Imagínate que llegas pedaleando a una marquesina donde puedes dejar la bici y seguir tu viaje en autobús. Los autobuses se comunicarían directamente con los centros de tránsito y durante su recorrido distribuirían las bicicletas en cuestión de segundos por la ciudad a través de un brazo mecánico. Las bicis no ocuparían lugar de más en la marquesina, sino que una vez que estén bien acopladas servirían de asiento para los que esperan la llegada del autobús.
Comentarios
No hace falta complicarse tanto la vida. Simplemente aplicar el método que ya utilizan en otras ciudades del mundo:
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Llegas a la parada de bus. Colocas tu bici en el soporte y te subes al autobús. Cuando te bajas la recoges y sigues pedaleando.