a regañadientes- del empresariado barcelonés.

Seguí era un hombre admirado por gente de toda clase y condición. También y muy especialmente, por la intelectualidad del momento -por poner un ejemplo, para personajes como Eugenio d'Ors: participaba en las principales tertulias, era respetado por el mundo político republicano y catalanista, era un gran conocedor de las corrientes filosóficas del momento . Mirando su perfil psicológico, a pesar de una cultura autodidacta -su escolaridad no había ido más allá de los diez años- se podría considerar un superdotado carismático, un líder natural, un primus inter pares. Esto lo hacía ser un escéptico. Se anticipó a entender que la Revolución Soviética era una farsa, fundamentada en lo que el sociólogo alemán Robert Michels definía coetáneamente como "ley de hierro de la oligarquía", según la cual cualquier grupo revolucionario que asaltaba un poder autocrático, tendía a reproducir en el nuevo régimen las mismas estructuras políticas y sociales de opresión. Esto le causó fuerza oposición entre una militancia joven y radicalizada, sobre todo a partir del momento en que la patronal catalana comenzó a optar por una guerra social que propició medio millar de muertos entre 1.917-1.923.

De hecho, su talento político y estratégico lo convirtió en objeto de la represión. Fue encarcelado varias veces, entre las que estuvo casi tres años cerrado (1919-1922) en el Castillo de la Mola, en Mahón (donde escribió sus mejores páginas) hasta que, en plena ofensiva, fue asesinado el sábado 10 de marzo de 1923 junto con su colaborador, Francesc Comas, conocido como Paronas.

Su asesinato conmocionó la ciudad. Muchos barceloneses fueron hasta el lugar -en la calle de la Cadena, en el barrio del Raval- donde fueron abatidos, para depositar flores. Por la tarde del domingo se registraron algunos tiroteos y disturbios dispersos. Las autoridades, temiendo un motín, detuvieron decenas de sindicalistas, clausuraron las organizaciones sindicales y enviaron policías y guardias civiles a patrullar por toda la ciudad. El lunes día 12, el entierro de Seguí fue clandestino. Ni siquiera se permitió la presencia de la familia. Uno de los pocos autorizados a cumplir con los trámites administrativos fue su amigo y abogado, Lluís Companys. La CNT interpretó estos eventos como una agresión. La noticia de este "no funeral" corrió deprisa por la ciudad. A lo largo de la mañana, grupos de sindicalistas recorrieron Barcelona todo conminando la ciudadanía a cerrar negocios y detener las fábricas. Se extendió una huelga general. Una gran multitud se concentró ante el Gobierno Civil. El gobernador, abrumado por la situación, liberó los anarquistas detenidos domingo y prometía la celebración pública de un funeral para Francisco Comas. El entierro de Paronas, según explican los testigos, fue apoteósico, con miles de asistentes a la comitiva. Fue una especie de entierro sustitutorio. Pocos meses después, ante la intensificación de la guerra social, un nuevo golpe de estado, el de Primo de Rivera, iniciaba una nueva dictadura.

Moria el hombre, comenzaba el mito. Conviene recuperar, hoy, el hombre y, sobre todo, sus ideas y proyectos.

Traducido por Jorge Joya

Original: directa.cat/salvador-segui-el-mes-desconegut-dels-anarquistes-coneguts

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Emilia Pardo Bazán - Fragmento discurso en Congreso Pegadógico Internacional, 1892

Aspiro, señores, a que reconozcáis que la mujer tiene destino propio; que sus primeros deberes naturales son para consigo misma, no relativos y dependientes de la entidad moral de la familia que en su día podrá constituir o no constituir; que su felicidad y dignidad personal tienen que ser el fin esencial de su cultura”. Toda educación que no fuese destinada a ese fin último de independencia, de individualidad, no sería educación “sino doma y poda”.

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Del mito de la educación y la verdad: la mentira como institución

Acaso una breve reflexión que me inquieta estas semanas quisiera compartir con ustedes.

Con “Ilustración” nos solemos referir cierto movimiento intelectual, ideológico y político que suele situarse desde mediados del S. XVIII a principios del S. XIX, especialmente activo en Francia, Inglaterra y Alemania (si bien no solo en estos países encontraríamos ejemplos). Entre sus principales figuras encontramos todo un elenco de “estrellas” del pensamiento: Locke, Hume, Bayle, Voltaire, Rousseau, Montesquieu, D´Alambert, Diderot, Wolff, Newton, Kant...

Movimiento editorial que impulsó la publicación de ensayos, revistas y “sociedades de pensamiento” que resultarían en un vehículo esencial para la difusión de su propuestas, suelen ser aceptados ciertos “ismos” como las líneas comunes que caracterizan a la Ilustración: su defensa del antropocentrismo, colocando al individuo en el centro del criticismo, el pragmatismo, el academicismo o el universalismo, como necesidad de búsqueda de lo común al humano, se nos presentan como algunas de las características asociadas a la Ilustración. Pero sería en especial el racionalismo la característica más notable de La Ilustración: la “Razón”, desnuda de determinaciones apriorísticas, como instrumento de búsqueda de la verdad.

No es de extrañar por tanto, que la educación del individuo, la formación de capacidades críticas, la acumulación de conocimientos y el desarrollo de herramientas intelectuales y operativas se convirtiera en la esperanza del ilustrado para el cambio de un mundo que quería dejar atrás esas viejas costumbres y creencias del antiguo régimen. Solo así seríamos capaces, nosotros individuos que formamos las sociedades en último término, de discernir lo verdadero de lo falso. Y así nos dicen que la escolarización y educación universal, la secularización de sus contenidos y una mayor implicación de los poderes públicos en la educación fueron ganando terreno.

Sin embargo, algo se ha dicho y escrito ya sobre el mito de la ilustración y su "relato" de la conquista del pensamiento y sociedad moderna en base a la razón. Como ese materialista de Marx escribió, esa idea ilustrada de la “libertad, Igualdad y fraternidad” de la Revolución Francesa bien pronto se dio cuenta de la necesidad de convertirse en “infantería, caballería y artillería” cuando, ese general tan moderno e ilustrado llamado Napoléon, quiso exportar la idea fuera de las fronteras francesas. Como neumatología la idea es atractiva, pero atendiendo a la historia, a la hora en que hubo que ir poniéndola en práctica no parece que a la ilustración le bastase como método la simple exposición de sus verdades en base a la razón...

