La pasada semana se publicó en la revista Science un artículo muy interesante. El objetivo de dicho trabajo era plantear un punto de vista nuevo y bastante sorprendente sobre el comportamiento de los animales. En concreto, sobre la importancia que los microorganismos con los que convivimos tienen en nuestro comportamiento.
Tenemos la suerte de vivir en simbiosis con miles de microorganismos que ayudan a nuestro cuerpo a funcionar correctamente.
Me gustan estos artículos porque aporta pruebas de lo perjudicial para nosotros mismos que es nuestro comportamiento cuando nos empeñamos una y otra vez en estropear esa simbiosis lavándonos muchísimo más frecuentemente de lo que necesitamos destruyendo así la flora natural que anida en nuestra piel. O cuando nos tomamos antibióticos que no necesitamos y que, a parte de seleccionar bacterias resistentes, hacen de ella que tenga una población casi tan monótona como nuestros campos de trigo, mucho más sensible a otras infecciones, por cualquier tipo de microorganismo.
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Abstract de la fuente original en Science: http://www.sciencemag.org/content/338/6104/198
Tenemos la suerte de vivir en simbiosis con miles de microorganismos que ayudan a nuestro cuerpo a funcionar correctamente.
Me gustan estos artículos porque aporta pruebas de lo perjudicial para nosotros mismos que es nuestro comportamiento cuando nos empeñamos una y otra vez en estropear esa simbiosis lavándonos muchísimo más frecuentemente de lo que necesitamos destruyendo así la flora natural que anida en nuestra piel. O cuando nos tomamos antibióticos que no necesitamos y que, a parte de seleccionar bacterias resistentes, hacen de ella que tenga una población casi tan monótona como nuestros campos de trigo, mucho más sensible a otras infecciones, por cualquier tipo de microorganismo.