Herbert O. Yardley estuvo al frente de la Cámara Negra, un servicio de inteligencia creado tras la I Guerra Mundial. Después de descifrar los códigos diplomáticos japoneses y espiar las comunicaciones con el apoyo de las compañías telegráficas, el Gobierno cerró la organización. Yardley decidió revelar aquellos secretos en un famoso libro que enfadó a Estados Unidos. Acabó trabajando como criptógrafo para China y Canadá, publicando novelas de espías y escribiendo lecciones de póquer.
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Menuda vida más interesante...!