Yilong tiene diez años y es parte de una cruel estadística. Nacido en el corazón de la industria china del carbón, el niño tiene una discapacidad mental y no puede hablar. Es uno de los numerosos menores de la provincia de Shanxi, donde el carbón ha dado riquezas a unos pocos, empleo a muchos y una contaminación ambiental que según los expertos dio lugar a que muchos bebés nacieran con defectos congénitos. Los expertos dicen que la minería y el procesamiento del carbón ha dado a Shanxi un índice de defectos de nacimiento seis veces más alto...
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El titular es un poco telegráfico y difícil de entender.