De todas formas, aunque sepamos que son ficticias, a partir de ahora nos va a importar poco esa cruda verdad. Mientras examinemos a fondo la anatomía de la joven Ariel, nos olvidaremos de la realidad y fantasearemos cuanto nos dé la gana dentro de los límites de la biología especulativa. .Nota: Esta entrada, así como la serie de la cual forma parte, no es un tratado de criptozoología. Es un ensayo de biología especulativa, y una buena oportunidad de enseñar como los vertebrados se han adaptado al medio acuático.
Comentarios
Lo ideal sería tener a una sirena en cautividad para poder observarla, experimentar con ella y hasta diseccionarla llegado el caso, pero como no es así, habrá que conformarse con datos indirectos.