Hace 10 años | Por neyla a politica.elpais.com
Publicado hace 10 años por neyla a politica.elpais.com

Nada más llegar al aeropuerto de Lima (Perú) fue detenida y encarcelada. La policía sostenía que debía cumplir una condena de ocho años. Se llama igual que la fugada que buscaban. El error le supuso pasar 13 días en el infierno. ¿El delito? Tráfico de drogas. Pero ella nunca había estado en Perú y jamás había tocado un gramo de droga. Sin duda, era un error. Porque su único delito era llamarse Isabel. La encerraron en una celda, separada solo por unos barrotes de presos soeces que bramaban de lujuria.

Comentarios

terol

Gracias a la negra odisea sufrida por esta mujer, las autoridades peruanas dejaron sin efecto 300.000 órdenes de detención incorrectas porque en ellas solo figuraba el nombre, sin otros datos de filiación del reo. ¿Y qué pasaba si una persona se llamaba igual que otra? Pues que podría vivir el infierno que vivió Lula.