Nos dice esa idea ilustrada que la mente cultivada nos guiará por el camino de la verdad. Unas sociedad donde sus individuos ostenten cierto nivel de educación y capacidad de reflexión crítica debería así poder enfrentarse al engaño, tanto el de naturaleza propia como ajena. Me pregunto entonces cuánto tiene ese bonito sueño de mito y cuánto de realidad: porque uno diría que aquí mienten y se engañan a sí mismos los más educados y los menos. El de ciencias y el de letras. El ingeniero, el médico, el abogado, el historiador o el filósofo. El jefe y el empleado. El rico y el pobre. El que viaja y el que no salió de su pueblo. Diré que no hay que buscar mucho para verlo: sentémonos a ver una tira de publicidad o a leer sus periódicos de cabecera. Escuchemos por un momento todas esos discursos con las que justificamos muchos de nuestros actos.  

Solemos reclamar contra eso que se ha venido a llamar la “posverdad” de nuestro tiempo una vuelta a la idea ilustrada, a la razón, que ahora entendemos como la necesidad de cuidar el vínculo entre las palabras y las cosas, entre las afirmaciones y los fenómenos, entre la política narrativa y la sustancia de lo que se legisla, como si en algún maravilloso pasado hubiera ocurrido tal acierto. Pero tal vez, por muy desalentador que sea, debamos comenzar a reconocer que esa idea de la verdad por el solo camino de la educación al menos se ha mostrado más débil y menos funcional de lo que ese optimismo iluminado nos la presentó. El conocimiento, la voluntad de informarse y la capacidad crítica puede servirnos como herramientas para no caer en el engaño, ¿pero cómo nos previene de ser nosotros los que mintamos?.

Decía Wittgenstein que “mentir es un juego de lenguaje que requiere ser aprendido como cualquier otro”: reconozcamos al menos que la mentira como institución humana no ha visto sus muros todo lo erosionados que esa ilustración pretendía.

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Excisión: una pequeña joya entre las vísceras

Una adolescente norteamericana de notable inteligencia y gran curiosidad, tiene sueños donde se mezclan la necrofilia, las amputaciones y su pasión por ser cirujana. Aparte de ello, en su vida cotidiana viste, habla y actúa como le nace de dentro, siendo vista por el resto de sus compañeros como alguien sumamente excéntrico, con la consiguiente marginación. No obstante, un día decide perder la virginidad y le plantea al novio de la chica más popular de su clase que le sirva de instrumento para ello. Él acepta y, en plena vorágine sexual, le pide que le haga sexo oral. En ese momento tenía la menstruación (cosa que él no sabía) lo que provoca que, a los pocos segundos, saque la cara de su vagina totalmente ensangrentada. Él está muerto de asco, pero ha satisfecho una de las principales fantasías de la chica.

La chica tiene una madre sumamente religiosa que le reprime y hostiga a cada instante para que no sea diferente a los demás, consiguiendo exactamente el efecto contrario. Su madre, a diferencia de ella, también niega un hecho determinante: la chica padece trastorno límite de personalidad. Pese a que le pide reiteradamente ir a un psiquiatra, la madre se niega y le envía a visitar a su párroco, que no tiene ni idea de medicina y solamente le provoca un empeoramiento paulatino.

Después de vomitar en clase encima de una de sus compañeras más convencionales y repelentes, las cosas se van complicando hasta alcanzar un desenlace fatal donde se mezclan su locura (ya desatada) y el amor que siente por su hermana (que necesita un trasplante pulmonar).

La chica sufre un trastorno mental, pero a la vez tiene una personalidad más atractiva que la del resto de gente que le rodea. Es inteligente, libre, despierta y lo suficientemente clarividente como para autodiagnosticarse la patología que sus padres niegan...y pedir ayuda. En su mente existe una parte maravillosa, que le lleva a leer, estimular su curiosidad, perseguir su sueño de ser cirujana, conocerse y actuar como siente aunque se salga de la norma. Y otra parte oscura que le lleva a desear la sangre y soñar con amputaciones.

El problema es que su entorno le presenta todo lo que hay en ella (lo bueno y lo malo) como negativo, provocándole un sentimiento de rechazo y una falta de apoyo que disparan su enfermedad y le llevan a la tragedia. El impulso atávico de reprimir y ocultar para evitar la vergüenza de ser distinto, en lugar de asumir con naturalidad la infinidad de personalidades que, por nuestra propia naturaleza diversa, deben poblar cualquier comunidad.

Después de ver esta película, cada vez que tenga noticia de un tiroteo mortal en un instituto norteamericano, no podré evitar pensar en el tiempo durante el que se dejó pudrir y degenerar la mente de su autor para que alcanzase ese extremo de locura (sin perjuicio de que haya casos donde el grueso de la culpa sea suya). Y de todas las veces en las que una larva se convierte en serpiente venenosa y no en mariposa, simplemente porque no se le ha dejado un espacio donde construir su capullo.

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DiarioRed: Liberada la versión 3.0 del software de máquina virtual hardware Xen

Guillem Alsina nos avisa de la actualización de la estupenda máquina virtual Xen, gran éxito del software libre, que permite crear una máquina virtual dentro de un "cluster" de ordenadores. Con paquetes precompilados para diferentes distros linux. Para que se entienda: es el sistema ideal para los alojamientos de los servidores web donde se alojan webs, bitácoras, y... al permitir la ejecución concurrente de varios sistemas operativos en una misma máquina, permitiendo especializar servicios: de ficheros, de correo,...
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Pecado sin originalidad

-Creo que la vida te resulta tan complicada porque piensas que hay gente buena y gente mala -empezó el hombre-. Pero te equivocas, desde luego. Únicamente hay gente mala, lo que pasa es que algunas personas ocupan posiciones enfrentadas.

Hizo un gesto en dirección a la ciudad, y se acercó a una ventana.

-Es un inmenso mar de maldad -dijo, casi como hablando de una propiedad suya-. Poco profundo en algunas zonas, claro, pero enorme, terriblemente profundo en otras. Siempre hay gente como tú que construye frágiles barquitas de normas e intenciones vagamente buenas, y decís que eso es lo bueno, lo que triunfará al final. ¡Es increíble!

Dio una amable palmadita a Vimes en la espalda.

