
"El capitalismo es una pura religión de culto, quizás la más extrema que haya existido jamás. En el capitalismo todo tiene significado sólo en relación inmediata con el culto. No conoce ningún dogma especial, ninguna teología. Desde este punto de vista, el utilitarismo gana su coloración religiosa. A esa concreción del culto se vincula un segundo rasgo del capitalismo: su duración permanente. El capitalismo es la celebración de un culto sans trêve et sans merci . En él no hay un día señalado a la semana, ningún día que no sea festivo, en el sentido terrible del desarrollo de toda la pompa sacral, de despliegue máximo de aquello que se venera. Este culto es, en tercer lugar, culpabilizante. Probablemente el capitalismo es el primer caso de culto no expiante, sino culpabilizante. Este sistema religioso se encuentra arrastrado por una corriente gigantesca. Una monumental consciencia de culpa que no sabe sacudirse la culpabilidad de encima echa mano del culto no para reparar esa culpa, sino para hacerla universal, forzarla a entrar en la consciencia y, sobre todo, abarcar a Dios mismo en esa culpa para que se interese finalmente en la expiación."
El Capitalismo como religión - Walter Benjamin
En breve empezarán las elecciones autonómicas, municipales y europeas; y antes o más adelante, se celebrarán las elecciones generales. Los ciudadanos mayores de edad estamos invitados a participar en todas ellas. Aquí comparto veinticinco razones por las que creo que habría que ir a votar, siendo consciente de que puede que falten más razones o que algunas tiendan a repetirse. Sin más, aquí van, veinticinco razones para votar:
1. Porque es la acción que le da sentido a la democracia.
2. Porque en un estado de derecho los votos reflejan la voluntad de los ciudadanos.
3. Porque le da valor al esfuerzo de todas las personas que ofrecieron en el pasado sangre, sudor y lágrimas para conseguirlo.
4. Porque participamos en la elección de las personas que nos representarán durante cuatro años.
5. Porque las futuras generaciones querrán seguir viviendo en un estado de derecho.
6. Porque habrá mucha gente que votará por interés económico y personal al partido de siempre.
7. Porque mientras más personas voten más se robustece la democracia.
8. Porque es el primer paso para conseguir más y mejor participación ciudadana.
9. Porque votando elegimos a las personas que tienen la capacidad de cambiar las leyes que tanto nos afectan en el día a día.
10. Porque es una oportunidad para el cambio y conseguir que nadie se perpetúe en el poder.
11. Porque hay muchas personas que trabajan para que el día de las elecciones sea un día importante y con las garantías necesarias.
12. Porque en la actualidad se puede acceder a una mayor y mejor información sobre los partidos y los políticos antes de votar.
13. Porque si no participamos en la política otros la harán por nosotros, y muchos con valores opuestos a los nuestros.
14. Porque la abstención favorece al inmovilismo y a los partidos de siempre.
15. Porque votar legitima para opinar con más fuerza sobre la situación política.
16. Porque durante un día tenemos el mismo poder que el empresario o el banquero más poderoso.
17. Porque la alternativa a los votos es la violencia.
18. Porque es la muestra de una sociedad avanzada que sirve de ejemplo para otros países en desarrollo.
19. Porque los partidos de siempre desean que la gente no vote, dificultan el voto desde el extranjero o a las personas discapacitadas, o ponen la máquina del fango para que todos parezcan iguales.
20. Porque es la mayor muestra de igualdad entre los ciudadanos.
21. Porque es una de las acciones que nos permite contribuir y mantener nuestro estado de bienestar.
22. Parque damos ejemplo a las generaciones más jóvenes sobre los valores democráticos participando.
23. Porque no es un deber, y podemos no hacerlo si lo deseamos sin ningún tipo de sanción.
24. Porque hoy en día hay variedad de partidos políticos totalmente dispares entre ellos en cuanto ideología.
25. Porque está en juego desde nuestro dinero, las oportunidades de los desempleados hasta las injusticias de las víctimas por un desarrollo económico insolidario. Al votar elegimos a las personas que participan en la elaboración de los presupuestos o de leyes más solidarias e igualitarias.
Si al leer estas posibles razones ves que alguna está equivocada, sea utópica o que no sea realista no dudes en compartirlo.
Idos a la mierda.
Todos.
Sin excepción.
.
Idos a la mierda.
Y cuando lleguéis
no paréis.
Seguid más allá,
hasta perderos.
.
Idos a la mierda,
y seguid hasta el infierno.
Y allí arded y chillad
como gorrinos que sois.
.
Idos a la mierda.
Os quiero a todos
lejos de mi,
bien jodidos,
mal paridos.
.
Idos a la mierda.
Basura, bazofia,
mugre, bahorrina,
roña viviente,
sarna tiñosa,
verdín apestoso,
lixiviado alastoso.
.
Idos a la mierda.
Me gustaría saber escribir bien
para deciros todo lo que os merecéis.
Pero no llego, y por eso os libráis.
.
Pero idos a la mierda.
.
.
Y ya con esto empiezo el año más limpio por dentro que después de una cagarria purgativa
.
Nota del autor: no creo que nadie se crea que va en serio, pero por si acaso aclaro que sólo es una broma chorra.
Sabiendo que
4^(x)+4^(-x)=7
Calcular
8^x+8^(-x)
El inspector Asensio irrumpió en la habitación de la víctima. Inerte en el suelo se hallaba el cuerpo de Pedro Mojeña que aparentemente había sido golpeado por la espalda con una bola de bolos. La posición del cuerpo indicaba que el asesinado había sido sorprendido mientras hacía muecas al espejo retrovisor de su Ford Fiesta. Las pruebas indicaban que se había producido una violenta lucha, solo habían interrumpido la pelea en 2 ocasiones una para tomar el té antes de que se enfriara y otra porque pensaba que le llamaba su madre desde el aseo para que le llevara papel higiénico.
Antes de fallecer, Mojeña se había apuñalado con un palillo de dientes en el pecho pasar usar la sangre para escribir un mensaje en el suelo: “¡Recordad que una uva cuenta cómo una fruta!” —Un hombre preocupado por la salud de su familia hasta el final de sus días.—sollozó Maria, una criada de la familia cuyos dientes eran tan grandes que necesitaba 3 aparatos para corregir su dentadura.
La puerta que daba al jardín estaba abierta y unas huellas salían de allí iban hasta el trastero donde se metían dentro de una caja de 2x2 metros.
—¿Maria dónde se hallaba usted cuando lo asesinaron?
—En la terraza recogiendo la ropa.—respondió Maria, sacando un calcetín de su propio zapato para corroborar su declaración.
—¿Oyó usted algo?
—El señor estaba con unos cuantos amigos en su cuarto. Estaban discusión por cuál de ellos le ganaría en una pelea a un perro callejero. Me pareció oír que el señor Mojeña se puso a imitar el ladrido de un pastor alemán, mientras el señor Martínez su amigo de la infancia gritaba a los 5 vientos “¡La patata no se puede poseer, es un fruto de la madre naturaleza!”. Luego solo sé que escuche el Mambo N.º 5 de Lou Bega y la cabeza del señor Mojeña salió volando hasta la estantería de libros de autoayuda. Oí que el señor Martínez le amenazaba. Decía que si el señor Mojeña le volvía a soplar por detrás de la oreja no le garantizaría que hubiese jamón con fresas en el almuerzo del domingo. Creo que él lo asesino.
—¿La puerta del jardín se abre manual o automáticamente?
—Manual. ¿Por qué?
—Justo lo que pensaba. Ahora estoy seguro de que fue usted quien mato a su jefe.
¿Cómo lo descubrió el inspector Asensio?
Según el manual de instrucciones de las puertas manuales únicamente se pueden abrir si en una mano tienes una bola de bolos y ella es la única que usa esa puerta para tender la ropa. Aprovecho justo el momento en el que Martínez estaba gritando y Mojeña estaba ladrando para entrar por detrás y darle con la bola de bolos. Es una situación que se daba por orden de su jefe que empleaba la excusa del golpe en la cabeza para dar por finalizada la conversación.
PD: Si queréis leer más relatos humorísticos aquí tenéis más: www.getrevue.co/profile/MarcoTevar
Es mi naturaleza, mi alegría y mi maldición, no olvidar nada. Cualquier chirrido de cadenas, cualquier susurro del viento, cualquier visión, olor o sabor, permanecen inalterados en mi mente, y aunque sé que no es así para todos, no me imagino qué puede significar ser de otra manera.
Gene Wolfe. La sombra del torturador (1980)
Primero, dos recuerdos:
Esto sucedió hace mucho tiempo y, aunque mi memoria no es ciertamente eidética, si que creo poder recordar la primera vez que leí algo acerca de Gene Wolfe. Fue a mediados de los años 80 del siglo pasado en el pueblo de las Rías Baixas en el cual nací, de topónimo idéntico a algún que otro asturiano. Hojeaba, siendo adolescente, un ejemplar de periódico de tirada nacional en el cual, dentro un artículo a doble página de la sección cultural del fin de semana se mencionaban los nombres de los nuevos escritores de ciencia-ficción y fantasía que empezaban a destacar en esos años en el género. El primero y más ensalzado por el artículo era Gene Wolfe, en aquel entonces un prometedor “jovencito” que empezaba a ser conocido, de unos cincuenta y tantos años y del que se decía que su recién publicada tetralogía de El Libro del Sol Nuevo implicaba una ruptura formal con todo lo establecido anteriormente por los grandes maestros más conocidos. Al poco, mi hermano y yo conseguimos hacernos con un ejemplar de Soldado de la niebla y, un poco más tarde, con La sombra del torturador. Desde entonces, y habiendo ya leído una gran parte de su obra, mi admiración hacia su figura no ha hecho más que aumentar.
El segundo recuerdo es muy posterior, año 2019; entrando desde el móvil en meneame.net ( como hago prácticamente todos los días), me encuentro con la noticia de su muerte (www.meneame.net/story/fallece-gene-wolfe-escritor-ciencia-ficcion-fant), subida por el usuario #pert0. Sabía que estaba mal, que ya era muy mayor y estaba un poco pachucho, pero creedme si os digo que me dolió como sólo la desaparición de las figuras públicas que te han marcado en tu crecimiento personal te pueden llegar a afectar, aunque no los conozcas más que por sus trabajos publicados. En ese momento pensé que, aún siendo como soy un usuario no muy activo en Menéame, debería escribir un homenaje a Gene Wolfe, de alguna forma a mi alcance agradeciendo todo lo que me aportó ( y todavía aporta) y compartiéndolo con los demás usuarios que les pudiera interesar, aunque fuera redactando un artículo de forma más bien personal y muy poco académica.
I.- Acerca de Gene Wolfe
Es posible que yo ya tuviera entonces cierto presentimiento de mi futuro. El portal cerrado y herrumbrado que se levantaba ante nosotros con hilos de niebla ribereña enhebrando las puntas de hierro como senderos de montaña, ha quedado ahora en mi memoria como el símbolo de mi exilio. Ésa es la razón por la que he empezado a escribir esta crónica describiendo el portal, y cómo luego tuvimos que echarnos al agua, y como yo, Severian, aprendiz de torturador, estuve a punto de morir ahogado.
Gene Wolfe. La sombra del torturador (1980)
Si alguna vez os habéis interesado sobre la figura de Gene Wolfe ( 1931-2019), multipremiado escritor norteamericano de ciencia-ficción, fantasía y terror que gozó de cierta fama hace casi cuarenta años pero que hoy resulta prácticamente desconocido, lo que posiblemente habéis llegado a saber es que era un escritor de escritores ( esto es, que no siendo un autor con una gran aceptación del público en general sí goza de enorme prestigio entre sus pares), que su comunidad de fans es de las más longevas y prestigiosas dentro de Internet ( por ejemplo Urth.net foro de discusión wolfeano desde 1996) y posiblemente sabréis además que su prosa es muy densa y críptica, profundamente simbólica y comparable a cualquiera de los más grandes dentro o fuera del género. Conocida es la frase de Ursula K. Le Guin “ Wolfe es nuestro Melville” y también se ha llegado a comparar la importancia para la ciencia ficción de su obra más conocida El libro del Sol Nuevo con el Ulises de James Joyce ( 1).
Lo cierto es que fue considerado el mejor escritor vivo en lengua inglesa alrededor de la década de los 90 del siglo XX. Esto, que parece muy fácil y es rápido de comentar, es extremadamente difícil de conseguir; básicamente por el hecho de que los críticos de la literatura digamos más “seria” consideran a la ciencia-ficción de forma muy engreída poco menos que un género para niños y jóvenes, y de calidad literaria ínfima o muy sospechosa, con lo cual consiguen que sea de hecho una especie de “gueto”. Por poner en contexto este desliz habitual, algunos periódicos de prestigio reconocido incluso situaron el éxito de La carretera de Cormac McCarthy ( novela ganadora del Pulitzer) fuera de las listas de la ciencia-ficción, cuando es más que evidente para cualquier lector que pertenece de lleno al género ( no fuese a ser que un autor serio como McCarthy se “contaminase” situando su nombre junto con el lumpen de la cf).
Sin embargo, con Wolfe los adjetivos empleados se elevan a otro nivel; un autor de la altura de Michael Swanwick comentó : “Gene Wolfe es el mejor escritor en lengua inglesa que existe en la actualidad. Permítanme repetirlo: ¡Gene Wolfe es el mejor escritor vivo en el idioma inglés hoy en día! Lo digo en serio. Shakespeare era un mejor estilista, Melville era más importante para las letras estadounidenses y Charles Dickens tenía una mano hábil en la creación de personajes. Pero entre los escritores vivos, no hay nadie que pueda siquiera acercarse a Gene Wolfe en busca de una prosa brillante, claridad de pensamiento y profundidad de significado "(2). Neil Gaiman, por su parte, considera a El libro del Sol Nuevo la mejor obra dentro de la ciencia-ficción de los últimos cincuenta años ( 3).
