Hace 14 años | Por Tomaydaca a vozbcn.com
Publicado hace 14 años por Tomaydaca a vozbcn.com

Su animalismo les ha durado el tiempo justo de poder prohibir las corridas de toros de Cataluña, esa perversa manifestación de españolismo que, junto al toro de Osborne, había que extirpar urgentemente de nuestra comunidad. De este modo, los mismos que esgrimían el sufrimiento animal para justificar su voto favorable a la prohibición, ahora argumentan el mantenimiento de las tradiciones y un fantasmal “derecho identitario” para blindar los correbous. ¿Contradicción? ¿Hipocresía? Nada de eso. Parecen hipócritas pero en realidad son unos cínicos.

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Tomaydaca

El Parlamento autonómico que, mientras en Cataluña hay más de 600.000 ciudadanos que no tienen empleo, donde más de 35.000 familias han perdido su hogar por no poder pagar la hipoteca, donde más de 675.000 pensionistas viven bajo el umbral de la pobreza, donde más de 5.000 empresas han desaparecido en los dos últimos años, se dedicaba a legislar sobre toros y lengua.

Resultado de la votación parlamentaria que 'blindaba' los correbous de una posible prohibición.
Es, en este entorno alucinógeno, de autismo irresponsable, de una clase política enloquecida que vive en mundo nacionalista paralelo cuyo único objetivo es la construcción nacional, donde la hipocresía y el cinismo se convierten en la mejor descripción de un comportamiento político indecente que sufre Cataluña desde hace 30 años.
Porque hipócrita es el primer calificativo que cualquier ciudadano tildaría al comportamiento de aquellos que votan a favor de blindar una fiesta taurina por motivos identitarios, cuando hace escasamente dos meses esos mismos prohibían las corridas de toros debido al maltrato que sufría el animal durante su lidia.

oso_69

Parafraseando el lenguaje taurino, y nunca mejor traido a cabo, pitos y aplausos para los parlamentarios. Aplausos por la prohibición de las corridas, pitos por no tener cojones, con perdón, de prohibir los demás espectáculos a costa de los animales.