Alemania tiene un discurso político que choca con su política de hechos. El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, ha asegurado a la Comisión Europea que Alemania no está dispuesta a ceder a las presiones para aumentar la dotación del fondo de rescate europeo. Mientras las declaraciones públicas de la cancillera alemana, Angela Merkel, reafirman la cohesión europea y la decidida apuesta por salvar a Grecia, su ministro apela al realismo sin importar las consecuencias que pueda tener.
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Menudo dilema tiene la Merkel. La élite económica alemana la presiona para que respalde el Euro y a Grecia de una forma decidida y sus bases se ponen histéricas cada vez que oyen hablar de rescate. De hecho ese parece ser su flanco débil electoral y por donde más la está atacando el SPD. Y ahí está la probre Angelita, bailando la yenka, un pasito palante y otro patrás.
Alemania, el bombero pirómano de Europa