Las autodenominadas "fuerzas vivas del catolicismo español", en palabras del presidente de la Fundación CEU-San Pablo, Alfredo Dagnino, han mostrado hoy su adhesión al Papa y han calificado de "censura ideológica" la decisión de la Mesa del Congreso de admitir a trámite una iniciativa de ICV para reprobar unas manifestaciones de Benedicto XVI sobre el uso del preservativo.
#2. Las fuerzas vivas son lo contrario de las muertas. Las vivas son las que su valor no depende de si quienes las forman son pocos o muchos. Las fuerzas muertas son las que están formadas por quienes no tenemos otro valor que el de nuestro número, independientemente de si este es alto o bajo. Las primeras están formadas por los vividores, los poseedores. Las segundas por los supervivientes sin derechos, la plebe de explotados, los contribuyentes, los moribundos...
Es evidente que una democracia que se precie no puede considernos a los segundos como a los primeros. Esto ya lo tenían claro los griegos y de hecho, aunque ha habido grandes y violentas controversias a lo largo de la historia, los defensores de la igualdad son cada vez menos. Basta ver la reciente negativa de los socialistas ingleses a repatriar a sus soldados gurkas. Los primeros son vividores, los segundos, expatriados, muertos en vida. Por eso quien debe presidir el gobierno no ha de ser un idealista, un gestor justo o un santo. Basta con que sea un vividor. De la iglesia, de la izquierda o de la derecha pero siempre, eso sí, un vividor.
No deja de ser gracioso que se llamen las "fuerzas vivas". Luego pregungas por ahi y resulta que ni dios se declara catolico practicante y casi todo el mundo salvo alucinados del opus y demás cristofascismo, están en contra de las palabras del papa sobre el condón.
Comentarios
#2 Recuerda aquello de "conoce a tu enemigo"
#2. Las fuerzas vivas son lo contrario de las muertas. Las vivas son las que su valor no depende de si quienes las forman son pocos o muchos. Las fuerzas muertas son las que están formadas por quienes no tenemos otro valor que el de nuestro número, independientemente de si este es alto o bajo. Las primeras están formadas por los vividores, los poseedores. Las segundas por los supervivientes sin derechos, la plebe de explotados, los contribuyentes, los moribundos...
Es evidente que una democracia que se precie no puede considernos a los segundos como a los primeros. Esto ya lo tenían claro los griegos y de hecho, aunque ha habido grandes y violentas controversias a lo largo de la historia, los defensores de la igualdad son cada vez menos. Basta ver la reciente negativa de los socialistas ingleses a repatriar a sus soldados gurkas. Los primeros son vividores, los segundos, expatriados, muertos en vida. Por eso quien debe presidir el gobierno no ha de ser un idealista, un gestor justo o un santo. Basta con que sea un vividor. De la iglesia, de la izquierda o de la derecha pero siempre, eso sí, un vividor.
No deja de ser gracioso que se llamen las "fuerzas vivas". Luego pregungas por ahi y resulta que ni dios se declara catolico practicante y casi todo el mundo salvo alucinados del opus y demás cristofascismo, están en contra de las palabras del papa sobre el condón.
¿Y a quién le importa lo que digan las "fuerzas vivas del catolicismo español"?
Que digan lo que quieran, la clave es la libertad individual dentro de la legalidad.