-Ahí abajo -siguió-, hay gente que seguirá a culaquier dragón, que adorará a cualquier dios, que cerrará los ojos a cualquier iniquidad. Aceptarán toda maldad cotidiana. No es la maldad creativa, aguda, de los grandes pecadores, sino una especie de oscuridad masiva de las almas. Pecado sin originalidad, se podría decir. Aceptan el mal, no porque digan , sino porque dicen no. Lo lamento si esto te ofende -añadió, dando unas palmaditas en el hombro del capitán-, pero los que son como tú nos necesitan.

-¿Sí, señor?

-Oh, sí. Somos los únicos que sabemos hacer funcionar las cosas. Verás, lo único que hacen bien las personas buenas es librarse de las malas. Eso lo hacéis de maravilla, desde luego. El primer día suenan las campanas porque ha caído el tirano, y al siguiente todo el mundo empieza a quejarse porque, desde que se fue el tirano, no funciona el servicio de recogida de basuras. Porque la gente mala sabe hacer planes. se podría decir que es un requisito imprescindible para ser malo. Hasta el último tirano malévolo ha tenido un plan para dominar el mundo. En cambio, la gente buena no parece comprender el concepto.

(¡Guardias! ¡Guardias! Terry Pratchett).

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El potorro

Así se conoce en Álava al recipiente en que se sirve la sal.

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Abrázame, que nunca se sabe

Casi todas las infancias de mi generación (tengo veintisiete años) contienen una vivencia común: los atracones forzosos en casa de los abuelos. «Cómetelo, que nunca se sabe cuándo puede venir otra guerra», solía decir la mía, aunque fuese un garbanzo lo que me dejase en el plato.

Su gran trauma colectivo fue el hambre. Y por eso, desde entonces, atesoraron, previsores, cada ocasión de alimentarse como si pudiese ser la última y vieron en cada mesa llena un privilegio.

Mientras tanto, nosotros, capaces de vaciar sin remordimiento media nevera en la basura, crecimos en una burbuja de presunta seguridad en la que, estábamos convencidos, nunca pasaría nada.

Ahora recibimos nuestra primera herida. Si esta pandemia es nuestra guerra, nuestra hambre es de contacto, y creo que nuestros traumas serán el aislamiento y la distancia.

Por eso, me pregunto si en un futuro no nos convertiremos en precavidos atesoradores de cariño y dedicaremos a nuestros nietos frases como la que titula esta carta.

Ricardo Ramos Rodríguez, Calatayud (Zaragoza)

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Telúrica

Telúrica

(Encripted error)

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Se estrena el "Fin del mundo"

Buffff se me ha hecho tardísimo, ya son las 11:22 y aún estoy en la cama, me tengo que levantar, que pereza. Otro día que no aprovecho la mañana para organizar la casa y dejarlo todo ordenado por si tengo una visita inesperada, aunque eso no me ha ocurrido en mi vida. Mi madre siempre decía que mejor tenerlo ordenado y que no viniera nadie que tenerlo hecho unos zorros y que viniera el lobo, aún sigo sin entender la expresión, pero me esfuerzo en dejarlo ordenado por si viene ella.

Enciendo la televisión y me apalanco en el sofá para escuchar las buenas noticias de la mañana, esas que siempre me alegran el día. Mientras tomaba mi leche con galletitas de dinosaurios escucho una noticia que desentona de las demás, tal y como desentonan unas bragas carmesí en una lavadora de ropa blanca. 

—Hoy es el día del fin del mundo tal y como lo conocemos, el apocalipsis, el armagedón, el último día de vacaciones en este mundo. Ahora pasamos a una noticia sobre el perro más mono del mundo.—Dice la presentadora de los informativos con cara inexpresiva, cómo si hubiera leído los resultados de la lotería de Moldavia.

Descuartizó una galleta de triceratops mientras me meto su cabeza en la boca, degusto su cuerpo, normalmente dulce, sin embargo, con la noticia del apocalipsis me sabe un poco amargo. La única solución es abrir un paquete nuevo y comer hasta que se me olvide la noticia. 

Ya son las 12 pasadas, aún me da tiempo de ver qué memes buenos han puesto en Twitter antes de la hora de comer. A ver que es trending topic (TT) hoy, siempre se meten con algún famoso que ha dicho algo obvio o se ha sacado alguna cosa de contexto. Hoy es TT #FinDelMundo, seguramente sea la nueva película de Marvel, la de los vengadores con el tipo ese morado. Seguro que esta vez matan a algún superhéroe de verdad y no resucita al tercer día cómo otros. Todo el mundo está con lo mismo, que si hoy es el fin del mundo, que si hoy es el último día para hacer las cosas que has deseado durante toda tu vida. Ni que mañana no hubiera tiempo para ver la película ¡Qué idiotas son todos, menos yo que soy un espabilado y la voy a ver esta noche! Por lo menos han hecho buenos memes con el tráiler, aunque yo no lo encuentro por ninguna parte, esta tarde le preguntaré a Juan si quiere ver la película esta noche para que nadie nos la destripe.

Me hago unos macarrones con tomate para comer que estoy esmallao, se hacen rapidito y se limpia fácil. Bueno ya lo limpiaré esta noche cuando volvamos del cine, de todas maneras aún queda sitio en el fregadero para otro plato. Solo hay unas ollas que llevan ahí 3 semanas a remojo, con suerte se acaba el mundo y no tengo que hacer nada.

Me echo una siesta corta y aviso a Juan para lo de esta noche. Suena el móvil, ya me están cortando la siesta, ¿Quién será?, puff paso de coger la llamada, seguro que son los de Jazztel para que me cambie de compañía, y eso que ya estoy con ellos. Al final nada más he dormido 5 horitas, ni tan mal. Puff ya voy justo de tiempo para avisar a Juan e ir al cine, de todas maneras le voy a escribir a ver si suena la flauta. Seguro que el gandul de Juan está leyendo algún tebeo de los chinos de esos que se leen de derecha a izquierda ¡con lo fácil que es escribir normal!

—Eyy Juan ¿nos vemos esta noche la nueva película de los vengadores? La del fin del mundo. Nos cogemos unas cascarujas y unos tostones y los colamos en el cine.

Que raro, no me contesta los mensajes. Seguramente estará absorto en la lectura, otro día quedo con él para ver la película, iré yo solo esta vez, que no quiero que el lunes en el trabajo sea el único tonto que no la ha visto. Me visto y voy para el multicine, arramblo con los dulces que tengo en casa y me llevo el chaleco con cien bolsillos.

