Hace 16 años | Por tomeu a elmundo.es
Publicado hace 16 años por tomeu a elmundo.es

La cerveza siguió sin gustarme pero haciéndome cosquillas hasta los catorce, cuando un catequista me llevó a un bar donde estaban todas las marcas del mundo y tuve una doble revelación divina: me enamoré al instante de aquel catequista y de aquella bebida. A ella aún le soy fiel. Actualmente, aunque parezca mentira, las mejores cervezas se fabrican en América