Por otro lado, sus críticos suelen referirse a circunstancias personales del tipo de que si era un escritor de fuertes convicciones católicas que impregnan sus trabajos ( para ser sinceros,no sólo sus obras, casi todo en el mundo occidental está impregnado... mi propio nombre por ejemplo tiene integrada la santidad de serie), y profundamente conservador en sus ideales. También hubo de soportar críticas acusándole directamente de machismo por lo secundario de los personajes femeninos presentes en sus escritos, siendo tachado a veces de cierta misoginia. También se suele traer a colación lo indescifrable de muchos relatos o lo muy plomiza que puede llegar a resultar su lectura. Incluso se le ha tachado de tahúr de múltiples brazos que esconde sus cartas, por parte de algún conocido crítico literario. Lo que nadie suele discutir es la calidad de sus obras. A mí, que me considero situado casi en las antípodas políticas de Wolfe, sus ideas y sus creencias no me han hecho dejar de disfrutar en lo más mínimo con cada escrito suyo.
II.- El problema del narrador falible
Mi nombre es Latro. No debo olvidarlo. El médico dijo que todo se me olvidaba muy deprisa a causa de una herida que sufrí durante el combate. Le dio un nombre a mi enfermedad como si ésta fuera un hombre pero no recuerdo cual fue. Dijo que debo aprender a escribir todo lo bien que pueda y de tal modo seré capaz de leer mis escritos cuando haya olvidado algo. Ésa es la razón de que me entregara el pergamino y el punzón hecho con el pesado metal que se usa para fabricar los proyectiles de las hondas.
Gene Wolfe. Soldado de la niebla (1986)
Tal vez la característica más destacada en la narrativa de Gene Wolfe es que la práctica totalidad de sus obras están escritas desde el punto de vista de un narrador en primera persona, un narrador que no es de ningún modo “fiable”, con la consiguiente dificultad añadida para el lector de distinguir lo que es cierto o no, y quizás lo más importante; lo que ese narrador no nos menciona por que no le interesa o quizás porque no le conviene, o cuando describe las cosas más importantes como de pasada y sin embargo se detiene muy puntilloso en otras sin la menor importancia aparente. Eso sin mencionar otros pequeños problemas que sufren como cuando el narrador parece que está muerto (Allan Dean Weer en Paz), o que se olvida de todo lo sucedido el día anterior al despertarse, porque recibió en la batalla de Platea un fuerte golpe en la cabeza y sufre alucinaciones ( Latro en Soldado de la niebla), o aparentemente son varias personas compartiendo el mismo cuerpo ( Severian en El libro del Sol Nuevo), o puede ser literalmente una marioneta ( el enigmático narrador de Toy theater) , o es asesinado y lo sustituido en medio de la narración ( sucede por ejemplo en V.R.T. y también en Siete noches americanas), o cambia sin previo aviso en medio de la historia ( Cuerno/Seda en The Book of the Short Sun), o es un adolescente que no entiende bien el mundo que le rodea y lo que está sucediendo en él ( Sir Able en El caballero mago), o son narradores que directamente nos mienten, tienen algún problema con la memoria o ocultan algo ( prácticamente todos). En los escasos casos en los cuales no es un narrador en primera persona, tampoco es que resulte muy fiable porque describe acontecimientos que no ha presenciado él personalmente, al estilo de los evangelistas ( como Cuerno en El Libro del Sol Largo).
Este narrador poco fiable, está de esta manera, determinado la dirección de lo que leemos de manera completa, llegando en muchos casos a alterar totalmente la información que los lectores recibimos. Es por lo tanto que Wolfe cree que es responsabilidad nuestra, esto es, de sus lectores, el intentar leer siempre entre líneas y tratar de desentrañar lo escrito de forma que podamos finalmente separar lo que en realidad está sucediendo de lo que se nos está narrando en el texto.
III.- En busca de las pistas ocultas
Sin embargo, a veces, sobre todo durante las horas somnolientas de alrededor del mediodía, había poco que observar. Entonces me volvía otra vez hacia el blasón y me preguntaba qué tendrían que ver conmigo un barco, una rosa y una fuente, y miraba fijamente el bronce funerario que yo había encontrado, limpio y guardado en un rincón. El muerto yacía cuan largo era, y tenía cerrados los ojos, de pesados párpados. A la luz que atravesaba el ventanuco le miré la cara y pensé en la mía, que se reflejaba en el metal pulido. Mi nariz recta, mis ojos profundamente encajados en las órbitas, y mis mejillas hundidas se parecían mucho a los de él, y deseaba saber si también sus cabellos habían sido oscuros como los míos.
Gene Wolfe. La sombra del torturador (1980)
Otra característica destacada de los textos de Gene Wolfe es la presencia de pequeñas pistas diseminadas a lo largo y ancho de sus obras, siendo éste un recurso definido perfectamente por un escritor muy admirado por Gene Wolfe, el argentino Jorge Luís Borges: "Bioy Casares había cenado conmigo esa noche y nos demoró una vasta polémica sobre la ejecución de una novela en primera persona, cuyo narrador omitiera o desfigurara los hechos e incurriera en diversas contradicciones, que permitieran a unos pocos lectores - a muy pocos lectores- la adivinación de una realidad atroz o banal." Son estas pistas, las que una vez identificadas e hilvanadas todas juntas ( aunque esto requiere de la atención constante del lector), cobran vida y producen su resultado en forma de revelación decisiva para entender el texto.
Conocida es la anécdota de que cinco años después de publicar La quinta cabeza de Cerbero, en una convención de ciencia ficción se le acercó el también escritor Kim Stanley Robinson y le preguntó si podía confirmarle que el nombre del anónimo protagonista del relato era Gene Wolfe al igual que él, a lo cual Wolfe le respondió muy serio que era el primero en darse cuenta de ese detalle. Lo cierto es hay varias indicaciones diseminadas casualmente en el texto, que unidas entre sí llevan a la obtención de ese dato, aunque no es una tarea fácil:
- Primera pista: del protagonista, llamado solamente Número Cinco en el texto, se nos indica que no es más un clon de su padre, una suerte de gemelo genético idéntico y se nos menciona que ambos comparten el mismo nombre ( esto no es de ninguna forma infrecuente en España en la actualidad, yo podría decir que el mío propio es el mismo que el de mi padre y mi abuelo paterno, de esta manera me podríais llamar Número Tres)
-Segunda pista: Cuando el protagonista, Número Cinco, busca un libro escrito por su clon/hermano/padre en una zona concreta de la biblioteca pública, se menciona que el libro está situado entre los de otros autores, y se indican varios de los títulos que Número Cinco lee en sus lomos. Si se investiga un poco sobre los autores de los libros mencionados, todos tienen una característica común entre ellos, el primer apellido comienza con una W. ( por poner un ejemplo, si yo buscase una obra así sería entre El mundo sumergido y Las estrellas, mi destino)
-Tercera pista: el protagonista comenta que su nombre está compuesto por dos palabras ( ya, y el mío por tres, pero sólo uso las dos primeras) .
-Cuarta pista: en ese planeta ( llamado Sainte Croix, y cuyos habitantes son de ascendencia francófona) se nos hace saber que los nacimientos de gemelos son muy comunes y siempre comparten el mismo nombre aunque respetando el género de cada individuo particular. En un momento dado Número Cinco conoce a su tía ( gemela de su padre), de la cual se nos informa puntualmente que se llama Jeanine.
-Quinta pista: se menciona que la casa donde viven en tiene en su entrada una escultura de un perro o lobo de tres cabezas ( Cerbero). Se comenta que esa casa donde viven parece que toma su nombre de la estatua, esto es: Maison du Chien; también se dice que quizás se llama así en relación con el apellido de los moradores de la casa.
Por lo tanto, si uno es un lector muy, muy atento podría llegar a inferir que el protagonista se llama Jean Loup, o – en inglés- Gene Wolf(e). También se puede llegar a esa conclusión consultando en alguna página de Internet, que parece una tarea mucho más asequible para los lectores ordinarios. Por si queréis conocer lo mucho que apreciaba a Gene Wolfe un escritor de la talla de Kim Stanley Robinson debéis de leer esto ( 4).
Existen bastantes libros publicados de estudiosos sobre la obra de Gene Wolfe, de los cuales los más conocidos son los de Marc Aramini, Robert Borski o Michael Andre-Driussi, gente que han dedicado su tiempo a descifrar estos misterios mediante explicaciones accesibles para todos los aficionados; aunque permanecen todavía una buena parte de ellos que no han sido desentrañados.
IV.- Un humor muy particular
Lo que en la playa me sacudió —y me sacudió de verdad, tanto que trastabillé como bajo un golpe fue que, si el Principio Eterno habitaba la espina curva que yo había llevado en el cuello a lo largo de tantas leguas, y ahora habitaba la nueva espina (tal vez la misma) que acababa de poner en el saquito, podía habitar cualquier cosa, todas las espinas de todos los arbustos, todas las gotas de agua del mar. La espina era una Garra sagrada porque todas las espinas eran Garras sagradas; la arena de mis botas era arena sagrada porque venía de una playa de arena sagrada. Los cenobitas atesoraban las reliquias de los sanyasenos porque los sanyasenos se habían acercado al Pancreador.
Pero todo se había acercado al Pancreador, y hasta lo había tocado, porque todo había caído de él. Todas las cosas eran reliquias. El mundo entero era una reliquia. Me quité las botas, que habían viajado conmigo hasta allí, y las tiré a las olas para no andar calzado en tierra sagrada.
Gene Wolfe. La ciudadela del Autarca (1983)
¿ Y qué podemos decir de su peculiarísimo sentido del humor? Que el protagonista de La quinta cabeza de Cerbero sea un clon de su padre y se llame Gene -gen en inglés-; que Severian el protagonista de La sombra del torturador encuentre un escondite en un mausoleo con una tumba abandonada y que resulte ser la suya propia ( y a la que le encanta ir a descansar), o que su compañera de viaje y amante a lo largo de muchas páginas Dorcas resulte ser su abuela; que tenga publicados a lo largo de varias décadas cuatro relatos premiados y totalmente distintos pero que poseen unos títulos tan parecidos como La Isla del doctor Muerte y otras historias, La muerte del doctor Isla, La muerte del doctor de la isla,o El doctor de Isla Muerte; o que el más poderoso objeto mágico de El libro del Sol Nuevo, la Garra del Conciliador no sea más que un McGuffin sin ningún tipo de influencia aparente sobre personas o cosas. Que después del final tumultuoso e indefinido de La sombra del torturador, en el cual el lector se queda perplejo preguntándose que ha sucedido, al publicarse un año después su continuación La garra del Conciliador ninguna mención a lo que pasó se menciona. O que la gran espada con un canal interior relleno de mercurio que Severian utiliza para decapitar cuando trabaja como carnificario – esto es, de verdugo- se llame Terminus Est ( Esto es el Fin o Esto es lo que separa) es un rasgo más de humor negro. O que la máquina empleada para torturar a una exultante de alta clase como Thecla se denomine “El revolucionario” solamente puede salir de alguien con un sentido del humor un poco retorcido. Lo mismo se podría decir de que el Epítome, el hombre escogido para pasar una prueba realizada por parte de unos seres superiores y así definir si la Humanidad merece o no ser salvada, no sea otro que un torturador.
Quizás el detalle más revelador sobre ese humor sea el hecho de que cuando se publicó el cuarto y último libro La ciudadela del Autarca, volumen final su obra más destacada la tetralogía El libro del Sol Nuevo, y viendo su editor que aparentemente habían quedado elementos sin aclarar y un final sin una explicación sencilla, éste le propuso a Wolfe que debería escribir una quinta novela desarrollando los aspectos más oscuros para hacerlos más accesibles. Wolfe publicó pocos años después el volumen La Urth del Sol Nuevo , continuación de la historia y destinado a aclarar y unificar las distintas teorías existentes entre los fans. El resultado conseguido al presionar a Gene Wolfe en busca de respuestas fue que en lugar de iluminar los misterios de los libros anteriores, La La Urth del Sol Nuevo sea muy posiblemente el libro más farragoso y complicado de entender de Gene Wolfe, demostrando de esta forma al público ( y a su editor) algo que ahora parece bastante evidente y es que Wolfe nunca fue partidario de aclarar nada a sus lectores, más allá de lo propiamente publicado en sus libros.
V.- Simbolismo
Creemos que inventamos los símbolos, pero en realidad ellos son los que nos inventan a nosotros; somos sus criaturas, conformados por sus contornos duros y definidos. Cuando los soldados juran, se les da una moneda, un asimi sellado con el perfil del Autarca. Aceptar esa moneda es aceptar los deberes y los trabajos especiales de la vida militar; desde ese momento son soldados, aunque no sepan nada del manejo de las armas. Yo sabía eso por entonces, pero es un profundo error creer que hay que saber esas cosas para que ellas influyan en nosotros; creerlo en verdad es creer en la más ínfima y supersticiosa especie de magia. Sólo el pretendido hechicero tiene fe en la eficacia del puro conocimiento; cualquiera que razone un poco sabe que las cosas actúan por sí mismas o no actúan en absoluto.
Gene Wolfe. La sombra del torturador (1980)
El uso continuo de los símbolos es una de las características más especiales de la escritura de Gene Wolfe. Que Cerbero sea el guardián del burdel de La quinta cabeza de Cerbero nos transporta inmediatamente a la visión del infierno y a un monstruo de varias ramificaciones; que Severian lleva una enorme espada colgada, cargándola a su espalda a la manera de Cristo y la Cruz nos retrotrae a una figura redentora y mesiánica; la tenue luz roja del Sol que se apaga de El Libro del Sol Nuevo nos habla de una sociedad estancada y corrupta condenada a perecer; y las naves espaciales varadas de la Ciudadela, no son sino símbolos de un pasado muchísimo más avanzado tecnológicamente; la aparición de un gallo decapitado se descubre como símbolo de los que buscan la muerte del Sol Nuevo; el remontar a contracorriente de un río lleno de detritos como Gyoll como trasunto de la oposición para alcanzar su destino; o las enormes murallas de leguas de alto que rodean Nessus y la protegen de los peligros exteriores como símbolo de fuerza, pero que a su vez impiden la necesaria regeneración en esa sociedad; o la moneda de oro con la cara del Autarca como símbolo del poder de la Comunidad y el servicio al Autarca; la gigantesca biblioteca escondida en los subsuelos de la Ciudadela como símbolo del conocimiento perdido; la niebla en el portal herrumbrado como símbolo del camino a seguir por Severian. Los ejemplos son muchos y continuos, y de esta forma tan sutil el lector se ve envuelto en un ir y venir de poderosísimas imágenes y arquetipos que refuerzan el texto como un poderoso andamiaje y lo datan de una mayor perspectiva, trabajando a veces de forma casi subliminal y reforzando el mensaje que Wolfe quiere trasladarnos y de esta manera llega a utilizar incluso elementos tales como los colores ( negro, blanco, rojo...) y los también números ( uno, tres, diecisiete...).
