Hace 12 años | Por --88439-- a rtve.es
Publicado hace 12 años por --88439-- a rtve.es

Agarrado a una rama con sus cuatro patas prensiles y su cola enroscada, el camaleón está relajado, quieto como una estatua. Con un ojo mirando hacia nosotros y otro hacia una presa saca su larguísima y pegajosa lengua y la lanza contra un insecto. Se lo traga con parsimonia. Durante esta escena su color es verde intenso, casi exactamente igual que el de las hojas de la planta sobre la que reposa. Nos acercamos al reptil, y no le gusta. En menos de 20 segundos el camaleón ha cambiado su coloración.

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