Tras cerca de 20 kilómetros de marcha por los derechos civiles, Kristin Orbin colapsó y fue llevada a urgencias. Posteriormente denunció que el personal médico impidió que su pareja entrara a verla, diciendo que se encontraba en una zona de "no visitas", y que "los demás pacientes eran diferentes" al preguntar por qué ellos sí recibían visitas. También ignoraron expresamente los consejos médicos de su pareja al administrarle un medicamento que le produce migrañas. Fue necesaria la intervención de un médico para normalizar la situación.