También, como todas sus narraciones están completamente inundadas de estos símbolos, muchos de ellos derivados en su profunda fe católica, en El Libro del Sol Nuevo la imagen de Severian se transforma en la de un Salvador: la curación de enfermos realizada por la Garra ( aparentemente), la inundación completa de Urth por el Sol Nuevo al estilo de un Diluvio Universal, los símbolos solares de Apu-Punchau, la catedral voladora de las Peregrinas, las resurrección de Dorcas y la cura de Triskele, la Fuente Blanca como símbolo de nacimiento y limpieza que traerá consigo el Nuevo Sol, y posiblemente el más evidente de todos, la realización de un remedo de Comunión cuando con la ayuda del extracto de Alzabo, Severian y Vodalus se comen literalmente la carne de la difunta Thecla, hecho que posee un profundo valor en el desarrollo posterior del viaje de Severian. En fin, son muchos los símbolos religiosos utilizados por Wolfe: la aparición de estigmas en el reflejo de Severian en el espejo dentro de la Casa Absoluta, el sumergirse en el río ( y casi ahogarse) como imagen de un Bautismo y purificación de los pecados, la espina empapada de la propia sangre de Severian como reliquia y también como elemento de poder, la rosa grabada en el blasón que encuentra Severian en la necrópolis como símbolo también de poder pero además de regeneración, de resurrección y de inmortalidad, el gran hierogramato alado Tzadkiel como ángel o arcángel poderosísimo pero también sujeto a los designios del Increado, sus ayudantes los hieródulos y eidolones como parte de una jerarquía angélica al más puro estilo bíblico, la liberación del esmilodonte y la salvación del quiliarca condenado por Tifón, las varias muertes y resurrecciones de Severian..., está bastante claro hacia donde nos quiere conducir Wolfe ( ¿ o quizás no..?. con Wolfe uno nunca está totalmente seguro).
VI.- Los retorcidos juegos
Las lenguas de los hombres son más viejas que nuestra tierra hundida; y resulta extraño que en un tiempo tan largo no se hayan encontrado palabras para las pausas de la conversación, cada una de las cuales tiene su propia calidad y cierta longitud. Nuestro silencio se prolongó mientras cien olas golpeaban el casco; contenía el bamboleo del barco, el susurro del viento nocturno en las jarcias y una expectativa meditabunda.
La Urth del Sol Nuevo ( 1987)
Todas estas características se resumen en una: a Wolfe le gustan mucho los juegos ( o las tomaduras de pelo) con - o a costa- del lector. No solamente con los narradores, las pistas, el simbolismo, el lenguaje, el humor tan peculiar, el presentarse como traductor de un lenguaje aún no inventado, los juegos de palabras, las etimologías, si no también introduciendo las más retorcidas diversiones en forma de varias obras de teatro dentro de la narración y con los personajes de las novelas apareciendo también como protagonistas o figurantes sobre el escenario, los sueños o situaciones oníricas ( a veces compartidos por varios personajes), las premoniciones varias, las profecías, el continuo desgranar de cuentos y relatos intercalados en las novelas, e incluso los concursos de narraciones que llegan a ocupar varios capítulos como por ejemplo en La ciudadela del Autarca, historias de todo tipo y temática que tienen mucha importancia siempre en el desarrollo posterior de la narración. O la presentación casi tangencial de hipótesis científicas como la Hipótesis de Veil, que promulga que los aborígenes del planeta Sainte Anne no se extinguieron sino que se mimetizaron como los pretendidos conquistadores ( para a continuación suplantarlos), y de esta forma alterando el devenir del relato con un giro de 180 grados.
Y, por encima de todos ellos, los viajes en el tiempo, los continuos desplazamientos hacia adelante y hacia atrás por los Corredores del Tiempo. De esta forma puede pasar que, al estilo del relato corto Todos vosotros zombies de Robert A. Heinlein, varios de los protagonistas acaban finalmente ante nuestros ojos siendo el mismo ( esto sucede con varios de los personajes más importantes); o que los dos choques entre Severian y el tirano Tifón sean casi prácticamente consecutivos para Tifón pero alejadísimos millares de años en el tiempo para Severian; o que los encuentros con los Hieródulos Ossipago, Famulimus y Barbatus se produzcan de manera temporal directa a la narración empleada para Severian pero a la inversa para ellos, ya que se desplazan al revés de los humanos por los Corredores del Tiempo; o incluso la aparición de personajes secundarios pero a la vez tan importantes como el maestro Ash o el hombre verde.
Si uno no está dispuesto a entrar de cabeza en estos juegos, se perderá gran parte de la diversión ( diversión tal y como la entiende Wolfe al menos).
VII.- Sobre el impacto en el lector
La iluminación le llegó al Pátera Seda en el campo de pelota; después ya nada pudo ser igual. Cuando más tarde hablara de eso, susurrándole en las horas silenciosas de la noche como acostumbraba -y una vez cuando se lo contara a la Máitera Mármol, que también era la Máitera Rosa-, diría que había sido como si alguien que había estado siempre detrás de él, y (por así decir) sobre los hombros, hubiera, después de tantos años de silencio grávido, empezado a susurrarle a los oídos. Los muchachos más grandes habían marcado otro tanto, recordaría el Pátera Seda, y Cuerno estaba atajando un balón fácil cuando se habían oído las voces que exponían lo que había estado oculto.
Gene Wolfe. Nocturno del Sol Largo ( 1993)
Pero dejando a un lado todas estas características, disfrutar de los escritos de Wolfe está al alcance de cualquier lector, no debemos permitir que los árboles no nos dejen ver el bosque, ya los relatos y novelas de Gene Wolfe son de los que dejan huella. Que sí, que es posible que exijan más de una lectura, que el lenguaje empleado esté preñado de cultismos y recurra a recursos tales como usar arcaísmos para definir elementos tecnológicos aún no inventados, o que a veces los lectores no conseguimos descifrar todos los enigmas que Wolfe nos presenta, pero todo esto no debe desviarnos de lo que es indudablemente cierto, y ello es que Gene Wolfe es uno de los más grandes del género fantástico y está dotado de una enorme calidad literaria, para disfrutar aún cuando no percibamos todos sus trucos y que definitivamente no va a dejarnos nunca indiferentes - el hecho de que los escritos de Wolfe se disfrutan todavía más con cada lectura posterior es también un gran aliciente-. Sirva como ejemplo que un pequeño relato de no más de cuatro páginas como La muerte del doctor de la isla que puedes leer aquí ( 5) no está exento de sufrir múltiples interpretaciones y relecturas ( 6). Esto podría parecer suficiente para acobardar al lector más resolutivo, pero como dice Neil Gaiman en su Guía para leer a Gene Wolfe ( 7) “hay dos tipos de escritores inteligentes. Los que subrayan lo listos que son y los que no ven necesidad en subrayar lo listos que son. Gene Wolfe es de los segundos y la inteligencia es menos importante que el relato. No es listo para hacerte sentir tonto. Es listo para que tú también seas listo. “. Digamos que no es como leer los libros de Harry Potter ( sin querer desmerecer a nadie, no voy a meterme en ese lodazal, aunque pueda sugerirlo así mi primer apellido)
VIII.- De las muy complicadas adaptaciones
El cuadro que estaba limpiando, mostraba una figura con armadura de pie en un paisaje desolado. No tenía armas, pero sostenía un cayado al que estaba sujeto un extraño estandarte rígido. El visor del yelmo de la figura era de oro, y no tenía ninguna abertura para la visión o la ventilación; en su superficie pulida sólo se veía reflejado el desierto mortal.
Este guerrero de un mundo muerto me impresionó profundamente, aunque no sabría decir por qué, ni qué especie de emoción era la que sentía. De algún modo oscuro, deseaba bajar el cuadro y llevármelo… no a nuestra necrópolis, sino a uno de esos bosques de montaña de los que nuestra necrópolis era (ya entonces podía darme cuenta) una imagen idealizada, aunque viciada. Debería encontrarse entre árboles, el borde del marco descansando sobre hierba joven.
Gene Wolfe. La sombra del torturador (1980)
Por el tipo de prosa tan extraña y oblicua, parece prácticamente imposible que alguna narración de Gene Wolfe sea llevada al cine o a la televisión, aunque en los foros wolfeanos se ha discutido mucho a propósito de este tema. Por ejemplo, obsérvese como en el texto que encabeza este capítulo Severian describe la fotografía o cuadro de un astronauta posando en la Luna sin saber que realmente que es lo que muestra o representa la imagen.
Pero, si ya habéis habéis llegado hasta aquí, y tal vez albergáis algún interés en conocer un poco de que va todo esto de Gene Wolfe, pero no tenéis ganas o simplemente no os gusta mucho leer ciencia-ficción, pero sí los cómics y las novelas gráficas, aquí tenéis un enlace a un borrador de novela gráfica adaptando los cuatro primeros capítulos de La sombra del torturador (8). La atmósfera, aún tratándose de un borrador, es muy similar a la que transmite la novela.
IX.- La obra de formato corto:
Al este, apenas visible, podía percibirse la curva lunar que enviaba hacia él chorros de virescencia en un fluir callado, espumado y sobrenatural. Recortada contra esta luz verde musgosa, la ciudad de la orilla oriental parecía, más que muerta, dormida. Las torres eran negras pero sus ventanas ciegas; así iluminadas por detrás, parecían delatar un sutil resplandor, como si los tenebrosos corredores y estancias desiertos fueran rondados por hecatónquiros, los mil dedos untados de noctulescencia para iluminar su camino.
Gene Wolfe. El mapa (1984)
Posiblemente, tal y como su íntimo amigo Neil Gaiman afirma, la mejor manera de empezar a leer a Gene Wolfe sea con sus relatos, concretamente recomienda The best of Gene Wolfe short fiction, publicado en 2011. Gene Wolfe, a pesar de no haberse dedicado profesionalmente a la escritura hasta tener más de cincuenta años, fue un autor muy prolífico, habiendo escrito infinidad de cuentos y novelas aprovechando el escaso tiempo disponible de forma muy estajanovista, entre que se levantaba a las cinco hasta las ocho de la mañana, hora a la que se iba a trabajar. Y aunque la mayoría de las novelas más importantes sí que se han traducido y publicado en español ( excepto el último volumen de El libro del Sol Largo y los tres volúmenes que conforman The Book of the Short Sun), de su enorme obra corta que comprende varias antologías de relatos, falta prácticamente la gran mayoría por traducir, obligandonos de esta forma a los aficionados a tener que embarcarnos en la dificilísima tarea de leerlos en su idioma original, con un buen diccionario siempre a mano como imprescindible compañero de viaje.
Por si alguien se siente interesado en comenzar a leer a Gene Wolfe, voy a recomendar algunos de sus mejores relatos. Casi todos se pueden encuentran en las antologías Especies en peligro y en The best of Gene Wolfe short fiction. Si después de leerlos queréis seguir buceando en su obra corta tenéis más disponibles en Storeys from the Old Hotel, Castle of Days, Strange Travelers, Innocents Aboard o Starwater Strains. O tal vez quizás sería ya la hora empezar con sus novelas, entre las cuales podría proponer como inicio La sombra del torturador ( primer volumen de El Libro del Sol Nuevo), Paz o Soldado de la niebla.
Recomendaciones:
1.- La quinta cabeza de Cerbero
2.- Una cabaña en la costa
3.- La Isla del doctor Muerte y otras historias
4.- Bed and Breakfast
5.- The hero as a werwolf
6.- Siete noches americanas
7.- La muerte del doctor Isla
8.- Suzanne Delage
9.- Cuando yo era Ming el Cruel
10.- Nuestro vecino por David Copperfield
11.- El mapa
12.- Silueta
13.- Toy Theater
14.- Kevin Malone
15.- "Un cuento", por John V. Marsch
16.- V.R.T.
17.- El gato
18.- Straw
19.- The Boy Who Hooked the Sun
20.- The Tree Is My Hat
X.- El Libro del Sol Nuevo
Aquí me detengo, lector, después de haberte conducido de portalón a portalón… desde el portalón cerrado con candado y amortajado de neblina de nuestra necrópolis, hasta éste de rizadas volutas de humo, este portalón que es quizá, el más grande que exista, el más grande que haya existido jamás. Fue entrando por él que llegué a este otro. Y con seguridad, cuando entré por este segundo portalón, empecé una vez más a andar por un nuevo camino. Desde ese gran portalón en adelante, durante largo tiempo, partiría de la Ciudad Imperecedera y recorrería los bosques y los pastizales, las montañas y las junglas del norte.
Aquí me detengo. Si no quieres seguirme, lector, no puedo culparte. El camino no es fácil.