No hay casi tráfico para ir al centro comercial, normalmente a estas horas está todo petado de coches, y más para ver un estreno, puede que ayer la viesen todos y hoy está todo el mundo en casa con su familia. 

Ya en el cine veo que no hay cola, me va perfecto porque ya tengo la entrada comprada por internet y llego justo a la hora. Llego a la puerta y veo un cartel gigante que pone “CERRADO POR FIN DEL MUNDO”, claramente han confundido cerrado con abierto, que imbéciles. El cine se desmorona, todo se cae a pedazos, el mundo llega a su fin y en lo único que pienso es que debí ver la película ayer.

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Manual de torturas: Así Fue la represión en la Vía Laietana

Manual de torturas: Así Fue la represión en la Vía Laietana

La Jefatura del Cuerpo Nacional de Policía en Cataluña, ubicada en el número 43 de la Via Laietana de Barcelona, ​​vuelve a ser noticia. No sólo por las manifestaciones a favor o en contra de su traslado sino por duro debate parlamentario que ha despertado en las últimas semanas. El enésimo ejemplo se vivió en la comisión de Interior del Parlamento de Cataluña celebrada el pasado miércoles. Los portavoces de la materia mantuvieron un duro tuya mía con Vox y PP, que defendían a capa y espada el mantenimiento de la sede de la policía española a pesar de las diferentes iniciativas que reclaman su traslado.

De aquel debate sorprendieron dos posicionamientos. Por un lado, el del portavoz del PSC-Unidos para Avanzar, el ex consejero de Interior Ramon Espadaler, que mostró su posición favorable al traslado a raíz del "dolor que para mucha gente genera el recuerdo del edificio". Recogió la palabra el diputado de la CUP Xavier Pellicer, que esbozó las torturas y los suplicios que se practicaban tanto en el franquismo como en la incipiente transición española. Una enumeración escasa pero intensa que generó un ensordecedor silencio en la funcional sala de Grupos de la Cámara Catalana.

El relato de Pellicer despertó el interés de muchos diputados en hacer constar en acta el breve listado de torturas. Unos sistemas de interrogatorio y de investigación policial que han sido investigados a fondo por uno de los principales expertos en investigación de la lucha antifranquista, el periodista, doctor en Ciencias de la Información y profesor universitario Antoni Batista. De hecho, Batista fue el impulsor del primer proyecto de clausura y reconversión en espacio de memoria de la comisaría ya en 2005. Su último libro -imprescindible, por cierto "Memoria de la resistencia antifranquista" (Pagès Editors, 2021), contiene un extraordinario capítulo donde recoge y describe el manual de torturas escalofriantes que se practicaban en las salas de interrogatorio y los calabozos de la comisaría donde tenía su sede la temida e impune Brigada Político Social de la policía franquista.

En el capítulo, "Via Laietana, la casa de los horrores", Batista radiografía los sistemas puestos en práctica para arrancar delaciones y confesiones inspirados en el background de los nazis y que también sofisticaron en la lucha contra el independentismo vasco. En concreto, el adiestrador de la policía española fue el comandante Paul Winzer, un miembro de las SS desde 1932 y que a pesar de su muerte oficial, la leyenda apunta que murió tranquilamente en la costa catalana como un respetable representante de una farmacéutica alemana.

El sistema orquestado por la policía iba subiendo de agresividad y violencia según la resistencia física y psíquica del torturado. Batista, sin embargo, diferencia, en conversación con el totbarcelona, ​​entre las torturas practicadas durante el franquismo y las registradas durante la transición. "Unas eran sistemáticas y luego fueron más episódicas", aclara el investigador.

Así, en el momento de mayor dureza, las torturas, que se escondían en eufemismos como "hábiles interrogatorios" o "tercer grado" comenzaban con el llamado "corro". Era un preámbulo que consistía en una "círculo de policías que recibía el detenido y se la iban pasando a puñetazos y patadas". Este era el primer paso, antes de "tocar el piano", el momento de mojar los dedos en el tampón y ser retratado para su ficha policial. Un momento que Batista asegura que servía para "despojarse de la dignidad", porque en la mayoría de casos ya tenían el detenido identificado.

A continuación, el protocolo establecido era bajar el detenido en los calabozos para empezar lo que la policía bautizaba como "diligencias". Una vez llamados se trasladaban a las salas de interrogatorios donde la se hacía una nueva "bienvenida". Un repertorio de "golpes y bofetadas con el apoyo de guías telefónicas, toallas mojadas, culatas de pistola, reglas, látigos y porras". Una vez la policía consideraba que el detenido estaba "macerado" comenzaba la fase de la tortura psicológica. En este punto, Batista remarca que era sobre todo durante el franquismo "muy efectiva" porque las "amenazas eran reales" a menudo, "se cumplían". Las amenazas habituales eran "verter los detenidos por la ventana" o "hacerlos jugar a la ruleta rusa". En el caso de las detenidas, las amenazas eran "sexuales de violaciones y perversiones". Una de las más execrables eran las "ejecuciones fingidas".

Si a todo ello, el detenido no respondía, se ponía en marcha un plan de sistemas razonados para hacer dolor. El primero de la lista era "la bañera". Consistía en ahogar el cabezas de los detenidos en una bañera o cubo lleno de agua hasta que empezaban a ahogarse. A veces, los policías se orinaban para fomentar "el escarnio". Una tortura que generaba ansiedad y taquicardia. En la misma línea, también aplicaban "la bolsa" o la "capucha", que buscaba el mismo efecto tapando la cabeza con una bolsa hermética.

Otro de los suplicios más crueles era "la cigüeña". En esta tortura a los detenidos ya fueran vestidos o desnudos, "eran esposados ​​con las muñecas por detrás de las rodillas flexionadas en cuclillas, con golpes al cuerpo". Esta brutalidad provocaba según detalla Batista un "dolor desgarrador en las articulaciones". Además, "con los cuerpos mojados si aplicaban electrodos". No era raro que conectaran la "corriente a los genitales o aprovecharan los cigarrillos para quemar la piel hasta salir humo". La parte final de este terrorífico protocolo era el "crucifijo o el quirófano". Una mesa de autopsia que "aguantaba la víctima en decúbito supino, ligada por las piernas de tal modo que colgara medio cuerpo superior donde recibía golpes de mano y de máquina". También les hacían cortes o golpes en las plantas de los pies.

