Hoy suena casi a arqueología hablar de conciencia de clase. Pero cuando uno se plantea ciertas cuestiones de cara a las próximas elecciones entiende por qué los teóricos marxistas dedicaron tantos esfuerzos a intentar convencer a propios y extraños de que el cambio social era inevitable si los asalariados adquirían conciencia de clase. Hoy sabemos que el marxismo no era una ciencia, sino una fe, una creencia. En gran medida, un sueño de la razón que en algunos lugares alimentó monstruos.
Comentarios
Este señor confunde el alzheimer de Maragall con una denuncia velada. 3% del que su partido también participa y en masa, que el escándalo Palau también salpica al PSC, que parece que a algunos se les olvida bien rápido. Claro está trabaja para el periódico que es incluso menos imparcial de lo que lo llega a ser el Mundo (que ya es decir).
Y es que la conciencia de clase es algo que la derecha tiene bien claro, por eso el grupo de presión más fuerte del gobierno catalán, el llamado G-16
http://enfocant.net/noticia/el-nostre-g-16
tiene a individuos de ambos partidos y de alguno más.
Ellos lo tienen bien claro, pero por favor a mi que soy de izquierdas, no me cuenten al PSC como el nosotros, yo como Santiago Sierra, no me cuenten entre los suyos.