Gene Wolfe. La sombra del torturador (1980)
La Opus Magnum de Gene Wolfe, la tetralogía de El Libro del Sol Nuevo, está formada por cuatro libros ( algo que parece evidente en una tetralogía): La sombra del torturador (1980), La garra del Conciliador ( 1981), La espada del Lictor ( 1982) y La ciudadela del Autarca (1983) en los cuales se describe en primera persona el ascenso del aprendiz de la Orden de los Buscadores de la Verdad y la Penitencia ( eufemismo con el que se conoce al gremio de los torturadores, gremio del que se dice que aplica la justicia del Autarca pero también, como nos mencionan en La sombra del torturador funciona como válvula de escape “a veces pienso que el gremio ha durado tanto tiempo porque encauza de alguna manera el odio del pueblo, desviándolo del Autarca, los exultantes y el ejército y aun, en cierto grado, de los pálidos cacógenos que a veces visitan Urth desde las estrellas más lejanas”) llamado Severian hasta alcanzar el trono y ser el Autarca de la Comunidad en un futuro tan lejano que la tecnología aparentemente parece magia, el mundo está estratificado a la manera una sociedad feudal y el Sol está cerca de apagarse. Es una de esas obras que todos los aficionados tenemos que conocer sí o sí y que está incluida en la mayoría de las listas de las mejores novelas de ciencia-ficción de todos los tiempos.
Se suele incluir a posterior novela La Urth del Sol Nuevo ( 1987) como el quinto volumen de El Libro del Sol Nuevo, y de hecho así fue publicada en España. No es cierto, en realidad es un libro totalmente distinto y está narrado por un Severian diferente al de la tetralogía original, lo cual se nota desde el primer capítulo. Considerarlo como parte de un todo mayor es, en mi opinión, un error. El Libro del Sol Nuevo es una obra completa, cerrada sobre sí misma, autoconclusiva y con todas las explicaciones necesarias para su comprensión por parte del lector. La Urth del Sol Nuevo, es cierto, clarifica algunos puntos y añade cierta luz, sobre todo respecto a las motivaciones que mueven a los “villanos” aparentes de los primeros libros, esto es a Erebus, Abaia y Calveros, y sobre todo desarrolla enormemente la enigmática figura de El Conciliador; al tiempo que añade nuevos misterios como quién es realmente el Severian que narra la historia ( a esas alturas de la narración decir que hubo dos o tres Severians es, muy posiblemente, quedarse corto), o que es lo que produce el eclipse momentáneo de Apu-Punchau. Pero es un libro con personalidad propia, aunque desde luego que no permite una lectura independiente de los cuatro iniciales, esto es no tendría ningún sentido leerlo sin haber completado previamente los anteriores.
Como poco más se puede añadir de unos libros que se han analizado por los críticos y aficionados de la ciencia-ficción de todo el mundo, me voy a limitar a hacer corta y pega de lo que dice en la web de reseñas literarias El jardín del sueño infinito ( 9): ” El libro del Sol Nuevo es algo mas que una narración, es un compromiso, un acertijo y un juego. Los libros son rompecabezas, y es responsabilidad del lector armarlos, y comprenderlos. Gene Wolfe entrega la mitad de la historia ante los ojos del lector, y este debe deducir con las pistas entregadas muchas cosas. Por lo tanto este no es un libro normal, que se lee de forma lúdica, para relajarse. Es una historia que merece toda la atención del lector, pero recompensa al lector curioso. Después de esta larga reseña solo me queda decir que La sombra del torturador es el mejor libro de ciencia ficción que he tenido la suerte de leer, es complejo, entretenido, reflexivo, extravagante, trabajado con una maestría y arrogancia irrepetibles, el trabajo proteico de un gigante.”
Sí que gustaría añadir sobre este libro que Wolfe, para referirse a elementos tecnológicos todavía no inventados o a animales o cosas que aún no existen sobre el planeta Tierra, en lugar de inventarse los términos para referirse a ellos al estilo de tantas y tantas novelas de ciencia-ficción y fantasía usa casi siempre un léxico plagado de arcaísmos y palabras extraídas del latín o griego que le confieren un carácter aún más oscuro y críptico a la lectura. De esta forma, a los extraterrestres les denomina “cacógenos”, a los personajes de la clase social más alta los define como “exultantes”, a los caballeros o de clase militar “armígeros”, a varios tipos de monturas más grandes que un caballo actual “destrieros” o “baluchiterios”, a un alto mando militar como podría ser un general actual “quiliarca”, a un gran carnívoro de prominentes colmillos curvos y de probable origen extraterrestre “esmilodonte”, a un administrador local de justicia “lictor”, al color más oscuro que el negro que visten los torturadores “fulígino”, a un alto funcionario de provincias “arconte”, a la cárcel “víncula”, a los policías “clavígeros”, el tiempo se divide en “ quilíadas”, y una cámara subterránea del palacio del Autarca se denomina “Hipogeo Apotropaico”, al mercurio líquido de Terminus Est “ hydrargyrum”... todo esto, que puede parecer descorazonador al principio, es uno de los alicientes más satisfactorios para el lector, que por la etimología de los distintos términos, puede recabar una información preciosa que Wolfe ya sabemos no es muy partidario de compartir de buenas a primeras. Si tenéis más interés en este tema, el libro Lexicon Urthus de Michael Andre-Driussi ( ahora en su segunda o tercera edición) os puede ayudar a comprender todos las complicadas palabras empleados por Gene Wolfe.
Mención aparte merece el desarrollo religioso de la tetralogía. Es prácticamente el tema central de una obra que toca prácticamente todos los palos conocidos de la ciencia-ficción ( tecnología, regresión tecnológica, extraterrestres, navesespaciales intergalácticas, batallas con utilización de armas inimaginables, cambio climático, viajes espaciales, evolución humana, transhumanismo, colonizaciones planetarias, ciborgs, amenazantes y gigantescos monstruos al más puro estilo de H.P. Lovecraft, jerarquías y clases sociales futuras, política y reparto de la riqueza, represión y castigo, viajes en el tiempo, formas de gobierno futuras, reflexiones continuas sobre la identidad y la Ética, la lista es casi interminable...). Pero la religión es el nexo central de todas ellas, y ya desde el principio conoceremos que existe una especie de Santísima Trinidad, formada por El Pancreador ( Padre), El Increado ( Espíritu Santo) y El Conciliador ( El Hijo).
El Conciliador es un personaje ( en apariencia legendario) de tiempos remotos, reverenciado en la antigüedad más lejana, y fácilmente identificable con la figura de Cristo. Un profeta de perfil abiertamente mesiánico que apareció en Urth miles de años antes del nacimiento de Severian, su única llegada coincidente con cuando Ymar se convirtió en el primer Autarca, en tiempos del tirano Tifón. El Conciliador es un personaje fundamental, que además de realizar numerosos milagros, predijo la llegada de un Sol Nuevo para sustituir al existente Sol moribundo, cuya escasa fuerza apenas les permite extraer cosechas y con su casi desaparecida capacidad para calentar el planeta no permite la vida más que en ciertas zonas bastante alejadas de los polos. No podría decir mucho más sin caer en spoilers gratuitos pero es uno de las tramas más espectaculares de los libros e implica numerosos viajes ( en el tiempo, en el espacio y entre diferentes universos y personas).
Como anécdota, indicar que existe otro libro publicado por el propio Wolfe sobre la escritura de El libro del Sol Nuevo. El libro se llama The Castle of the Otter y actualmente se le puede encontrar integrado dentro del volumen de relatos y ensayos Castle of Days. En él Wolfe nos muestra el proceso de creación de personajes y de los respectivos nombres empleados. En un capítulo muy especial para los fans, denominado These are the jokes ( algo así como Estas son las bromas), Wolfe hace desfilar a una parte del elenco de personajes del El libro del Sol Nuevo contando chistes, chascarrillos o anécdotas aparentemente graciosas, cada uno de ellos de temática directamente relacionada con el personaje que lo cuenta ( por ejemplo Severian, Drotte, Eata y Roche cuentan chistes sobre torturadores, Gurloes y Palaemon sobre maestros del propio gremio, Thecla cuenta chismes sobre Autarcas en La Casa Absoluta, el arconte de la ciudad de Thrax Abdiesus sobre la aplicación de la justicia y el derecho en provincias, Jonás sobre los marinos de las naves espaciales y Ash sobre viajes en el tiempo, entre otros varios personajes que aparecen), un poco recordando a la presentación de tomas falsas en los créditos finales de una película. El resultado conseguido además de muy original es espectacular, aunque divertido probablemente no sea la palabra más adecuada para describir todo lo que nos cuentan.
XI.- El Ciclo Solar
Aquí se detendrá mi pluma, lector, aunque no yo. Te he transportado de puerta en puerta: de la cerrada puerta de la necrópolis de Nessus, con su mortaja de bruma, a esa puerta barrada de nubes que llamamos cielo, la puerta que, espero, me llevará más allá de las estrellas cercanas.
Mi pluma se detiene; yo no. Lector, ya no caminarás conmigo. Es tiempo de que los dos retomemos nuestras vidas.
A este relato, yo, Severian el Cojo, Autarca, pongo mi rúbrica en el que será llamado último año del sol viejo.
Gene Wolfe. La ciudadela del Autarca (1983)
El Ciclo Solar ( o Ciclo de Briah) es el conjunto de los más destacados trabajos de Gene Wolfe ( Sol Nuevo, Sol Largo y Sol Corto) que comparten entre ellos temáticas, personajes y universo, y que está conformado por las siguientes novelas:
El Libro del Sol Nuevo ( tetralogía)
La Urth del Sol Nuevo ( pretendida explicación/coda de los anteriores)
El Libro del Sol Largo ( tetralogía)
The Book of the Short Sun ( trilogía)
El Libro del Sol Largo versa sobre el viaje de una enorme nave generacional interestelar, el Vórtice, y del levantamiento/revolución comandada por el sacerdote Pátera Seda contra los dioses/amos de la astronave (uno de ellos, Pas aparentemente es Tifón, antiguo tirano de El Libro del Sol Nuevo) para poder finalmente evacuar la nave y colonizar de esta forma los planetas gemelos a los que la nave orbita desde un tiempo indeterminado, denominados respectivamente Azul y Verde. Todos los hechos que describen en esta tetralogía se precipitan unos detrás de otros en unos escasos días ( por ejemplo, el primero particularmente sucede una sola noche).
The Book of the Short Sun empieza la narración años después de la salida del Vórtice, y el protagonista ( Cuerno el ayudante del Pátera Seda en El Libro del Sol Largo) relata la busqueda de su maestro por los planetas gemelos Azul y Verde. Los hechos que suceden en ambos Libros son muy anteriores temporalmente a El Libro del Sol Nuevo, aunque entre ellos están brevemente conectados debido a que aparecen Severian, Tifón y también se intuyen los enormes entes alienígenas megaterianos Erebus y Abaia, que amenazarán con impedir la llegada del Sol Nuevo a la Urth de muchas quilíadas posteriores.
También hay quien incluye en este ciclo los relatos El gato, El mapa y Empires of Foliage and Flower, incluso hay quien infiere que los tres relatos publicados conjuntamente en La quinta cabeza de Cerbero suceden en el mismo universo, ya que los planetas gemelos Sainte Croix y Sainte Anne se pueden asimilar a Azul y Verde, los planetas gemelos de The Book of the Short Sun; y los abos ( habitantes primigenios de La quinta cabeza de Cerbero) podrían corresponderse con los inhumi ( los extraterrestres de alimentación vámpirica de El Libro del Sol Largo y The Book of the Short Sun).
XII.- Otras obras
Cuando yo era chico a mi hermano David y a mí nos obligaban a acostarnos temprano, tuviéramos sueño o no. Sobre todo en verano, a menudo había que irse a la cama antes del anochecer; y como nuestro dormitorio estaba en el ala este de la casa, y la amplia ventana daba al patio central y por lo tanto al oeste, a veces nos pasábamos horas en vela bajo la dura luz rosada, mirando al mono tullido de mi padre encaramado a un parapeto desconchado, o contándonos cuentos, de una cama a otra, con gestos silenciosos.
Gene Wolfe. La quinta cabeza de Cerbero (1973)
Otras obras muy recomendables de Wolfe son:
La quinta cabeza de Cerbero ( 1973): no confundir con el relato del mismo nombre, éste es un volumen publicado con tres relatos interconectados: La quinta cabeza de Cerbero; "Un cuento", por John V. Marsch; y V.R.T. Para algunos, lo mejor de Gene Wolfe, a la altura de El Libro del Sol Nuevo.
Paz ( 1975). Es una historia al estilo del realismo mágico ( o en una relectura posterior una historia de fantasmas) que sucede en el Medio Oeste norteamericano.
Soldado de la niebla ( 1986). Novela multipremiada que se desarrolla en la Hélade del Siglo V a. de C., todavía poblada por los poderosos dioses griegos de la mitología clásica, y que sucede en los años posteriores al final de la Segunda Guerra Médica. Forma una trilogía con Soldado de Areté y Soldado de Sidón. Siendo la primera novela de Wolfe que cayó en mis manos, le tengo un cariño especial. En ella se mezclan los personajes mitológicos clásicos antes mencionados en todo su esplendor, con otros históricos reales de esa época tanto de Pensamiento ( atenienses) como Cordeleros ( espartanos), e incluso un tercer tipo, los héroes homéricos tales como Ulises o Aquiles.
Del resto de su producción tiene además otras obras, digamos menores, pero que no desmerecen en absoluto el gran nombre de Wolfe: El caballero-mago ( dilogía formada por El caballero y El mago), Confesiones de un pirata, El diablo en un bosque, An Evil Guest o The Sorcerer's House.
También de ese período tan productivo para Wolfe como fueron los años 80 del siglo XX tiene las novelas Free Live Free, Pandora, By Holly Hollander, Castlewiew y Puertas que para ser sincero tengo que decir que aún no las he leído. También existe una primera novela publicada anteriormente, Operación Ares, de la cual Gene Wolfe no quiere ni que se mencione por haber sido radicalmente alterada por su editor sin su consentimiento.
De sus últimas novelas, alguna de ellas publicada póstumamente, poco puedo opinar porque las desconozco totalmente: Home Fires (2011), The Land Across (2013), A Borrowed Man (2015) e Interlibrary Loan (2020)
Para cualquier duda sobre Gene Wolfe, existe una Wiki íntegramente dedicada a su obra. A destacar que dentro de ella se integra Cave Canem ( Cuidado con el perro) web de Robert Borski que trata exclusivamente sobre La quinta cabeza de Cerbero (10). También es muy recomendable la comunidad existente dentro de Reddit (11).
