Se pide comprensión y se nos prometen fuertes réditos. De nuevo, sin embargo, los españolitos miramos, apelotonados y sin rechistar, como se abren las puertas giratorias de nuestra democracia y de nuestros impuestos, bordeando leyes, cerrando establecimientos públicos y destinando el dinero de todos, que no tenemos, a su comodidad y seguridad. Puede que esté justificado, pero a mi, que quereis que os diga, en el fondo, fondo, me produce un inevitable zumbido en la cabeza.
Comentarios
No sé qué es más triste, si el que seamos unos paletos sin remedio o que nadie se dé cuenta de ello.