Ya no quedan mujeres en España dedicadas profesionalmente a dar digna sepultura a los fallecidos. La que era la única sepulturera de todo el país, Carmen Dolores Tomé Jorge, se quedó sin trabajo por orden del alcalde del municipio tinerfeño de Fansía, Pedro Hernández, de Coalición Canaria, con una indemnización por despido improcedente de sólo 655 euros, informa Efe.
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Lo que deja claro que en todos los partidos políticos hay sinvergüenzas.