Firmado: Número Tres.
Terminus Est
Enlaces:
Vivía solo, sin perro que le ladrase, ni gato que le maullara, ni vecinos estridentes que estorbaran con lereles o chunda-chundas sus reposadas lecturas. Vivía solo porque le gustaba aquella clase de vida, aunque sabía muy bien que tanto aislamiento y tanta oportunidad de darle vueltas a las cosas no le convenía para nada a su carácter.
En realidad, lo que no le convenía en absoluto era su carácter. Su caso era uno de los muchos ejemplos que pueden encontrarse cada día de que no es verdad, ni mucho menos, que las personas vayan desarrollando poco a poco las costumbres y los mecanismos de actuación que les exige el entorno para enfrentarse a los problemas habituales. A veces, por vete a saber qué errores o que extravíos de la naturaleza, lo que se acaba por desarrollar, ¡y de qué manera!, es el modo de tener cada vez más presentes los problemas y más lejos la solución. En el caso de Gonzalo, el mecanismo era particularmente eficiente para atraerle la clase de relaciones y amistades que sólo podían causarle disgustos y quebraderos de cabeza.
Aquella noche, entre unas cosas y otras, se le habían hecho las once sin que encontrase momento para prepararse la cena: primero fue lo de Robles y luego aquella maldita llamada. Daba igual. El caso es que le habían quitado el apetito. De todos modos, en días menos atribulados que aquel 15 de noviembre, tampoco cenaba Gonzalo gran cosa fuera de una lonchas de embutido, un trozo de queso duro y alguna ocasional lata de conservas.
Aquella noche la cena era lo de menos. Le daba igual si quedaban o no huevos en la nevera o si las salchichas estaban caducadas. Le daba igual absolutamente todo. Había llegado al extremo en todas las facetas de su vida: le tomaban el pelo en el trabajo, lo menospreciaba su jefe y le llamaba la mujer que le gustaba para decirle que no podría quedar con él, como habían acordado, porque se le había estropeado el vídeo y no podría grabar el capítulo de esa noche de vete a saber qué serie idiota.
Había planeando al milímetro sus palabras y su actitud para la oportunidad de aquella noche y ella no sale porque se pierde el capítulo de una serie. El colmo. Aquello había sido el colmo.
Después de pasear unos minutos por su habitación tratando de poner algún orden en la leonera de sus pensamientos, Gonzalo se sentó, cogió un folio y un bolígrafo y se dispuso a escribir.
No había empezado aún cuando pensó que la ocasión requería algo más solemne, así que se levantó de nuevo, fue hasta el salón, cogió la pluma con punta de oro, abrió un frasco lacrado de tinta, llenó la pluma y se sentó de nuevo, listo, ahora sí, para escribir:
Sr. Juez:
Comprendo que estará hasta la coronilla de que todos los depresivos de la ciudad se dirijan a usted en circunstancias como esta. Comprendo también que en vez de esta clase de misivas preferiría recibir cartas de secretas admiradoras citándolo a usted a las diez en punto delante de la fuente de la Plaza del Grano. Pero ya ve: la vida es así y hay que aceptarla como viene o pedir un visado para el Otro Barrio en la embajada del Infierno, que es lo que me dispongo yo a hacer en cuanto acabe esta carta.
Por cierto: debo confesarle que el arma que utilizaré no está legalizada; me la vendió por diez dólares un paramilitar serbio hace unos cuantos años durante un viaje por Europa, pero para cuando usted se presente por aquí dudo mucho que esté yo en condiciones de ser procesado por tenencia ilícita de armas.
No sé si a los casos de suicidio siguen algún tipo de investigación, pero por si así fuera, quiero dejarle las cosas lo más claras posible para que no tenga que molestarse en indagaciones. Además, me repugna la idea de que alguien se dedique a escarbar en mis asuntos, incluso después de muerto. Los muertos también tienen su intimidad, pienso yo.
Por tanto, para ahorrarle pesquisas y quebraderos de cabeza, le diré que no tengo más deudas de juego que una cena que le debo a un compañero de trabajo porque tampoco este año ascendió la Cultural. Como ve, mi vocación de suicida viene de lejos. Tampoco padezco ninguna enfermedad incurable distinta de la mala leche o la caspa, ni se trata tampoco de que me haya dejado mi novia. ¡Ojalá tuviera yo una novia que pudiera dejarme!
Lo que ocurre es que soy feo. Feo con palio, esclavina, butafumeiro y monaguillos revestidos: feo de solemnidad. Por supuesto, a usted esto le parecerá una tontería sin importancia, pero usted nunca ha ido a una farmacia a comprar un par de cajas de preservativos para usarlos como globos en una despedida de soltero y le han advertido que caducan en el dos mil nueve; usted nunca ha tenido que escuchar cómo su vecina le dice al niño que se lo coma todo o vendrá el señor de arriba y se lo llevará.
¡Oh, por supuesto! Usted dirá que el físico de una persona no lo es todo, que en realidad no se trata más que de un detalle circunstancial que no nos hace ni mejores personas, ni influye en nuestra valía, nuestra inteligencia o nuestra sensibilidad; me dirá que esas y no la apariencia física son las cualidades verdaderamente importantes, y yo, pobre hombre racional y lógico, le contestaré una vez más que sí, que tiene razón, como tantas veces he hecho ya cuando las personas a las que he confiado mi angustia recurrían a tan trillado razonamiento para animarme un poco.
Le diré que tiene usted toda la razón, que es cierto que soy capaz de emocionarme con la música como seguramente no lo logra la mayoría de la gente, que leo y entiendo libros sólo accesibles para unos pocos, etc., etc., pero en el fondo de mí quedará la amargura del que se sabe injustamente condenado y es consciente, además, de que no hay tribunal al que apelar.
El problema reside en que ser feo supone una insalvable barrera inicial que impide llegar a un punto donde eso no tendría ninguna importancia. Para mí, la vida sin amor es algo vacío, horrible, y la fealdad me ha reducido a la soledad igual que un secuestrador reduce al silencio a un niño. Yo puedo ser un gran hombre, pero para demostrárselo a una mujer antes he de conocerla. Ha de surgir la mutua simpatía, la conexión de caracteres, luego la amistad y de ahí se pasa al amor a través de la atracción física.
Cuando se es feo es difícil conocer chicas que no te miren como una simple atracción circense. El día que, finalmente, te encuentras una que consciente e inconscientemente (¡ahí está el problema!) te considera humano, lo normal es que piense en ti como alguien que necesita ayuda, como una buena oportunidad de realizar su buena acción de la semana; en los rarísimos casos en que aparece una persona que ve en ti algo más que una oportunidad para desgravar purgatorio, el resto de los pasos, hasta la amistad, se dan sin ningún problema, pero al tratar de avanzar un poco más surge de nuevo el muro, alto, poderoso, para decirte que tu amiga, esa amiga que te ha costado las lágrimas de cien desilusiones y fracasos, nunca ha pensado en ti más que como un buen compañero de tertulia, porque es incapaz de sentir otra cosa.
Es como si el mejor violinista del mundo estuviera postrado en una silla de ruedas y hubiera una docena de escalones para acceder al Teatro de la Ópera; ¿dejaría por eso de ser un genio? No, pero de nada le serviría, y tendría que pasarse la vida tocando el violín en la salita de su casa, soportando seguramente las quejas de algún vecino con sensibilidad de hormigonera.
Y si además de feo eres pobre, o al menos no lo suficientemente rico como para entregarte a las manos de la cirugía estética, estás condenado a perpetuidad.
En mi caso, lo más curioso es que cuando me miro a un espejo no veo mi cuerpo como algo más mío, más personal de lo que pueda ser mi abrigo, mi paraguas o mi reloj; ¿está acaso la esencia de mi yo en mis enorme orejas?, ¿lo está en mi larga y ganchuda nariz? No, no lo está. La esencia de mi yo está en el espíritu, si es que los feos tenemos espíritu, y el cuerpo no es más que el envase que lo contiene. Pero, ¿que haría el vino si en vez de embotellarlo en cristal lo envasaran en un material maloliente y todo el mundo lo juzgara olfateando el recipiente?, ¿puede el vino dejar de ver el mundo poblado de sombras sin escapar de ése infame encierro?, ¿puede escapar de él sin romperlo?
No, no puede. La única salida es hacer añicos la botella para que su contenido pueda fluir libre, y mostrar, aunque sea sólo por un instante, su verdadero aroma. Puede usted tacharme de melodramático si lo desea, pero creo que más vale un final brillante que todo un languidecer miserable, entre las risas más o menos contenidas de un público demasiado vulgar para una tragedia y demasiado pretencioso para un sainete.
Me siento como un vino de marca y de cosecha envasado por error en un cartón miserable y voy a acabar ahora mismo con esa situación.
Respecto a mi lastimoso envase, se lo dejo a la Universidad, y como aquí no hay facultad de Medicina, se lo dejo a la de Veterinaria. A lo largo de mi vida todo el mundo me ha considerado un bicho raro y justo es que mi cuerpo tenga el fin de un bicho raro.
En cuanto a las cuestiones que puedan surgir y que yo no haya previsto, quedo a lo que disponga la legislación ordinaria.
Nada más. Con el deseo de que este caso no le haga trabajar demasiado, se despide atentamente
Gonzalo Pozuelo
Después de firmarla, Gonzalo releyó tranquilamente la carta, la dobló, la introdujo en un sobre y la dejó sobre su escritorio; luego, fue hasta el cajón de su mesita de noche y sacó un revólver con cachas de nácar; lo abrió y comprobó que, como siempre, estaba cargado con tres balas.
Sacó las balas de sus huecos y las volvió a colocar, dejando espacios entre ellas: no quería estar seguro de encontrarse con una bala a la primera. Quería que su decisión de quitarse la vida fuese una resolución meditada y no fruto de una casualidad o de un arranque. Quería tener la oportunidad de disparar dos veces si la fortuna así lo decidía, porque son muchos los que en un momento de coraje son capaces de apretar el gatillo una vez, pero no tantos los que se sienten capaces de repetir el gesto.
Luego cerró el revólver e hizo girar el tambor. Nunca había ido al casino, pero el sonido le recordó de todos modos al de la bola saltando en los obstáculos de la ruleta.
Amartilló el arma y respiró profundamente al tiempo que llevaba el cañón a la sien derecha. Estaba frío, terriblemente frío, como si no fuera un vulgar trozo de metal sino un ser maligno preparándose para adueñarse de una vida.
La mano le temblaba cada vez más y corría el riesgo, el peor de todos, de acertar sólo a medias el disparo. Vio la carta sobre el escritorio y decidió bajar a echarla al correo: así ya no habría marcha atrás posible.
Se llegó hasta la cocina para buscar un sello; los guardaba en un bote de mermelada, pero no recordaba en cual. Tardó unos minutos en encontrarlo y cuando lo hizo, lo pegó en el sobre con saña y sin cambiarse calzado bajó a la calle.
El buzón se encontraba a sólo cincuenta metros de su portal, pero aún tuvo tiempo de mojarse: llevaba todo el día lloviendo y en ese momento comenzó a llover con más fuerza. Gonzalo pensó que lo último que el faltaba era coger un catarro, pero recordó que estaba a punto de matarse y pensó que sería una buena jugarreta para los virus, o los bacilos, o lo que fuera que acechaba para extenderse por su cuerpo y hacérselas pasar canutas durante unos días.
Regresó a casa escuchando el blando chapoteo de sus zapatillas sobre la acera mojada, echó mano al bolsillo para comprobar que no se había olvidado las llaves y al encontrarlas dio un suspiro de alivio.
Después de cambiarse de calzado volvió al salón y tratando de no pensar en nada, ni siquiera en el vivificante fresco de la calle, cogió de nuevo el revólver. Aunque no tuviera público que pudiese repetirla, buscó una frase que sirviera de despedida, pero no se le ocurrió ninguna acorde a las circunstancias. Cerró los ojos y se llevo el arma a la sien.
El dedo le temblaba nervioso sobre el gatillo. Gonzalo pensó que lo mejor sería sentarse y lo hizo sin apartar la pistola de su cabeza.
Pasaron unos segundos, luego sonó una gran detonación y acto seguido un golpe seco producido por el revólver al caer sobre el suelo de madera.
Gonzalo miraba preocupado al techo, pensando en cómo explicaría aquel agujero al dueño de la casa.
——***——
I I
Algunos han oído contar que aquella noche Gonzalo acabó suicidándose porque los vecinos, al escuchar el disparo, llamaron a la policía, y en cosa de unos minutos estaban a su puerta dos agentes, el casero, y el presidente de la comunidad. Así, al pensar en el tumulto que estaba a punto de formarse, en lo que dirían de él al día siguiente, y en la cantidad de explicaciones que tendría que dar, pensó que lo mejor era pegarse un tiro y no tardó en encontrar las fuerzas y la determinación que le habían faltado la primera vez.
La historia no es mala, pero las cosas sucedieron de otro modo. Puedo asegurarlo porque soy amigo de Gonzalo y sé muy bien que no ha muerto. Se mudó de casa, sí, y como coincidió que se habló de un disparo (porque la cosa al fin se supo) con que no lo volvieron a ver por el barrio, no hubo quien desmintiese el infundio de que se había suicidado a la segunda.
Todo podía haber terminado sin consecuencias, con una cucharada de yeso y tres brochazos de pintura blanca aplicados al techo, de no haber sido porque unos cuantos días después del suceso Gonzalo recibió una carta con membrete del juzgado.
Como era habitual en él, había olvidado completamente la misiva que envió al juez en un momento tan malo como el de su intento de suicidio, y mientras ascendía a toda prisa por las escaleras, ansioso de abrir la carta, pasaron por su cabeza toda clase de ideas amenazantes. No ignoraba que el intento de suicidio era un delito y, aunque podía negarlo todo, prefería no tener que pasar por el enredo que sin duda era capaz organizar la maquinaria judicial. Y además estaba lo del revólver, que tampoco era para tomárselo a risa, así que no es extraño que casi se pusiera a temblar cuando pensó que podía haber despertado a las fieras de la justicia.
