Un grupo de científicos de Corea del Sur desarrolló un nuevo modelo de huesos artificiales en base a cerámica que permitirá mejorar el tratamiento de las lesiones óseas a través de injertos. Tradicionalmente, los injertos óseos requieren material obtenido de otro hueso del paciente o de un donante para ser transplantado, lo cual hizo que surgieran los injertos artificiales, los cuales deben permitir el crecimiento de células óseas.