La historia de Mariano García Montes es la de auge y caída de un personaje que surgió de la nada en Valencia con un proyecto bajo el brazo de construcción de un parque oceanográfico en la ciudad. En 1997 su empresa Civis resultó adjudicataria por parte de la Generalitat del contrato de dirección de obras del Oceanogràfic. Su empresa fue fundada en Londres dos meses antes de recibir el contrato y sin experiencia en el sector.