Con manos inseguras abrió el sobre y comprobó, aliviado, que la carta había sido escrita en dos folios en blanco sin ningún membrete y la firmaba un tal Toribio Rodríguez, sin más añadidos de cargo o título. Eso, sin duda era buena señal, porque ni siquiera el juez más estricto, te mete un paquete a título personal.
Después de mucho pedírselo, Gonzalo me hizo un día una fotocopia de la carta en cuestión, así que ahí va:
Sr. Pozuelo:
Ignoro si la depresión que a buen seguro padece ha menoscabado sus facultades mentales o si la carta que reposa ahora sobre mi mesa es producto de una discapacidad menos puntual. En cualquier caso, su tono y contenido han bastado para impulsarme a darle respuesta después de comprobar que, al fin y al cabo, no había usted llevado a término sus funestas intenciones. Es mi deber felicitarle por ello.
Ciertamente, como su perspicacia adivina, estoy hasta la coronilla de que todos los depresivos de la ciudad me dirijan cartas como la suya; también los neuróticos, los neurasténicos y buena parte de los majaderos en general, pero le aseguro que incluso eso es mucho mejor que ser citado a la diez de la noche en la fuente Plaza del Grano por una anónima admiradora, sobre todo por la clase y calidad de las mujeres que suelen convertirse en secretas admiradoras de un juez de mi edad y condición.
En cuanto al arma, haría usted bien en desprenderse de ella a la mayor brevedad, porque sabiendo de dónde salió no es difícil adivinar dónde irá a parar, contra usted o contra otro, y las consecuencias, negativas en cualquier caso, que de su utilización resultarán para su persona. No voy a decirle aquello de que las armas las carga el diablo: las cargan las personas, y por eso son aún más peligrosas.
Para su información, y a título didáctico, me complace informarle de que en los casos en que se puede determinar fácilmente que una muerte ha sido voluntaria, la Administración de Justicia procura ahorrar el dinero de los contribuyentes omitiendo investigaciones posteriores. Cuando una persona ha decidido matarse, la Administración no siente curiosidad alguna por sus razones; si existe Dios, que el interesado se las cuente a Él, y si no existe, que se lo cuente a las chimeneas del crematorio. Por otro lado, no deja de extrañarme la repugnancia que dice usted sentir porque alguien se inmiscuya en sus asuntos cuando tan galanamente los airea. Si a usted le molesta más que alguien hurgue en el cajón en el que guarda sus calzoncillos que en los miedos de su espíritu, sus motivos tendrá y me reservo mi juicio sobre ellas.
En lo que respecta a las razones que alegaba usted para su nunca consumado suicidio, le diré que, efectivamente, considero su autodeclarada fealdad un móvil de escasa sustancia, o al menos, de escasa sustancia si se valora aisladamente.
Celebro que su sensibilidad le permita emocionarse con la música y que su cultura e inteligencia pongan a su alcance lecturas de alto nivel, pero observo, si me lo permite, que toda esa cultura y esa sensibilidad no le han bastado a usted para liberarse del peso que la opinión de los demás ejerce sobre su ánimo. Afirma usted que la vida sin amor es una vida vacía, una horrible desgracia, y a buen seguro debe de tener razón cuando se ama tan poco a sí mismo como para pretender matarse. Sin embargo, cuando describe la barrera que la fealdad supone, barrera que de sobra conozco, se olvida de su sensibilidad y de su inteligencia, esas mismas cualidades que más adelante encarece. Si fuera su talento tal como usted generosamente lo valora, a buen seguro hallaría usted la manera de saltar ese muro, y aun de utilizarlo como mecanismo defensivo. Pero, por lo que deja usted entrever en su carta, su problema reside en que enfoca sus deseos precisamente sobre aquello que no puede conseguir, defecto además de legítimo, común, pero defecto al fin y al cabo. Su problema, Señor Pozuelo, es que nació usted para guapo y no lo es; nació usted para rico y no lo es tampoco, y en vez de sacar partido de su supuesta inteligencia para ser primero rico y luego guapo, se entretiene en escribir majaderías y enviarlas al juzgado, distracción que por esta vez me parece bien porque también yo me distraigo, pero que sin duda le acarreará grandes complicaciones si comete la torpeza de repetirla en el futuro.
Porque, señor mío, si el mejor violinista del mundo estuviera imposibilitado en una silla de ruedas y hubiera una docena de escalones para acceder al Teatro de la Ópera, esté usted seguro de que el violinista encontraría a quien le ayudara a franquear ese obstáculo, aunque sólo fuera por el placer de colaborar a la consumación de una gran obra. Sólo si el violinista fuera de la misma pasta y talante que usted se pasaría las horas tocando en el salón de su casa, entregado a la autocompasión y a la vagancia, si es que hay alguna diferencia de fondo entre estas dos llagas morales.
En cuanto a su segundo ejemplo, a lo que sucedería si el vino, el mejor vino, estuviera encerrado en una botella maloliente y la gente lo juzgara olfateando la botella, no parece usted darse cuenta de que eso no redundaría más que en beneficio del vino, pues en tales circunstancias sólo podría acabar en la mesa de un verdadero entendido, de una persona que supiera saltarse las apariencias para llegar al fondo del producto. Siguiendo su analogía le recuerdo que, no en vano, muchos de los mejores quesos y todos los champiñones se producen en lugares pestilentes.
De todo lo antedicho deduzco que sus penurias, que ni conozco ni me importan, provienen de su falta de talento, de su incapacidad para atraerse amistades que le convengan y de fiar todos su anhelos en la opinión de las mujeres, pues no alcanzo a comprender cómo le puede perjudicar su extremada fealdad en los ambientes masculinos.
Concluyendo: a usted no le va mal porque sea feo; a usted le va mal porque es idiota.
Sinceramente, demasiado incluso
Toribio Rodríguez
¿Cómo será esta revolución anarquista? ¿Será una revolución? ¿Reforma? ¿Qué significa la revolución? ¿Y el uso de la fuerza ("violencia")?
Una revolución es un cambio bastante repentino y drástico de la organización de la sociedad -puede ser en las esferas política, económica o social, o en todas ellas. Contrasta con la reforma, en la que sólo hay un ligero cambio (cuasi-cambio) en las cosas existentes; el marco básico no cambia fundamentalmente.
Nuestra oposición es contra todo tipo de opresiones en la sociedad. Si tomamos como ejemplo a un esclavo, no nos conformamos con rogarle al esclavista que lo trate mejor, por ejemplo, alimentándolo mejor. Queremos una liberación completa de los esclavos. Es decir, una revolución, no una simple reforma. Una revolución en todas las esferas de la vida: política, social, económica y moral. Si mientras tanto algunos esclavistas deciden tratar a sus esclavos algo mejor, está bien, no nos oponemos a esa parte. Pero ese no es nuestro objetivo final, nuestro objetivo es la liberación completa. Así que luchamos por una revolución, y no nos oponemos a las reformas, pero... disuadimos a la gente de luchar simplemente por las reformas. Les pedimos que luchen por la liberación completa, tratamos de liberarlos de sus ilusiones reformistas.
La revolución anarquista, marcadamente diferente de todos los otros tipos de revoluciones, tiene como objetivo la liberación COMPLETA de todos los individuos; y sus medios (para lograr este objetivo) son consistentes con sus fines (la meta).
El arma principal de esta revolución va a ser: la educación. No, no, eso no significa tratar de enviar a todo el mundo a las escuelas para conseguir el 100% de alfabetización, ni hacer que todo el mundo tenga un doctorado. Esa no es la educación [adoctrinamiento] de la que estamos hablando. Estamos hablando de educar a las masas sobre las condiciones en las que estamos, lo que tenemos que hacer, etc. Tenemos que liberarlas de la mentalidad esclava, de todo tipo. Tenemos que intentar que sean racionales. Pero lo más importante que necesitamos que entiendan, que se eduquen, es sobre la naturaleza injusta y explotadora del capitalismo y del gobierno. Necesitamos que vean que podemos vivir sin gobierno, etc.
Por supuesto, no podemos permitirnos llevar a cabo una educación completa de todos antes de alcanzar la anarquía. Porque todos los recursos están ahora monopolizados por la clase dominante; diablos, sí, ese es el problema para empezar, eso es contra lo que estamos luchando. Así que no va a ser fácil, por lo que intentaremos educar al mayor número posible de personas durante la revolución. Una educación racional, científica, laica y gratuita, como la de la Escuela Moderna de Fransisco Ferrer. Recordad que la revolución no es un proceso rápido o instantáneo, no se produce en unos días o semanas. Puede llevar años (o al menos meses).
La característica principal de la revolución consiste en empoderar al pueblo, en particular a los más oprimidos. Consiste en construir, ampliar y potenciar las comunidades populares. Comunidades que practiquen al máximo los principios anarquistas dentro de este sistema. Así que empezaremos a construir la sociedad futura dentro del caparazón de la antigua. Estas comunidades se basarán en los principios de solidaridad, ayuda mutua, cooperación, anticapitalismo, antiautoritarismo, libertad, democracia directa, etc. Así es como lucharemos por la revolución. Nuestra revolución no puede lograrse de la noche a la mañana, no puede ser lograda por una persona o un partido. Se logra con los esfuerzos combinados del pueblo. Es nuestra lucha colectiva contra la tiranía.
¿Y la violencia?
Pero la violencia... ¿Es posible no usar la violencia? ¿Esta revolución será pacífica? ¿Cómo de pacífica será?
Realmente, esta pregunta no es para nosotros. Es una pregunta para la clase dirigente, para el gobierno. ¿Permitirán una transición pacífica, una revolución pacífica? ¿Aceptarán renunciar a su injusto poder y riqueza? Si no quieren ayudarnos a conseguir nuestro objetivo, ¿al menos no nos atacarán?
Si van a dejar que se produzca una revolución pacífica, ¡sin duda estaremos MÁS QUE FELICES! ¿Qué más queremos que eso? No tenemos fantasías de una revolución violenta. Al fin y al cabo, lo único que queremos es una sociedad pacífica sin jerarquías, autoridades, opresiones ni explotación. Si podemos lograr esa sociedad pacíficamente, eso es seguramente lo que queremos.
Además, si el gobierno o la clase dominante se entregan pacíficamente a nosotros, es decir, al pueblo, ¿de dónde surgirá la cuestión de la violencia? ¿Contra quién usaremos la violencia? ¿Contra nosotros mismos?
Pero... casi todo el mundo se daría cuenta, si sólo pensara un minuto, de que esto suena absurdo. Un gobierno que se rindiera habría hecho lo mismo hace tiempo. Simplemente no está en la naturaleza del gobierno hacerlo. Esa es una verdad desafortunada y es bien evidente en toda la historia. Así que si los esclavistas van a dejar libres a sus esclavos por sí mismos, nos alegraremos mucho. Pero sabemos que tal cosa rara vez sucede, es extremadamente improbable. Porque esas personas no serían esclavistas en primer lugar.
Pero si no quieren dejar libres a sus esclavos, eso no significa que la esclavitud deba seguir existiendo. Debe terminar con toda seguridad, lo antes posible. Vemos que la forma más probable de emancipar a los esclavos es que ellos mismos se emancipen luchando contra sus amos. Por supuesto, primero necesitan un poco de ilustración y educación. Tienen que salir primero de su esclavitud mental. Una vez que se conviertan en revolucionarios, se liberarán por sí mismos. Pero el uso de la fuerza será necesario para este propósito - para el propósito de su liberación.
Lo mismo en nuestro caso, no es muy diferente. Sólo que nuestra esclavitud es más sofisticada y compleja, y el sistema opresor es más fuerte. Pero hay que aplicar aquí el mismo razonamiento que en el caso de los esclavos (de hecho, ¿no estamos ahora en una forma de esclavitud?). Tendremos que utilizar un mínimo de fuerza para defendernos de nuestros opresores en esta lucha por la liberación. Empezaremos por organizar y educar al pueblo, formaremos comunidades. Pero en algún momento, cuando el gobierno se dé cuenta de que su poder y su propia existencia están amenazados, seguramente empezará a utilizar la violencia represiva contra nosotros, además de cosas como una propaganda de mentiras contra nosotros. Intentarán socavar y sabotear nuestro proyecto todo lo que puedan. Entonces tendremos que utilizar las armas para contrarrestar su violencia. Sabemos lo poderosos que son los gobiernos. Sabemos lo poderosas y violentas que son las fuerzas policiales y el ejército. Si no utilizamos suficiente fuerza, suficientes armas y municiones y demás, será sólo un derramamiento de sangre de nuestro pueblo inocente en manos de las fuerzas armadas de los tiranos. Pero tiene que ser una fuerza mínima por nuestra parte, sólo la suficiente para defender la revolución, nada más y nada menos. No podemos arriesgar nuestras vidas y las de nuestros camaradas tratando de ser demasiado pacifistas, no podemos dejar que todos los esfuerzos y sacrificios por la revolución sean en vano tratando de ser demasiado pacifistas, pero tampoco podemos utilizar demasiada violencia, no podemos utilizar una violencia innecesaria. Así que tendremos que equilibrar.
El uso excesivo de la violencia, o el "terror revolucionario", no sólo es injustificable sino que perjudica a la revolución. Las revoluciones anarquistas deben tomar todas las medidas contra tales posibilidades. Si por el contrario los anarquistas siguieran tales excesos como táctica, eso sólo serviría para establecer probablemente una nueva opresión en el lugar de la antigua. Pero los anarquistas no harán ni deben hacer eso, va en contra de nuestros principios. La violencia no es una cosa elegante para nosotros, no tenemos ninguna fantasía de usar la violencia, tratamos de evitarla por completo si es posible, pero, desafortunadamente, tendremos que usar algo de fuerza para nuestro proyecto, para nuestra causa. Tendremos que armarnos para ello. Como milicias (populares).
La violencia revolucionaria justificable consiste en utilizar la fuerza mínima necesaria contra la fuerza utilizada por los opresores; en cambio, el terror "revolucionario" (injustificable) consiste en utilizar la fuerza contra algunos por sus acciones pasadas.