"El fascismo era esto", constata en declaraciones a totbarcelona Antoni Batista. Aunque el investigador admite el cambio en la brutalidad de las torturas entre el franquismo y la transición, tampoco las desprecia. En este sentido, recuerda la tortura que sufrió un veterano luchador antifranquista "colgándolo de las esposas a los tubos de la calefacción". "Las torturas que se practicaban buscaban el dolor y eran transversales, además afectaban a todos, a comunistas, anarquistas, catalanistas y burgueses", insiste Batista para mostrar la crudeza del pasado.

Un pasado que no se olvida según Batista, como lo demuestra el hecho del debate que despierta la Jefatura. "Hubo 40 años de dictadura", subraya el periodista para mostrar la influencia que ha tenido. En esta línea destaca el trabajo de "picar piedra" de entidades memorialísticas como la Comisión para la Dignidad. En todo caso, aunque admite cierto corporativismo de la institución policial para reconocer errores o las praxis de sus antecesores, también destaca muchos policías que han colaborado y le han puesto todas las facilidades para poder investigar las brutalidades que se practicaban en las sus dependencias. El debate de Via Laietana vuelve a estar vivo.

Traducido por Joya

Original: www.totbarcelona.cat/politica/manual-de-tortures-aixi-era-la-repressio

Relacionado: memoriaguadalajara.es/2021/07/14/via-laietana-43-la-casa-de-la-tortura

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¿Y a quién le importan tus sentimientos?

No, corazón: tus sentimientos no son una de las fuentes del Derecho. Vale la ley escrita, la jurisprudencia y hasta la costumbre, pero no tus sentimientos.

Es igual si te sientes Chino o no, como habitante de Taiwan. Es igual si te sientes español o no, habitante de Rois (leído por un alemán). Tus sentimientos no delimitan fronteras, no generan derecho, ni pautan realidades. Tus sentimientos los envuelves en un pañuelo de papel y los unes al resto de pañuelitos después de haber visto una serie o de cascarte una paja. Y no jodas más.

Si te sientes perro, gato o señorita con tacones, es tu único y puñetero problema. Por supuesto, te apoyo en que nadie puede perseguirte o castigarte por lo que sientes. Pero tampoco tú puedes exigir a nadie que te siga la corriente, o que te dé la razón. Si eres gato, me parece bien, pero no es mi obligación llevarte al veterinario ni acariciarte el lomo. Ni siquiera te voy a capar de buena gana. Tus sentimientos son tuyos, y los vacunas tú, los depilas tú, les cortas tú las uñas y le quitas tú el tampón.

Porque por mucho que yo me sienta viejo, cada día más, no voy a conseguir que me paguen a los cincuenta y tantos la pensión. Porque mis sentimientos, mira por donde, tampoco le importan a nadie. Porque si yo estoy triste hoy por la muerte de un amigo, y es el caso, es mi problema, mi tragedia y mi derrota, y nadie tiene la obligación de empatizar con mis cuentas pendientes.

Si alguno lo hace, que sea por cariño, o por afecto, y con cariño y con afecto se le agradece. Pero por obligación, no. Dios te libre de los que te quieren y te comprenden por obligación...

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Elegía a Ramón Sijé

(En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha 

muerto como del rayo Ramón Sijé, con quien 

tanto quería.) 

Yo quiero ser llorando el hortelano 

de la tierra que ocupas y estercolas, 

compañero del alma, tan temprano. 

Alimentando lluvias, caracoles 

Y órganos mi dolor sin instrumento, 

a las desalentadas amapolas 

daré tu corazón por alimento. 

Tanto dolor se agrupa en mi costado, 

que por doler me duele hasta el aliento. 

Un manotazo duro, un golpe helado, 

un hachazo invisible y homicida, 

un empujón brutal te ha derribado. 

No hay extensión más grande que mi herida, 

lloro mi desventura y sus conjuntos 

y siento más tu muerte que mi vida. 

Ando sobre rastrojos de difuntos, 

y sin calor de nadie y sin consuelo 

voy de mi corazón a mis asuntos. 

Temprano levantó la muerte el vuelo, 

temprano madrugó la madrugada, 

temprano estás rodando por el suelo. 

 

No perdono a la muerte enamorada, 

no perdono a la vida desatenta, 

no perdono a la tierra ni a la nada. 

 

En mis manos levanto una tormenta 

de piedras, rayos y hachas estridentes 

sedienta de catástrofe y hambrienta 

Quiero escarbar la tierra con los dientes, 

quiero apartar la tierra parte 

a parte a dentelladas secas y calientes. 

 

Quiero minar la tierra hasta encontrarte 

y besarte la noble calavera 

y desamordazarte y regresarte 

Volverás a mi huerto y a mi higuera: 

por los altos andamios de mis flores 

pajareará tu alma colmenera 

de angelicales ceras y labores. 

Volverás al arrullo de las rejas 

de los enamorados labradores. 

 

Alegrarás la sombra de mis cejas, 

y tu sangre se irá a cada lado 

disputando tu novia y las abejas. 

Tu corazón, ya terciopelo ajado, 

llama a un campo de almendras espumosas 

mi avariciosa voz de enamorado. 

A las aladas almas de las rosas... 

de almendro de nata te requiero,: 

que tenemos que hablar de muchas cosas, 

compañero del alma, compañero.

Miguel Hernández.

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Hernández y su #BULO sobre las razones/motivos raciales tras el 'apuñalamiento de Cartagena'

No soy partidario de ninguna ideología, pero me hierve la sangre cuando veo una manipulación tan evidente, para fomentar el odio con más odio, y encima, hay quienes le siguen la corriente, sin una mínima posibilidad a la duda, al uso de la razón crítica de los acontecimientos.

Si lo dice él, ¿es verdad, no? Pues parece ser que NO, no es una agresión racista sino una PRESUNTA agresión racista. #12

Creo que hay que investigar y ver otras perspectivas de lo acontecido, sin dejarse llevar por "cotilleos" plasmados en un tuit.

De forma objetiva y distante. Por favor, vean hasta el final este reportaje de primera mano, un trabajo periodístico REAL, sobre este lamentable suceso ocurrido en Cartagena.

Según indican los testigos entrevistados, la agresora estaba increpando desde primera hora de la mañana, en un banco, a todo el que pasaba, y sin parar de beber cervezas, etc. Es conocida en el barrio por lo visto por ser conflictiva y la pobre víctima pues ha tenido la mala suerte de encontrarse ese día con esta persona, con problemas mentales y alcoholismo, que sus antecedentes, según indican, no serán por gusto....

