El pequeño, que se encontraba frente al portón de su casa recibió un certero disparo en el tórax. Aunque en un principio sobrevivió tras ser trasladado a un hospital, falleció 10 días después. La asociación de DDHH israelí Bet'lem ha determinado que el niño no portaba arma ni objeto alguno en el momento del disparo, así como que todos los soldados que operaban en la zona portaban armas de asalto dotadas de visores y que la iluminación era óptima.