El Gobierno de China mantiene una red de cárceles secretas donde un gran número de personas son incomunicadas y sometidas a tratos denigrantes, a veces durante varios meses, según señala un informe de Human Rights Watch (HRW). El documento titulado ``Un callejón al infierno'' asegura en sus 54 páginas que las fuerzas de seguridad chinas secuestran de manera rutinaria a ciudadanos en las calles de ciudades como Pekín, a menudo por razones políticas, para trasladarlos a estos centros clandestinos conocidos como ``cárceles negras''.
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Cámbiese "China" por "CIA", y la noticia sigue siendo cierta.