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Meneo relacionado: www.meneame.net/story/denuncian-apunalamiento-mujer-otra-cartagena-gri

Tuit de @Angel_L_Hern con el bulo: t.co/TE6bCZSb68

Hilo relacionado: www.meneame.net/c/33203040

Reporte del #bulo: www.meneame.net/c/33213139

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"Neuro-X": cerebrocentrismo e idealismo

"Neuro-X": cerebrocentrismo e idealismo

Utilizamos el término “cerebrocentrismo” para referirnos a cierta inclinación que lleva a exponer todo lo relacionado con lo humano refiriéndolo al cerebro, presentando así a este como motor generador de conducta y consciencia. Quienes estén interesados en estos asuntos sabrán de que propuestas hablamos: Antonio Damasio y su “Y el Cerebro Creó al Hombre” puede ser buen ejemplo. En la parte más divulgativa, tenemos a nuestro famoso Eduard Punset en esa línea, con otro título explícito al respecto y que nos remite más directamente a posiciones idealistas: “El Alma está en el Cerebro”. Y ya en un terreno aún más popular, pero no por eso de menor impacto social, pareciera que en especial desde principio de siglo esta tendencia cerebrocentrista se hubiera acomodado perfectamente a cierto discurso: permítanme resumir en esa famosa frase de “todo está en tu cerebro” el asunto, tan manida en libros y terapias de autoayuda, manuales de emprendimiento, charlas de esas a las que las empresas nos llevan, pseudo-técnicas con pretensiones clínicas, manuales de marketing, etc...

Las “neuro-x”.

Y es que los años 90 fueron los del proyecto “Década del Cerebro”, iniciativa patrocinada por la Biblioteca del Congreso y el Instituto Nacional de Salud Mental de USA. El objetivo de este proyecto era dar un empuje político, institucional y financiero a las investigaciones neurocientíficas en referencia a ciertas enfermedades de tipo neurológico. Si bien la neurociencia ya estaba identificada como un potencial campo de investigación, hasta entonces no había ocupado un primer plano debido a su complejidad técnica y escaso empuje social. Sin duda hablamos de una década que inauguraba importantes descubrimientos y progresos: relación cerebro-conducta (neurociencia cognitiva), neuroanatomía, neuroimagen, genética cerebral, neurobiología del desarrollo, neurología reconstructiva, enfermedades neurodegenerativas, trastornos psiquiátricos, etc. serían campos de investigación objetos de un avance en el conocimiento del humano (lo que es financiar algo y no pensar mucho y muy fuerte en este...).

Y así, al albor de los avances de esta “Década del Cerebro”, comenzaron a aparecer para finales de los años noventa una suerte de propuestas con intención de disciplinas neurológicas que tratan de dar explicación a todos las ámbitos del humano: educación, ética, religióneconomía, política, estética, etc... Hablamos de las llamadas “neuro-x”, a partir de las cuales se aspira a dar razón de todo: amor, egoísmo, altruismo, miedo, marketing, elección de trabajo, como nos vestimos o comemos, redes sociales, elección de destino de vacaciones, a quién vota usted, porque usted lleva o no tatuajes, posicionamiento social y económico (ponga el lector aquí lo que quiera, la “neuro-x” le dará respuesta)... Si todo resulta posible ser reducido a la actividad cerebral, si es el cerebro primer autor de la actividad humana, ¿qué mejor que la “neuro-x” de turno para dar explicación?

Cerebro y conocimiento: insistiendo en “la vuelta al calcetín”.

Sin el cerebro, el humano sería incapaz de conocer el mundo. Pero a partir de esta evidencia se realiza un salto de malabarista, pasando de una categoría científica (la neurología) a una filosófica (más abajo iremos con esto), en el que se afirma, bajo una especie de sinécdoque corrupta, que por tanto es el cerebro lo que nos hace humanos, afirmación que supone una falacia manifiesta al tomar la parte por el todo: la experiencia intuitiva, quién percibe y quién conoce, la realiza el organismo en su conjunto, organismo que además siempre está inmerso en una realidad material, en una sociedad, en una cultura, en una ecología y en una geografía determinada. La evolución del humano, incluido su cerebro, se ha dado en continua relación con el medio ambiente y el entorno. Así, el cerebro no aparece como un órgano capaz de desarrollar por sí solo determinadas redes neuronales en pro de un objetivo, sino como un mediador, y no un creador, entre lo que los organismos necesitan para su supervivencia en relación con lo que el medio ambiente reclame y ofrezca al individuo.

Otra demostración de este cerebrocentrismo la encontramos alrededor de la frase “entrena tu cerebro”, que de metáfora repetida se toma en ocasiones como cierta. De la conocida plasticidad del cerebro, potencia de este órgano para reconfigurase y dar respuesta a mismos fenómenos (capacidad que en todo caso nos mostraría como el cerebro es, al menos, tan dependiente del medio externo como causa de ello), se presenta al cerebro como materia de entrenamiento. Pero es que el cerebro no es un órgano con capacidad sensible ni al que se pueda acceder por sí solo: cualquier modificación cerebral dependerá siempre del concurso de otras partes del organismo, y diremos que en la gran mayoría de las ocasiones también de actividades de otros organismos (como la propia educación social, por ejemplo, nos muestra).

No dudamos de que la repetición por parte del pianista de ejercicios psicomotrices permitirán al cerebro perfeccionar su empleo en tales tareas, sino que lo que afirmamos es que tales tareas, que implican toda una compleja red de interacciones fisiológicas y con el medio externo (desde los movimientos de los dedos a la partitura que compramos en la tienda), son las que improntan en el cerebro la necesidad de su cambio. Lejos de ser el cerebro con sus redes neuronales la causa del conocimiento o del aprendizaje, es el cerebro el producto a posteriori de la información que le llega (de nuevo la “vuelta del calcetín” en la que tanto debemos insistir).

Otro ejemplo lo tenemos en el lenguaje: sin duda los estudios neurocognitivos sobre el lenguaje nos han ayudado de forma decisiva en el avance del conocimiento en este campo de estudio, pero no deja de ser cierto que para el hecho del lenguaje es necesario otros a los que dirigirse: la ciencia neurocognitiva no puede por sí sola dar respuesta completa al asunto en cuestión, si bien nos permite una mejor comprensión de lo que ocurre en una etapa fundamental del asunto, la que justo concierne al cerebro. El lenguaje es una categoría irreductible a la psicología subjetiva del individuo, ya que incluso más allá de la discusión sobre si es en primer término innato o adquirido, necesita de contenidos externos a este para su existencia, tanto los que relacionan a otros sujetos distintos al de la primera persona, como con las cosas impersonales significadas que hacen al lenguaje posible.

