El Partido Popular consiguió muchísimos votos el domingo pasado, 10,8 millones, pero no tantos como para justificar la idea de un impulso de España hacia la derecha. Un 5% más de votos que en 2008 no puede considerarse un maremoto electoral. Más significativo es que casi cuatro de cada diez votantes del PSOE se han borrado de esta opción, y que los pequeños partidos penetran con fuerza. Todo ello en un contexto de crecimiento de los abstencionistas, y de los que votan en blanco o nulo. Lejos de simplificarse, el nuevo mapa electoral se complica
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De más de 30 millones que podríamos haber votado 10 no significan la mayoría, es el sistema electoral que tenemos el que propicia esta vergüenza.
Los abstencionistas podrían haber votado opciones políticas que plantean cambiar el sistema electoral. Así que el culpable de esto no es el sistema: son los abstencionistas que se dicen activistas. ¿Y que el bipartidismo ha entrado en crisis? No. El PSOE ha entrado en crisis.