Miroslav Tichý tomó alrededor de cien fotografías al día con su cámara hechiza, deambulando por las calles de su pueblo. A menudo se le vio en paradas de autobús, en la plaza central, en el parque y en la alberca, pero fue arrestado frecuentemente merodeando alrededor de la piscina local tomando fotos de mujeres distraídas.
Comentarios
Si las fotos las conseguía sin permiso, no es para aplaudirle, pero desde luego le reconozco muy buen gusto como artista.