El cerebro no puede ser por tanto entendido como motor o causa primera; nunca se desarrollará aislado, y siempre será dependiente del resto del organismo y del contexto cultural, medio ambiental y sobre todo material en el que se encuentre. Por supuesto, sin perjuicio todo esto de que las modificaciones de las que el cerebro va siendo objeto produzcan un mayor conocimiento y que esto dé en nuevos cambios.  

Cerebrocentrismo e idealismo.

El reduccionismo en el que en ocasiones caen los derivados del estudio del cerebro y su función cognitiva lleva en ocasiones a asociar solo a este órgano competencias que sin embargo tienen tanto el organismo en su totalidad como lo externo a este. El cerebro no “explora y selecciona la información necesaria para la tarea”, como tantas veces leemos, sino que es el sujeto, con sus operaciones, con sus sentidos y también con su actividad cerebral el que lo hace, siempre en relación con lo externo. No hay tal voluntad, un “yo” o una consciencia que se encuentre en el cerebro, como si de categorías lógicas con atributos espaciales se tratasen. Razonar y decidir no es solo una función cerebral y que por tanto solo sea objeto de estudio de la neurología o el cognitivismo, sino que se inserta en un proceso que precede al propio individuo, en tanto que su cerebro y mente (si es que esto último existe) es determinado y formado en relación a aquello que le rodea, y por tanto también de forma institucionalizada: no podemos entender ni conocer el mundo al margen de nuestros conceptos, ideas y teorías acerca de él, que nos son inculcadas desde la infancia mediante relaciones sociales y que remiten a tiempos pasados. Nos serviremos de nuevo del ejemplo del lenguaje anteriormente expuesto: el lenguaje es una compleja institución que desborda al solo individuo, con una base previa a este y que lo arrolla desde la temprana edad; dando que el lenguaje estructura al cerebro.

Atribuir solo al cerebro la capacidad de crear o contener eso del “yo”, la consciencia o el conocimiento, parte de un reduccionismo típico de la tradición idealista. Una nueva versión de esto. Porque el “yo”, la consciencia o el conocimiento no emergen del cerebro (y menos de ese cajón de sastre que se ha venido a llamar “mente”, aunque esto merecerá otro artículo al menos), sino que resultan manifestaciones que necesitan de referencias y relaciones con una realidad diferente para cobrar sentido (son relaciones alotéticas, y no autotéticas, si nos ponemos exquisitos). ¿Qué es el “yo” sin un “otro”?, ¿y el conocimiento sin algo que conocer?, ¿y la consciencia sin algo de lo que ser consciente? Parece realmente complicado, y que no escapará de llevarnos a un callejón oscuro y sin salida, intentar explicar estas manifestaciones obviando su carácter institucional (y si les apetece aún seguir leyendo sobre esto de la institucionalidad de la consciencia, y por no hacer este artículo más extenso,  me permito dejarles aquí un enlace a un pequeño texto relacionado con eso de “la consciencia” y que no hace mucho traje aquí a Menéame).

A la ciencia cognitiva y neurológica no le corresponde en exclusividad el estudio de ideas como “yo”, “mente”, “consciencia”, “conocimiento” o "aprendizaje" entre otras, ya que estas desbordan por completo el campo categorial cerrado de estudio de cualquier ciencia. Sus aportaciones al respecto serán, sin duda alguna, del máximo interés, pero al igual que a la biología no le corresponde el estudio de la vida, o a la zoología el estudio del animal, ideas como las anteriormente citadas solo pueden ser tratadas por un conocimiento de segundo grado que, nutriéndose siempre de los aportes que las diferentes ciencias presenten (conocimientos de primer grado), sea capaz de organizar todos estos materiales y resultados de forma transversal (como ven, una visión de la filosofía muy alejado de ese desgastado "la filosofía es la madre de la ciencia").

Conclusiones.

Los avances en el estudio del cerebro desde la segunda mitad del S. XX, y en especial según nos acercamos a los años noventa, nos han permitido y permitirán sin duda avanzar en el conocimiento del humano y en un área tan crítica para este como el cerebro. Ahora bien, como suele ocurrir con todos los progresos de calado, somos testigos de una sobredimensión de este, donde se tienda a dar explicación de todo a partir de lo que no es más que un campo cerrado de investigación. Un reduccionismo antropológico. Situar la causa de la conducta y el conocimiento solo dentro del propio organismo, y más concretamente en el cerebro (con su idea tan próxima a este como esa de “mente”) pasa por alto el papel determinante de los contextos y relaciones exteriores (realidad material, cultural y medio ambiente ecológico y geográfico). Se obvia así que el cerebro es tan solo un órgano más dentro de procesos tales como el conocimiento y la consciencia, que en cualquier caso implican también una realidad exterior al individuo, y no solo coetánea a este. Es el resto del propio organismo, el ambiente del presente y las ideas sociales, históricas e institucionales las que moldearon y moldean nuestros cerebros, y no al revés, en tanto la evolución biológica del humano demuestra un carácter relacional, de forma tal que aquellas ciencias que encuentran su campo categorial delimitado por el estudio del cerebro no pueden por sí solas dar respuesta a la conducta, a la consciencia, al lenguaje, al aprendizaje o a cualquier otra categoría que implique una relación con lo externo al cerebro. La reducción cerebrocentrista, propia de una visión aún encerrada en los límites del problema “mente-cuerpo", participa así de una visión de tradición idealista, ya que necesita en última instancia de un motor o sustancia propio (el “fantasma en la máquina” de Ryle y del que pronto les hablaré) para justificarse: de nuevo el “yo” dando forma al mundo conocido.

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Cuando el último nazi ya no pudo luchar

Hoy os voy a contar otra pequeña historia de justicia, creo que llega en buen momento, pues aunque aquí no exista para la inmensa mayoría, en otros sitios y otros lugares, dicen que llegó a existir, sitios donde no conocer la ley no te exima de cumplirla y mucho menos de sus consecuencias, o donde la mafia organizada contra el pueblo no salía impune, millonaria y riendo a carcajadas. O dónde al menos se exigía declarar a los criminales, más que nada por si tenia algo que decir, puede que al fiscal o al juez le importe . Algún día os podré contar una historia de justicia de por aquí, pero de momento no puedo.

