Alto, muy alto, de mirada fiera y luenga barba y cabellera desparramadas sobre unos hombros fornidos. Si intentas imaginar un vikingo probablemente te venga a la mente una imagen parecida: un hombre fuerte y rudo encaramado machete en mano a su drakkar, un barco de guerra con mascarón de proa en forma de dragón de fauces abiertas.
Comentarios
Está demostrado que lo de los vikingos en América no deja de ser un mito.