El principal objetivo del banco malo es desinvertir, deshacerse de la cartera de activos financieros e inmobiliarios por importe de 50.700 millones de euros, adquiridos a las entidades cedentes (las que han recibido ayudas públicas), en un plazo máximo de 15 años. Sin embargo, mientras no vuelva a activarse la venta de inmuebles en España, y como alternativa a tenerlos cerrados, la Sareb ha puesto el foco en el mercado del alquiler, "que va a despegar por la falta de créditos y por el cambio de los hábitos de consumo".
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Al banco malo no le ha quedado otra que apostar por potenciar el alquiler