Cuando el último nazi ya no pudo luchar, dio comienzo la desnazificación alemana, los aliados sabían que el fascismo no moriría con el último fascista dispuesto a luchar, pues el fascismo tiene muchas caras y muchos recursos. No todos son soldados o ideólogos, hay inteligencia, soporte y colaboracionismo en todas sus formas. La idea era que en nuevo Estado alemán no estuviese infectado de fascistas, pero sabían que no podían eliminarlo por completo, pues a diferencia de los fascistas, parece ser que los aliados entendían que no puedes acabar con la diferencia, al fascismo no se le puede matar sin matar antes a la idea, que no es otra que el capitalismo. Puedes matar personas, pero siempre volverían a nacer, y en unos años tendrías el mismo problema pero amplificado por la demografía. La diversidad es la única manera, cuanto mas diversificación hay, más le cuesta al fascismo nacer, crecer y reproducirse, por razones obvias, queda atrapado en propia trampa.

Bueno, al grano.

Durante más de 3 años el ejercito aliado, analizo el papel que jugo cada persona viva en la Alemania nazi, contactos con los crímenes, lazos con los culpables, pruebas anónimas, declaraciones de delatores de nazis, etc. Estudiaron cada Reichsmark que poseía cada alemán, incluso cambiaron la moneda para dificultar las fugas de ratas, comprobaron todos los robos de tierras, propiedades y arte al que los fascistas habían sumido a los suyos, sobre todo fueron funcionarios y alcaldes nacionalsocialistas los que se aprovecharon la oportunidad de apropiarse de lo ajeno, la mayoría de las veces aprovechado su posición y sus conocimientos del sistema alemán. Los aliados siempre han declarado, que devolvieron todo lo recuperado a sus originales dueños, en el caso de que continuaran vivos, o a sus descendientes, en caso de haber fallecido, o el Estado en su defecto lo usaría para la reconstrucción de la maltrecha Alemania.

Cada funcionario Alemán fue investigado, igual que los militares y todas las instituciones, hubo incluso casos de altos mandos de la alemania nazi, más exactamente el de policía, que recuperaron su antiguo trabajo, hubo incluso casos de militares de alto rango, parece ser que el tribunal internacional no le pareció que lo suficientemente nazi, también hay que entender que si estás reconstruyendo un país, necesitas esa experiencia y me imagino que con los que no se pudo demostrar que tenia las manos manchadas de sangre, no les podías negar el regreso a su puesto aunque hubiesen coadyuvado con los nazis. Incluso posteriormente hubo candidatos de diferentes formaciones democráticas que habían sido nazis, por ejemplo Kurt Georg Kiesinger de SPD (1966), llego a Canciller Federal de Alemania, pero su pasado se descubrió. Miembro del Partido Nazi desde 1933 y subdirector del Departamento de Radiodifusión del Ministerio de Asuntos Exteriores de la Alemania nazi.

Y es la dura realidad, después de la Blitzkrieg que arraso Europa, muchos nazis volvieron a sus puestos de trabajo, como por ejemplo Kurt Lischka, Obersturmbannführer y jefe de la Gestapo en Paris (1940-1944), se encargó de la planificación y la supervisión de la deportación y subsecuente aniquilación de 73.000 judíos y otros "indeseables" desde Francia al Tercer Reich. La incansable búsqueda por los descendientes de los judíos franceses llego a su fin en 1971, Kurt Lischka vivía con su mujer y sus 3 hijas tranquilamente en Colonia, trabajaba en una fábrica, fue juzgado en Francia, y condenado por crímenes contra la humanidad, da igual que se hubiesen cometido hace casi 30 años y la persona que era ahora. Parece ser que los aliados, con este asesino, no consiguieron la desnazificacion completa. Los crímenes contra la humanidad desde 1945 no prescriben.

J U S T I C I A

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Nombrilisme

Nombrilisme

Cada año la malaria mata a 450.000 personas. A nadie le importa: está en África y los medios de comunicación no lo mencionan.

Cada día mueren 25.000 personas de hambre. No nos importa: no está en casa y los medios de comunicación no hablan de ello. 

La contaminación atmosférica mata actualmente a 8.800.000 personas al año. No nos importa: es el precio que pagamos por los "beneficios" de nuestra economía liberal.

Se calcula que beber agua contaminada provoca la muerte de 485.000 personas al año a causa de la diarrea. No podemos ni imaginarlo, mientras saboreamos la diversidad de nuestras cervezas, vinos, licores, refrescos, zumos de frutas, leches, aguas embotelladas...

Están las guerras que siempre están lo suficientemente lejos como para no preocuparse por ellas, que financian nuestra venta de armas y que de todas formas matan cada vez menos, nos dicen, para tranquilizar nuestra conciencia... 

Está la mano de obra explotada en los países pobres y en vías de desarrollo que hace los beneficios de nuestras grandes empresas y nuestra felicidad de consumir a bajo precio...

En Francia, hay 250.000 personas que viven en la calle o en viviendas improvisadas (okupas, chabolas, caravanas). A la mayoría nos da igual: son pobres, indocumentados, inmigrantes ilegales (que tienen la suerte de no haber muerto en el mar), africanos, gitanos...

La diversidad de la fauna y la flora está desapareciendo cada vez más rápido. No importa, sólo son plantas y animales. Y tenemos nuestros videojuegos, nuestras series de cine y nuestras vacaciones low cost en los cuatro rincones del planeta.

Pero hoy una epidemia sale de la pantalla del televisor, ya no actúa sólo en países lejanos, ya no afecta sólo a extraños y marginados, sino que amenaza algo y temporalmente la vida de nuestros príncipes, de nuestros seres queridos, de nosotros mismos, perturbando nuestra rutina diaria y comprometiendo nuestras vacaciones de verano. Pánico general... Sin embargo, con nuestro enclaustramiento, con nuestras garantías salariales, con nuestro servicio hospitalario aunque dañado por 10 años de políticas liberales y rigor presupuestario, estamos lejos de estar tan desnudos ante la desgracia como los que solemos ignorar... y que vivirán esta pandemia mucho peor que nosotros... Somos niños egoístas e indecentes...

Frédéric Béague - anarquista de Lille

Traducido por Jorge Joya

Original: monde-libertaire.net/?article=Nombrilisme

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