Publicado hace 13 años por --250135-- a eloidodelmundo.blogspot.com

El boss se revolvía inquieto entre las suaves sábanas del hotel. Nunca dormía después de un concierto. Casi tres horas dejando lo mejor de sí mismo en un escenario le generaba suficiente adrenalina como para no conciliar el sueño en un buen rato. Bueno, esa era la razón obvia, pero la autentica, la que subyacía, era que se sentía cansado y mayor. No viejo, no le gustaba esa palabra, pero sí mayor. Sabía que el ritmo que se imponía era demasiado alto para mantenerlo durante muchos más años. No quería pensar en ello, pero cuando lo hacía...