Oh, ¿has sido un parásito que ha explotado a la gente durante años amasando mucha riqueza? Si te quedas ahí, inofensivo para nosotros, no queremos hacerte daño. Oh, ¿nos disparas? Tenemos que devolverte los putos disparos, ya seas un policía o un militar o un militante reaccionario (por ejemplo, un miembro del RSS) o lo que sea. No tenemos ningún interés en mataros/dañaros, nada personal, pero la situación lo exige, como se puede ver.
Todas estas opresiones -capitalismo, gobierno, casta, supremacismo racial, patriarcado, etc.- se basan en la fuerza/violencia. Cuando haya que deshacerse de estas opresiones, habrá que utilizar la fuerza en contra. La propia existencia del gobierno se basa en la violencia. De hecho, esa es como la razón principal por la que nos oponemos tanto al gobierno. Si no fuera violento o fuera voluntario, ni siquiera tendríamos problemas con él. Pero bueno, si el gobierno se rindiera pacíficamente ante nosotros, o en general no usara la violencia, entonces ese gobierno sería indistinguible de uno inexistente. Es decir, la violencia es el corazón de (cualquier) gobierno.
Ahora bien, cuando te enfrentas a una entidad de este tipo, que es intrínsecamente muy violenta y poderosa, se hace indispensable el uso de la (contra)fuerza. Pero para algunos esto puede parecer hipócrita - "vosotros los anarquistas decís que os oponéis a la violencia en general, decís que os oponéis al gobierno por su naturaleza violenta pero de nuevo queréis usar la violencia vosotros mismos?" Pues bien, no hay hipocresía. Ya se habría visto que usar la fuerza en contra de un sistema opresivo violento como el gobierno no sólo es necesario sino también justificable. Esta es como la única forma de violencia justificable, si ves.
Si alguien intenta imponerse a ti usando la fuerza, tienes que usar algo de contrafuerza (mínima) contra ellos para defenderte - y eso es justificable, tan justificable a nivel individual como a nivel colectivo y viceversa. La fuerza suficiente para contrarrestar la fuerza opresora (ofensiva) original. Esta contrafuerza cuenta como violencia defensiva; la apoyamos. Pero nos oponemos a la venganza (por ejemplo, matar/armar a un opresor por sus errores pasados). No importa si se llama como justicia, nos oponemos a la "justicia" punitiva y a la venganza.
Si alguien cree que estamos en una democracia y que por lo tanto está bien trabajar en este marco, o que podemos lograr la anarquía utilizando este marco, o que el gobierno no atacará los proyectos anarquistas, bueno, sólo le pedimos que mire a todos los activistas que están siendoa arrestados con cargos falsos. De hecho, ese es el tipo de cosas a las que todo gobierno recurriría si sintiera la necesidad de hacerlo, ya sea el gobierno liberal, fascista, "socialista" o cualquier otro. Y la historia lo confirma con claridad.
¿Cuál será la estructura de estas milicias?
Por "milicia popular", no nos referimos a "popular" sólo por el nombre (como "República Popular China"). Estas milicias están formadas realmente por ciudadanos, de las comunidades revolucionarias que hemos mencionado antes. Cualquiera puede unirse a ellas, será voluntario, sin que exista el reclutamiento. Se supone que todas las personas que quieran formar parte de esta revolución serán entrenadas para usar las armas, pero depende de ellas si quieren ser entrenadas y si quieren tomar las armas y si quieren luchar. Por supuesto, con "cualquiera" no nos referimos a los reaccionarios que tratan de infiltrarse en estas comunidades; debemos tratar de vigilar a esas personas que pueden tratar de atacar desde dentro.
Por "comunidades revolucionarias" nos referimos a las comunidades populares que hemos mencionado antes. No a los grupos de algunas minorías privilegiadas. Esas minorías privilegiadas y las vanguardias no tienen lugar en una revolución anarquista. Una revolución anarquista sólo puede ser dirigida por el propio pueblo, a través de la democracia directa. Un proyecto de abajo a arriba. Si no, no será una revolución anarquista. Las comunidades revolucionarias tendrán consejos donde se tomarán las decisiones y las cosas. Los consejos pueden tener delegados (elegidos) para representar las opiniones de los miembros del consejo (que incluye a todos los miembros adultos de la comunidad dada). Pero estos delegados, a diferencia de nuestros (malos) representantes, no tendrán ningún poder, no tomarán ninguna decisión propia, sino que se limitarán a representar las decisiones del pueblo. Esto puede ser necesario cuando, por ejemplo, dos o más comunidades interactúan. Pero eso es todo, no habrá líderes como tales en esta revolución, como debería ser obvio.
Lo ideal es que estas "comunidades revolucionarias", en su conjunto, contengan el mayor número de personas posible. Tal vez sea algo así como que sólo el 1% de la población gobierne sobre el resto. Así que, idealmente, el 99% debería formar parte de las comunidades, pero digamos que más bien el 90%. Pero como los más privilegiados tienden a ponerse del lado de los opresores, digamos algo así como el 60-80%. Pero sea lo que sea, deberíamos contar con el mayor número de personas posible. Estas ideas deben llegar e influir en la mayor cantidad de gente posible, especialmente entre las clases oprimidas (que incluye a la gente de la clase trabajadora, las mujeres, las castas oprimidas, las tribus indígenas, la gente LGBTQ+, etc., casi todos excepto la pequeña minoría gobernante).
"Nosotros, los anarquistas, no queremos emancipar al pueblo; queremos que el pueblo se emancipe. No creemos en las bendiciones de lo alto, impuestas por la fuerza. Queremos ver surgir un nuevo orden social desde el interior del pueblo, y queremos que esté a la altura del grado de desarrollo alcanzado por los hombres y que pueda progresar como lo hacen los propios hombres. Por lo tanto, lo que nos importa es que cada interés y cada opinión encuentre, en la organización consciente, algún ámbito para afirmarse y hacer valer su influencia en la vida colectiva, de acuerdo con su importancia."
- Errico Malatesta
¿De dónde obtendrán estas comunidades revolucionarias sus armas y otros recursos? En la medida de lo posible, del gobierno y de los capitalistas, confiscando sus armas y municiones y otros recursos (incluido el dinero). En la India, sin embargo, no es legal llevar armas sin licencia, por lo que nuestro proyecto va a ser aún más difícil en comparación con, por ejemplo, en los Estados Unidos. Sin embargo, es posible que tengamos que posponer la adquisición de armas hasta las últimas etapas de la revolución.
¿Qué validez tiene el pacifismo?
Los pacifistas acérrimos, opuestos a toda violencia (incluida la defensiva), son prácticamente tan peligrosos como los entusiastas de la violencia, los que la aman. Estos últimos son un peligro directo, mientras que los primeros son indirectamente dañinos (probablemente tampoco lo saben). El pacifista, obviamente, no hace directamente ningún daño, por supuesto. Pero observa el sufrimiento de la gente, tal vez incluso cierra los ojos y los oídos, fingiendo que no pasa nada (o está realmente ciego ante la violencia de los opresores). No lucha contra los opresores, ni siquiera ayuda indirectamente a los oprimidos a luchar contra los opresores. ¿Pero sabes lo que hace? ¿Sabes lo que hace...? Déjennos decirles... se sienta al lado de los (sufrientes) oprimidos, les dice que no usen ninguna violencia, y les dice que en su lugar traten de ganarse los corazones de los tiranos... a través de "lOvE" (sí, esa es literalmente la mierda que predicaba Gandhi; y por supuesto era un títere de los capitalistas, quizás no sea una coincidencia). No creemos que ninguna persona que no tenga el corazón tan frío haga algo así.
Pero, de nuevo, esto no significa que apoyemos el uso excesivo de la fuerza (¡no lo haríamos ni deberíamos hacerlo!). Digámoslo de nuevo: el uso excesivo de la violencia es muy perjudicial, tanto para las víctimas individuales como para la sociedad en general, así como para la revolución en cuestión. Cualquier uso de la violencia debe hacerse con el mayor cuidado posible. Porque la violencia excesiva perjudica a todo el mundo, no sólo a aquellos contra los que se usa esa violencia.
Aquí hay un pequeño artículo de Errico Malatesta sobre el tema del terror revolucionario, nuestros puntos de vista son también bastante similares a lo que se expone allí: Terror revolucionario.
Y aquí hay un video que resume los puntos de vista anarquistas sobre la violencia. Aunque los anarquistas difieren significativamente en sus puntos de vista sobre la violencia, lo que se presenta aquí expresa razonablemente los puntos de vista de la mayoría de los anarquistas (incluyendo los nuestros):
¿No es esto una guerra?
¿No es una guerra? ¿En qué se diferencia de otras guerras?
Si queremos llamar a esto una guerra, fíjense que esto no es como ninguna de esas guerras imperiales, no es para expandir nuestro territorio o poder, no es para robar los recursos de otros, no es para dominar a otros... no, todo lo contrario, esta guerra es contra esas cosas, esta guerra es contra las instituciones que hacen esas cosas, para acabar con ellas; esta es una guerra contra el Estado, contra la tiranía, contra la injusticia, contra la explotación, contra la dominación y contra el imperialismo. Esta guerra no es para apropiarse de los recursos de los demás, sino para recuperar los nuestros, para recuperarlos de las manos de los maníacos irresponsables que nos los robaron en primer lugar. Por lo tanto, ésta es prácticamente la única forma justificable de guerra.
A lo largo de la historia, casi ningún cambio importante se ha producido sin una revolución. Casi ningún pueblo oprimido se emancipó sin recurrir al uso de alguna fuerza. Ningún opresor se rindió sin el uso de alguna fuerza por parte de los oprimidos. Ningún gobierno, ninguna clase dominante decidió un día de repente dejar de ser una mierda. No está en la mano de ninguna persona, esto está más allá de la voluntad moral de cualquier individuo. Sin recurrir a la fuerza, esta tiranía nunca se detendrá, hasta que todos nos extingamos (y nosotros (la mayoría de nosotros) podemos incluso extinguirnos en las próximas décadas si no abolimos estas jerarquías y detenemos la catástrofe climática; y también el desempleo masivo del futuro próximo).
"La acción directa, que ha demostrado su eficacia en el ámbito económico, es igualmente potente en el entorno del individuo. Allí, cientos de fuerzas invaden su ser, y sólo la resistencia persistente a ellas lo liberará finalmente. La acción directa contra la autoridad de la tienda, la acción directa contra la autoridad de la ley, la acción directa contra la autoridad invasora y entrometida de nuestro código moral, es el método lógico y coherente del anarquismo.
¿No conducirá a una revolución? En efecto, lo hará. Ningún cambio social real se ha producido sin una revolución. La gente, o no está familiarizada con su historia, o no ha aprendido todavía que la revolución no es más que el pensamiento llevado a la acción".
- Emma Goldman
Oponerse totalmente a esta revolución, o a la violencia revolucionaria que forma parte de ella, es ponerse del lado de la violencia del gobierno, que no sólo es muy injusta, sino también un millón de veces peor y más intensa. Por supuesto, la violencia no es en absoluto la característica principal de la revolución. Como se ha dicho antes, la educación, la organización, la ayuda mutua, el empoderamiento de los individuos y de las comunidades, etc., serán nuestras principales armas. Pero sobre todo a medida que la revolución crezca, cuando llegue a un determinado punto, la fuerza revolucionaria se convertirá en una parte decisiva de la misma.
Si crees que no eres violento (incluso ahora), o si no estás de acuerdo con el uso de la mencionada violencia revolucionaria, o si eres de los que se creen pacifistas, te pedimos que veas este vídeo:"La acción directa, que ha demostrado su eficacia en el ámbito económico, es igualmente potente en el entorno del individuo. Allí, cientos de fuerzas invaden su ser, y sólo la resistencia persistente a ellas lo liberará finalmente. La acción directa contra la autoridad de la tienda, la acción directa contra la autoridad de la ley, la acción directa contra la autoridad invasora y entrometida de nuestro código moral, es el método lógico y coherente del anarquismo
Estamos seguros de que los patriotas podrían utilizar argumentos algo similares para apoyar, por ejemplo, sus guerras y su violencia: "deberías amar a tu país [patria]", "deberías apoyar al ejército de nuestro bando", "¿no amas a nuestro país (o a su gente)? Si no te pones de nuestro lado, significa que apoyas al enemigo", "nuestro lado sólo nos protege de nuestros enemigos; esto es justificable", etc.
Sus guerras son, como dijimos antes, guerras imperiales, emprendidas para expandir su territorio, poder y tiranía, para robar más recursos, etc. Sus guerras son entre dos o más cuerpos tiranos, entre gobernantes. La guerra revolucionaria claramente no tiene nada que ver con eso, de hecho se opone a tales guerras, busca acabar con ellas. Esta guerra revolucionaria -si queremos llamarla guerra- es una guerra de los oprimidos contra las opresiones y los opresores. Los patriotas apelan a abstracciones como la "nación", porque si no utilizaran tales abstracciones para encubrir sus disparates, lo escandaloso de su caso nos resultaría clarísimo. Pero el caso de la revolución anarquista es totalmente diferente. Para justificar su violencia, los patriotas apelan a dogmas sentimentales y abstractos como el patriotismo. Pero el patriotismo no es más que una herramienta de los opresores para ganar el apoyo de los oprimidos, para hacernos tontos emocionalmente y utilizar nuestras emociones para hacernos apoyar nuestra propia opresión.
"La guerra es una disputa entre dos ladrones demasiado cobardes para librar su propia batalla; por eso cogen a los chicos de un pueblo y de otro, los meten en uniformes, los equipan con armas y los sueltan como bestias salvajes el uno contra el otro."
- Emma Goldman
"La guerra es que los viejos ricos protejan su propiedad enviando a los jóvenes de clase media y baja a morir. Siempre lo ha sido".
- George Carlin
¿Puede tener éxito?
¿Será efectiva esta revolución? ¿Podemos luchar contra la policía y el ejército? ¿Podemos ganar?
Bueno, es posible. Con algo de entrenamiento y práctica, podemos hacerlo bien. Hay que tener en cuenta que la estructura de nuestras milicias será descentralizada y democrática (y responsable ante los consejos), equilibrándose entre la rigidez/jerarquía y la incoherencia. Y las milicias descentralizadas resultan ser sorprendentemente eficaces en la guerra.
Tenemos los ejemplos de las revoluciones anarquistas española (1936-39), ucraniana (1918-21) y coreana (1929-31). En todos estos casos, a pesar de las situaciones de guerra civil en las que surgieron estas revoluciones, duraron períodos sorprendentemente largos. En todos estos casos, tuvieron que luchar contra demasiadas fuerzas autoritarias procedentes de todas las direcciones, los anarquistas fueron a menudo muy superados en número por sus enemigos. Los enemigos eran fuertes, estaban respaldados por numerosas fuerzas estatales autoritarias, tenían muchas armas y otros recursos, y eran soldados profesionales. Por otro lado, los militantes anarquistas estaban formados por gente corriente y sus armas procedían principalmente de sus enemigos, mediante la expropiación de los mismos, etc. Además, las milicias anarquistas eran democráticas y respondían ante los consejos. A diferencia de las fuerzas estatales, no podían desviar todos los recursos a los esfuerzos bélicos; tenían que equilibrar entre las necesidades de la gente y la guerra. Además, una parte importante de los recursos seguía estando a menudo bajo el control de los burgueses. Y las fuerzas globales capitalistas y estatales estaban en su contra, lo que, por supuesto, no facilitaba demasiado a los anarquistas la gestión de su economía.
Pero a pesar de todos estos problemas, se las arreglaron notablemente bien. Estos proyectos pueden considerarse un éxito. Por supuesto, no eran en absoluto un modelo perfecto del tipo de revolución o sociedad que los anarquistas quieren, no eran impecables (de hecho tenemos mucho que aprender de sus éxitos, sus fracasos y sus defectos). Pero demostraron que el anarquismo puede ser implementado en la práctica, que una revolución anarquista exitosa es al menos posible.
"Prácticamente todos los edificios de cualquier tamaño habían sido tomados por los trabajadores y estaban cubiertos con banderas rojas y con la bandera roja y negra de los anarquistas; todas las paredes estaban garabateadas con la hoz y el martillo y con las iniciales de los partidos revolucionarios...... Todas las tiendas y cafés tenían una inscripción que decía que habían sido colectivizados; incluso los limpiabotas habían sido colectivizados y sus cajas pintadas de rojo y negro. Los camareros y los vendedores te miraban a la cara y te trataban de igual a igual. Las formas de hablar serviles e incluso ceremoniales habían desaparecido temporalmente. Nadie dice "Señor" o "Don", ni siquiera "Usted"; todo el mundo llama a los demás "Camarada" o "Tú", y dice "Salud" en lugar de "Buenos días". Las propinas estaban prohibidas por ley desde la época de Primo de Rivera; casi mi primera experiencia fue recibir un sermón del director de un hotel por intentar dar una propina a un ascensorista....... No había desempleo y el precio de la vida seguía siendo extremadamente bajo; se veían muy pocos indigentes llamativos y ningún mendigo, excepto los gitanos. Por encima de todo, había una creencia en la revolución y en el futuro, una sensación de haber entrado de repente en una era de igualdad y libertad. Los seres humanos intentaban comportarse como seres humanos y no como engranajes de la máquina capitalista".
- George Orwell, Homenaje a Cataluña
Aquí hay una brillante serie de vídeos de 7 partes en YouTube que no sólo expone un posible modelo de revolución anarquista y sociedad post-revolucionaria, sino que también hace un buen trabajo desacreditando el "socialismo" autoritario (también conocido como capitalismo de estado): The Revolution Series.
La revolución no es posible en unas pocas semanas o incluso meses. La revolución no comienza con las armas. Empieza con las ideas, con la formación de esas comunidades revolucionarias, las cooperativas de ayuda mutua, etc. Pero tampoco termina con la consecución de la apatridia. El apátrida, hay que decirlo, no es lo mismo que la anarquía. La anarquía significa la ausencia de todas las leyes hechas por el hombre, sociales o de otro tipo. Significa la ausencia de toda jerarquía, autoridad, opresión y explotación. El apátrida, por el contrario, significa sólo la ausencia de un gobierno centralizado. Por lo tanto, la revolución aún no está completa después de derrotar al gobierno y al capitalismo. Pero cuando derrotamos al gobierno y al capitalismo, ya hemos triunfado en parte en otros aspectos de la revolución, es decir, en la derrota de otras jerarquías, porque nuestra lucha revolucionaria es simultáneamente contra TODAS las jerarquías, no sólo contra el gobierno. Pero se necesita algún tiempo antes de que la revolución anarquista sea COMPLETA.
De hecho, la revolución ya ha comenzado. No sólo aquí, sino en todo el mundo. Nuestro trabajo es nutrirla y llevarla a término. Una revolución mundial para la emancipación de toda la humanidad.
¡INQUILAB ZINDABAD! [¡Viva la revolución!]
Traducida por Jorge Joya.
Original: ambedkariteanarchist.wordpress.com/2021/03/25/anarchist-revolution/
-texto puesto en cuarentena, volverá pronto...-
"El capitalismo ha sacralizado el éxito como objetivo esencial, desterrando el valor de la creatividad a la mínima expresión. En los años 20 y 30, los ídolos de los jóvenes eran pintores, poetas, escritores...artistas que trazaban los pilares de un nuevo horizonte, basado en el riesgo, en el cambio, en la transformación. Ahora la admiración se basa en el deseo de estar en el lugar del que admiras, no en la capacidad de evocar e impulsar la idea de un mundo diferente, más amplio, mejor. El éxito debería motivarte a crear una nueva realidad, no a imitarla".
La lucha de clases es un medio por el que no sólo podemos luchar por mejoras en nuestra vida cotidiana, sino también enfrentarnos a los sistemas de dominación y explotación que conforman nuestra sociedad. Aislados, impotentes y compitiendo por la supervivencia como trabajadores individuales, podemos construir la fuerza colectiva y los lazos de solidaridad en un sindicato. Sin embargo, los sindicatos de hoy en día se presentan como poco más que planes de seguros, gigantescas instituciones burocráticas completamente integradas en la economía capitalista.
Podemos definir un sindicato como una asociación estructurada de trabajadores, organizada para promover sus intereses. El sindicato reformista añade a esta base de organización colectiva la función de representar a los trabajadores ante sus amos. Los funcionarios asalariados negocian con los patrones y presionan a los políticos en nombre de sus miembros, ofreciendo a cambio garantías de una mano de obra ordenada y productiva. Por lo tanto, median entre las dos clases y sus intereses opuestos.
Hay que aumentar el número de afiliados para legitimar el papel representativo del sindicato ante la patronal, para ganar influencia en el movimiento obrero y para pagar los sueldos de varios funcionarios, ejecutivos y abogados.
Para llegar a un acuerdo con la patronal, el sindicato debe ser capaz de prometer la paz laboral, lo que significa que debe tener la capacidad de controlar y disciplinar a sus miembros. A veces, el sindicato se comporta de forma combativa y presiona para que se produzca la confrontación con el fin de atraer a nuevos miembros y ganar reputación, pero siempre se llega a un punto en el que la lucha debe contenerse o suprimirse por completo porque ya no interesa a la burocracia sindical.
Las elecciones y las votaciones añaden un elemento democrático a estos sindicatos, pero son esencialmente un asunto de arriba a abajo, una jerarquía con unas pocas personas poderosas en la cima y una masa ordenada de miembros en la base. Al tener un asiento en la mesa de la colaboración de clases y ganar un salario atractivo con buenas perspectivas de carrera, los burócratas sindicales tienen intereses institucionales separados de los trabajadores a los que representan, y un interés en el statu quo. No cabe duda de que muchos trabajadores con ideales e integridad comienzan a ascender por esta escalera, pero rápidamente se integrarán en la burocracia o serán neutralizados por ella. En el nivel del lugar de trabajo sindicalizado es posible actuar independientemente del control oficial hasta cierto punto si los trabajadores son lo suficientemente militantes, y los delegados sindicales siguen siendo trabajadores entre los trabajadores, pero es una batalla cuesta arriba.
Desde la huelga hasta el paro, hay muchas tácticas disponibles, y la fuerza de cualquier sindicato reside en la acción directa de sus miembros. Pero la energía e iniciativa de los trabajadores se disipa rápidamente en procedimientos burocráticos y legalistas. Dirigida por funcionarios y restringida por la ley, la acción se vuelve regimentada y menos eficaz. Las luchas se mantienen aisladas (es decir, bajo control) en un lugar de trabajo o sector concreto, y contenidas dentro del sindicato, que sólo se coordinará con otros sindicatos si una posición de debilidad le obliga a ello. Esto fragmenta a la clase obrera e impide que estas luchas se intensifiquen y se extiendan.
El centralismo y la jerarquía producen pasividad, y viceversa. La mayoría de los afiliados participarán poco en su sindicato, más allá del pago de las cuotas. Lo mejor que un sindicato así puede ofrecer a sus miembros es una sensación de seguridad, pero en el peor de los casos simplemente reforzará la resignación y la desilusión. La política se exporta al Partido Laborista, al que el sindicato debe lealtad (y financiación) y del que el trabajador ordinario es un mero peón. De esta experiencia no se desprende ningún potencial de transformación personal o social. El sindicato de este tipo es reformista en el sentido de que no se opone al sistema capitalista -con su división de clases basada en la propiedad y la explotación- sino que se limita a defender las condiciones económicas de una parte de los trabajadores dentro de él.
Los trabajadores han encontrado continuamente formas de eludir muchos de los obstáculos descritos anteriormente, como las asociaciones de base a nivel de taller, y las huelgas salvajes en desafío a todo el proceso debido. Como anarquistas buscamos apoyar a otros trabajadores dondequiera y cuandoquiera que se enfrenten a sus explotadores y opresores, independientemente de su afiliación a un sindicato, pero también animarles a ir más allá de los límites que les atan. Sin embargo, en última instancia, debemos encontrar una vía diferente para expresar el potencial revolucionario de la lucha de clases. El sindicato anarcosindicalista ofrece una de esas alternativas, y se explorará en la segunda parte.
Traducido By Jorge Joya
Original: liverpoolanarchist.wordpress.com/2021/08/05/the-union-part-i/
William Shakespeare
Después de algún tiempo aprenderás la diferencia entre dar la mano y socorrer a un alma…
Y aprenderás que amar no significa apoyarse, y que compañía, no siempre significa seguridad...
Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni regalos, ni promesas…
Comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de un adulto y no con la tristeza de un niño...
Y aprenderás a construir hoy todos tus caminos, porque el terreno de mañana es incierto para los proyectos y el futuro tiene la costumbre de caer en el vacío.
Después de un tiempo aprenderás que el sol quema si te expones demasiado...
Aceptarás que incluso las personas buenas podrían herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas...
Aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma...
Descubrirás que lleva años construir confianza y apenas unos segundos destruirla, y que tú también podrás hacer cosas de las que te arrepentirás el resto de la vida...
Aprenderás que las verdaderas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias...
Y que no importa que es lo que tienes, sino a quien tienes en la vida...
Y que los buenos amigos son la familia que nos permitimos elegir...
Aprenderás que no tenemos que cambiar de amigos, si estamos dispuestos a aceptar que los amigos cambian...
Te darás cuenta de que puedes pasar buenos momentos con tu mejor amigo haciendo cualquier cosa o nada, sólo por el placer de disfrutar su compañía...
Descubrirás que muchas veces tomas a la ligera a las personas que más te importan y por eso siempre debemos decir a esas personas que las amamos, porque nunca estaremos seguros de cuándo será la última vez que las veamos.
Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que nos rodea tienen influencia sobre nosotros, pero nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos...
Comenzarás a aprender que no nos debemos comparar con los demás, salvo cuando queramos imitarlos para mejorar...
Descubrirás que lleva mucho tiempo llegar a ser la persona que quieres ser, y que el tiempo es corto.
Aprenderás que no importa a donde llegaste, sino a donde te diriges y si no lo sabes, cualquier lugar sirve...
Aprenderás que si no controlas tus actos, ellos te controlaran y que ser flexible, no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuán delicada y frágil sea una situación: siempre existen dos lados.
Aprenderás que héroes son las personas que hicieron lo que era necesario, enfrentando las consecuencias...
Aprenderás que la paciencia requiere mucha práctica.
Descubrirás que algunas veces, la persona que esperas que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las pocas que te ayuden a levantarte.
Madurar tiene más que ver con lo que has aprendido de las experiencias, que con los años vividos.
Aprenderás que hay mucho más de tus padres en ti de lo que supones.
Aprenderás que nunca se debe decir a un niño que sus sueños son tonterías, porque pocas cosas son tan humillantes y sería una tragedia si lo creyese porque
le estarás quitando la esperanza...
Aprenderás que cuando sientes rabia, tienes derecho a tenerla, pero eso no te da el derecho de ser cruel...
Descubrirás que sólo porque alguien no te ama de la forma que quieres, no significa que no te ame con todo lo que puede, porque hay personas que nos aman, pero que no saben cómo demostrarlo...
No siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces tendrás que aprender a perdonarte a ti mismo...
Aprenderás que con la misma severidad con que juzgas, también serás juzgado y en algún momento condenado...
Aprenderás que no importa en cuantos pedazos tu corazón se partió, el mundo no se detiene para que lo arregles...
Aprenderás que el tiempo no es algo que pueda volver hacia atrás, por lo tanto, debes cultivar tu propio jardín y decorar tu alma, en vez de esperar que alguien te traiga flores.
Entonces y sólo entonces sabrás realmente lo que puedes soportar; que eres fuerte y que podrás ir mucho más lejos de lo que pensabas cuando creías que no se podía más.
Aparece atribuido según fuentes no oficiales a varios autores: Verónica A. Shoffstall, William Shakespeare, Jorge Luis Borges…?
menéame